Soluciones que pueden adoptar las gestoras de activos para ganar eficiencia y mantener el negocio en tiempos de pandemia y más allá de ella.
Son muchas las cosas que aún se desconoce de este nuevo virus llamado COVID-19, pero lo que sí parece claro es que el mundo post coronavirus será muy diferente al mundo pre coronavirus. Este cambio radical también se notará en la industria de la gestión de activos. Se enfrenta a una nueva normalidad con el objetivo de mantener en la mejor manera posible unos márgenes que ya en los últimos años se habían venido contrayendo ante un contexto de bajas rentabilidades, alta competencia y reducción de comisiones para hacer frente al boom de la gestión pasiva.
El reto es enorme pero la buena noticia es que si algo ha demostrado la crisis del COVID-19 es que la madurez de los inversores ha mejorado sustancialmente con respecto a la crisis de 2008, lo que se traduce en una menor volatilidad en una de las patas del crecimiento de los activos bajo gestión, la de las suscripciones y reembolsos como se ha visto en los flujos del primer trimestre.
“Los inversores han demostrado una gran madurez aguantado las dramáticas caídas de febrero y marzo, como evidencia un volumen de reembolsos muy escaso”, afirmaba en esta entrevista en FundsPeople Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA IM en España y Portugal. De hecho, a diferencia de otras crisis el modo risk off de los inversores no se ha traducido en un sell off sino en una adaptación del riesgo de sus carteras. “El inversor está analizando las cosas con mayor tranquilidad que en crisis pasadas. Más que tomar decisiones precipitadas están procediendo a hacer una evaluación más pausada de escenarios posibles”, destaca Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latinoamérica en una entrevista con FundsPeople.
Esa madurez del inversor, unida al hecho de que la caída del mercado se ha producido en muy poco tiempo y a que tampoco parece que haya alternativas seguras y rentables a diferencia de lo que sucedió en 2008 con los depósitos, son las tres causas que pueden estar detrás de ese aguante de la industria. Sin embargo, una cosa es lo que ha hecho el inversor hasta ahora y otra lo que hará a corto y medio plazo y de ahí que urja analizar qué pueden hacer las gestoras de activos para adaptarse a esta nueva situación no solo a corto plazo sino también a medio y largo plazo, ya que esta industria, como todas, también se enfrenta a un proceso de transformación.
En esa línea, desde la consultora Boston Consulting Group han publicado un informe titulado Protect, Adapt and Innovate, al que se puede acceder desde aquí, en el que analizan los retos a los que se enfrenta el sector tanto este año como en los venideros. “El 2020 no será fácil para la industria, pero podría marcan el comienzo de una era crucial en la que los inversores se vuelven más juiciosos sobre a quién le confían sus activos, y en qué tipo de estrategias. Las gestoras que prosperan son aquellas que innovan y evolucionan para adaptarse a las nuevas realidades que tenemos por delante”, apuntan.
En concreto, diferencian tres plazos: los próximos 30 días, los próximos 90 días y los próximos 180 días y establecen una serie de medidas en cada uno de ellos que se resumen en el siguiente gráfico.
“Las gestoras deben considerar cómo se adaptan a la nueva realidad. La gama de respuestas de la revisión de los planes estratégicos a la priorización esfuerzos para proteger las líneas superiores e inferiores. Nosotros instamos a las empresas a adaptar su actividad principal para el corto plazo, por ejemplo, acelerando el coste de iniciativas de eficiencia, duplicando en el ámbito digital distribución, y la búsqueda de oportunidades para fusiones y adquisiciones, centrándose al mismo tiempo en la innovación y la evolución a medio plazo. Ejemplos de tal enfoque incluyen la re imaginación de las operaciones modelo con un ecosistema asociado e identificando nuevas formas de diferenciarse en experiencia de clientes”, apuntan desde BCG.
Muy similares son las recomendaciones que se recogen para el sector en un informe titulado COVID-19 Assets y Wealth Management: Impactos y respuesta frente al COVID-19 elaborado por KPMG España. “El sector de la Gestión de Activos no está exento de los riesgos de la pandemia y debe actuar con determinación, equilibrando la seguridad de sus empleados y la cercanía a los clientes, sin olvidar una revisión estratégica para saber identificar los cambios económicos y sociales post COVID-19”, afirman.
Al igual que Boston Consulting Group, identifica también una serie de medidas que las gestoras de activos y banca privada entre las que se encuentran: acercamiento digital con los clientes, hacer énfasis en la gestión de liquidez y riesgo sistémico, asegurar la resilencia operativa y la gestión del capital humano, minimizar el riesgo de ciberataques y la pérdida de datos de clientes, analizar la estrategia corporativa y la consolidación de sector y gestionar fiscalmente los impactos del COVID-19.