Identificando apuestas ganadoras: el caso de las farmacéuticas chinas

Steve_Webel
Steve Webel, Flickr, Creative Commons

Después de una primera parte del año de inusitada fortaleza y de un verano movido, China sigue planteando retos a los inversores: actualmente el Partido Comunista Chino está revisando el próximo Plan Quinquenal, en el que seguirán aplicándose reformas estructurales. Entre tanto, el Banco Popular de China ha vuelto a adoptar nuevas medidas de estímulo, como el reciente recorte de tipos de interés. En este entorno, ¿puede existir algún sector que ofrezca oportunidades de inversión y que además sea una inversión defensiva? 

Para los expertos de Mirae Asset, gestora surcoreana especializada en mercados emergentes, el sector farmacéutico sigue encerrando oportunidades en China a pesar de haber registrado una extraordinaria tasa compuesta de crecimiento anual del 22% en los últimos diez años.  “China sigue siendo un mercado de baja penetración para varias terapias y seguimos esperando un volumen de crecimiento entre modesto y fuerte en los próximos años”, afirman los autores de un informe reciente de Mirae dedicado exclusivamente a esta temática. 

Cómo identificar a los ganadores

“Toda la industria se está beneficiando y está evolucionando gracias a motores fundamentales como el crecimiento de los ingresos per cápita, los cambios en el estilo de vida, el envejecimiento de la población y los avances tecnológicos”, detallan los expertos. Para distinguir los valores más atractivos de aquellos que pueden representar una trampa, los expertos de Mirae proporcionan varias claves para identificar a las compañías que puedan ser líderes del mañana en la industria farmacéutica china. 

 La primera es que centrarse en compañías que hayan desarrollado terapias de alto crecimiento, como las aplicadas al sistema nervioso central, el sistema respiratorio, terapias biológicas y contra el cáncer o para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares. 
El segundo requisito es que la compañía tenga presencia en productos complejos, con conocimiento propio técnico y/o sobre la producción que actúe como una barrera de entrada ante nuevos participantes del mercado, lo que implica una competición más baja. 

También se ha de vigilar que los productos de la farmacéutica gocen de protección por patentes, pues reduce el riesgo de rebajas de precio y proporciona una alta visibilidad de beneficios en el corto plazo. Desde la firma indican que, de media, una nueva entidad farmacéutica puede necesitar entre 7 y 14 años o más en un ciclo de desarrollo y aprobación de nuevos fármacos (más la correspondiente patente, que duraría varios años), mientras que un fabricante de genéricos tarda entre 5 y 9 años. Los fabricantes de nuevas medicinas pueden tener más oportunidades de desarrollo en China “dada la protección por patentes y la construcción gradual de intensidad competitiva”. 

El último requisito es que la compañía en cuestión invierta en I+D y cuente con una amplia oferta de producto. En cambio, desconfían de las licitaciones públicas: “China sigue un mecanismo de licitación para la adquisición de fármacos en hospitales públicas. Cada provincia sigue un proceso de licitación cada tres años o más, favoreciendo a los pujantes con precios inferiores. Los hospitales públicos pueden adquirir sólo fármacos de los ganadores del concurso. Hemos presenciado recortes severos de precios en terapias muy desarrolladas, donde se ha incrementado la competición”.