¿Implica la gestión pasiva en renta fija un mayor riesgo para los inversores?

Josiah_Mackenzie
Josiah Mackenzie, flickr, Creative Commons

La gran ventaja de los fondos de gestión pasiva es que se limitan a replicar un índice. Al no contar con un equipo de gestores que selecciona títulos y rota la cartera cuando lo considera conveniente, los fondos pasivos pueden cobrar unas comisiones muy inferiores a los de gestión activa, un aspecto que ha impulsado enormemente su crecimiento en los últimos años. Sin embargo, esta característica –replicar un índice– podría suponer una amenaza creciente, al menos en el entorno de la renta fija.

Según el análisis desarrollado por los expertos de PIMCO James Moore y Scott Spalding, “desde la crisis financiera, la política monetaria y la emisión de bonos por el Tesoro estadounidense han provocado un incremento de la duración y una caída de las rentabilidades del Barclays U.S. Aggregate Index”, el índice más representativo del mercado de bonos estadounidenses con grado de inversión y el que con mayor frecuencia replican los fondos pasivos de renta fija core.

“Los inversores suelen comprar bonos core para reducir la volatilidad y generar rentabilidades de calidad en la cartera”, señalan los expertos, que destacan además que las características de duración y rentabilidad de esta parte de la cartera suele actuar como el principal elemento de diversificación frente a la exposición a renta variable. Sin embargo, las medidas de política monetaria adoptadas en Estados Unidos desde finales de 2008 han aumentado significativamente la duración del U.S. Aggregate y han reducido la rentabilidad, por lo que “ahora mismo, usar fondos que replican índices de renta fija core expone las carteras a un mayor riesgo de tipos de interés que no se ve compensado adecuadamente por las rentabilidades”.

Gestión activa del riesgo

Además del riesgo de duración, Moore y Spalding advierten de que la calidad crediticia media del componente de crédito corporativo del índice estadounidense ha caído en los últimos años, como muestra el gráfico inferior.

La explicación es que los bajos tipos de interés impulsados por la Reserva Federal estadounidense fomentaron la emisión de deuda por parte de las empresas, que en muchos casos emplearon los fondos para recomprar acciones, alterando sus estructuras de capital y, en ciertos casos, incrementando sus niveles de apalancamiento. Teniendo en cuenta que el U.S. Aggregate pondera más a las empresas con mayores volúmenes de emisiones, el resultado es que los fondos que replican este índice asumen más exposición a empresas más apalancadas, lo que, en opinión de los expertos de PIMCO, “subraya la necesidad de un proceso de revisión activa del riesgo de crédito”.

“Por defecto, los fondos que replican índices no cuentan con mecanismos para gestionar activamente los riesgos inherentes al índice. Aunque la gestión activa suele asociarse principalmente a la oportunidad de batir al índice, ahora mismo ofrecen otra importante ventaja: el potencial para mejorar el perfil de riesgo del índice”, concluyen.