Por lo general los hijos representan, al menos, el segundo mayor gasto que la mayoría de las personas asumen en su vida adulta, después del coste de la vivienda, que depende en sí misma (generalmente) del tamaño de la familia. Como vemos en el gráfico que comparten desde Goldman Sachs AM, hay países en los que el coste del cuidado de hijos en porcentaje de los ingresos supera el 33%. “Las ramificaciones financieras de no tener hijos son muy significativas”, sentencian desde la gestora.
La gente joven ya no quiere tener hijos
¿Qué pasa entonces si la tendencia demográfica a nivel global es de una reducción en las tasas de nacimiento? Pues que las implicaciones financieras no son solo para la población en general, sino también para la asignación de activos. Y es tan relevante porque ya no son los Baby Boomers los únicos motores del consumo global.
“Con unos 4.900 millones de personas en ambas generaciones, los Millennials y la Gen-z se han convertido en las mayores cohortes de población de la historia, con un gran poder adquisitivo, y representan una parte significativa de la mano de obra mundial”, recalcan desde GSAM. En su opinión, estas generaciones más jóvenes pueden seguir siendo los principales titulares de la riqueza y la renta mundiales y podrían impulsar la economía mundial en las próximas décadas. “Los jóvenes dictarán e interrumpirán los patrones de gasto global, proporcionando oportunidades tanto para las empresas como para los inversores”, sentencian.
Y una de las características de la generación de Millennials y la Gen-z es una menor tasa de hijos. ¿Por qué? “Desde los años veinte, la tasa de mortalidad infantil no ha dejado de disminuir, hasta alcanzar su punto más bajo en 2020. A falta de planes de jubilación, muchos dependían de sus hijos para garantizar el cuidado de los ancianos. Creemos que esto ya no es lo habitual en muchas sociedades, donde las normas y expectativas culturales han cambiado, y la planificación financiera y los servicios sociales están más disponibles. También hay una mayor conciencia de los costes de tener hijos. El coste del cuidado de los hijos está aumentando casi el doble que la tasa de inflación”, defienden los gestores del GS Global Millennials Equity.
Clave para las dinámicas de consumo mundial
Precisamente con esa tesis se lanzó en 2016 el GS Global Millennials Equity, que esta puede ser la generación que impulse el consumo en el futuro, en parte debido a las menores tasas de natalidad y a la mayor renta disponible. Y esta tesis original va cobrando más fuerza con el paso del tiempo. “Esta generación no solo dispone de más dinero para gastar en sí mismos de lo que habíamos previsto, sino que la Generación Z puede ser aún más indulgente”, detectan los gestores.
En su conjunto, el patrón de consumo de los más jóvenes, en comparación con las generaciones anteriores, es aún más visible en ciertas áreas: viajes, experiencias, cenas en restaurantes y bienes de consumo más sofisticados y ambiciosos como los bienes de lujo. Estas son áreas en las que la cartera de este fondo con Rating FundsPeople en 2024 ya tiene una alta representación, pero también áreas en las que su comprensión de la evolución de las preferencias generacionales en los últimos ocho años ha reforzado nuestra convicción.
Implicaciones para la inversión
¿Y qué implicación tiene esta megatendencia demográfica para la asignación de activos? En opinión del equipo gestor de GSAM, las categorías de estilo de vida que suelen pasar a un segundo plano con niños pequeños en casa -como los viajes, salir a cenar, el entretenimiento en directo y los bienes de consumo de gama alta- seguirán beneficiándose de esta tendencia. Y se respaldan con varios datos interesantes. En 2030, la Generación Z representará el 25-30% de las compras del mercado del lujo, mientras que los millennials representarán el 50-55% según el estudio de Bain & Co, Long Live Luxury: Converge to Expand through Turbulence. Asimismo, el 85% de los millennials afirman que quieren viajar a lugares donde puedan sumergirse en la cultura local según Forbes.