El último año de Diaphanum se ha resumido en tres servicios: asesoramiento en ilíquidos, gestión de la liquidez y el proyecto de fundaciones. “Ha sido un año muy intenso”, confiesa Hugo Aramburu, socio director de Diaphanum. Actualmente, la firma gestiona alrededor de 2.200 millones de euros, cuenta con 77 empleados y 1.700 clientes. “Somos muy ambiciosos y exigentes con nosotros a nivel profesional. Queremos ser los líderes en el asesoramiento independiente en España”, arguye Aramburu.
Aunque no trabajan con objetivos numéricos, “sería raro que no alcancemos los 3.000 millones dos o tres años”, confiesa el experto. “Pero tampoco estamos obsesionados en las cifras, sino en ofrecer asesoramiento”, continúa.
En cuanto al perfil de su clientela, alrededor del 45% de los activos actuales son clientes con un patrimonio superior a los cinco millones de euros. Por servicios, un 30% está en Gestión Discrecional de Carteras (GCD) y el resto en asesoramiento.
Ilíquidos y gestión de tesorería
El nuevo paradigma económico de los últimos años, con tipos de interés en mínimos y la dificultad para encontrar rentabilidad en renta fija, ha impulsado la inversión en activos alternativos. Algo que desde Diaphanum vieron claro desde el primer momento. De hecho, la entidad especializada en asesoramiento independiente puso en marcha el pasado mes de octubre su área de activos ilíquidos. “Es tremendamente interesante incorporar ilíquidos en las carteras porque mejoras claramente la rentabilidad /riesgo, si asumes la iliquidez y estás asesorado. Pero es un error hacerlo con la venta de producto”, asegura Aramburu.
Otro servicio que ha crecido en el último año ha sido el de gestión de tesorería. “La manera que teníamos hace años de ganar algo de rentabilidad en esta parte era que los bancos retribuyeran el pasivo. Pero esto ahora ha cambiado, además, tienen las cuentas muy saneadas y una cuota de clientes estable que no les interesa hacer crecer”, comenta el experto.
En este segmento, la entidad invierte en fondos de renta fija cerrados, bonos, pagarés, etc. Sobre la nueva oleada de lanzamientos de fondos que buscan hacer competencia al depósito, Aramburu advierte: “Se están registrando todo este tipo de productos para intentar retener su pasivo el máximo tiempo posible a un menor tiempo posible”.
La tercera pata que han potenciado ha sido montar el departamento de fundaciones. Éstas reciben donaciones para financiar proyectos sociales y necesitan sacar una rentabilidad a ese dinero, cuenta el experto. Están por encima de los 150 millones de euros que les da mandatos de gestión discrecional.
