Deuda privada: claves de un mercado en auge
El último Think Tank de AlterForum se centró en un mercado con una mayor estabilidad en los retornos, mejor liquidez que el private equity y una diversificación amplia.
La desintermediación bancaria ha hecho aparecer nuevos agentes en el mercado para dar respuesta a una necesidad de financiación más flexible y especializada. No obstante, la deuda privada es un activo que no se puede comparar con la inversión en renta fija dada su iliquidez. A pesar de ello, estamos ante fondos de menor duración que el private equity y que ofrecen una mayor diversificación a la cartera del inversor. Por otra parte, este mercado ofrece oportunidades de inversión alternativa, cada vez más en auge, como es el caso de los capital solutions o el growth capital.
En el VIII Think Tank organizado por AlterForum, el espacio de FundsPeople para los mercados privados, hablamos de deuda privada con Patricia García, Private Markets Analysis & Selection, Quality Funds BBVA; Hamza Filali, Gestor de Deuda Privada europea, Morgan Stanley IM; Cipriano Sancho, responsable de Alternativos, Santander AM; y Ángel de Molina, Senior Sales de PIMCO.

Durante la última década, y especialmente tras la crisis financiera global, el entorno de tipos de interés bajos, la fuerte demanda de los inversores de rentabilidades ajustadas al riesgo, los cambios regulatorios y la evolución de la desintermediación bancaria han propiciado la aparición de nuevos actores en el mercado. Según Ángel de Molina, “esta necesidad de financiación ha dado lugar a un mercado de deuda privada que ha despertado un gran interés. Aunque la subida de los tipos de interés ha redefinido el panorama, seguimos observando un crecimiento sostenido del mercado y una creciente demanda de modelos de financiación alternativos junto a los tradicionales, lo que genera un entorno propicio para este tipo de inversión”.
1/5No obstante, si realizamos una comparativa entre mercados, EE.UU. va alrededor de 5 años por delante de Europa en cuanto a desarrollo. Hamza Filali señala que “la deuda privada en Europa ha experimentado una aceleración más rápida que en EE.UU., donde el mercado es más maduro y domina con una cuota del 75-80%, frente al 50-55% en Europa. Aún hay margen para seguir creciendo. Ya lo vimos entre 2010 y 2012 con la expansión de la deuda privada en el lower midmarket, y ahora observamos cómo este tipo de financiación gana terreno en operaciones de mayor tamaño”. Según el experto en deuda privada de Morgan Stanley IM, esta evolución responde a dos factores clave. En primer lugar, el mercado público de deuda ha mostrado una tendencia de apertura y cierre intermitente desde 2018, lo que genera incertidumbre para los fondos de private equity, que dependen de una financiación estable. En segundo lugar, la entrada de gestoras estadounidenses en Europa, más enfocados en el sector tecnológico, ha impulsado la demanda de financiación alternativa en las compañías de mayor crecimiento. “Por estos dos factores, la deuda privada ha experimentado un crecimiento significativo en Europa en los últimos años y seguirá expandiéndose, especialmente en el segmento de LBOs”, concluye.
2/5Además de estos factores, existen otras razones que explican el sólido crecimiento del mercado de deuda privada en los últimos años. Cipriano Sancho destaca, en primer lugar, la desintermediación bancaria, ya que los bancos han reducido su participación en un segmento que sigue demandando financiación. Esto ha abierto la puerta a nuevos actores que ofrecen soluciones más personalizadas, ágiles y flexibles, con tiempos de originación significativamente menores. No obstante, también es crucial considerar la perspectiva tanto del inversor como del gestor. “Desde el punto de vista del inversor, la creciente valoración de este mercado es un factor positivo, ya que reduce la volatilidad y aporta mayor estabilidad. Desde la óptica del gestor, existe una fuerte alineación de intereses, ya que los préstamos permanecen en sus balances hasta su vencimiento, y, además, la especialización juega un papel clave. Por último, para los gestores, este segmento resulta atractivo porque ofrece comisiones más elevadas, tanto en management fee como en performance fee”.
3/5Estamos ante un modelo de financiación más especializado y flexible, lo que resulta muy beneficioso para el private equity. Patricia García destaca que el capital privado ha desempeñado un papel clave en la evolución de este tipo de deuda, ya que en muchas ocasiones financia directamente al sponsor en las operaciones. “Es cierto que en el último año se han cerrado pocos deals nuevos y ha habido mas refinanciaciones y repricings, pero confiamos en que este año el mercado de M&A cobre impulso, lo que incrementará la necesidad de financiación para llevar a cabo nuevas operaciones”, señala.
4/5Rentabilidades e iliquidez
La deuda privada ofrece múltiples ventajas, pero también presenta ciertos aspectos que deben considerarse antes de invertir en este tipo de activo. Según Cipriano Sancho, “la agilidad en las distribuciones puede hacer que las rentabilidades reflejadas a nivel de IRR no se traduzcan directamente en múltiplos. Algunos inversores tienden a compararla con la renta fija pública, que es fully deployed, lo que puede generar confusión. Por ejemplo, un IRR del 10% puede convertirse en un múltiplo de 1,25 o 1,30 en una estrategia a siete años, lo que equivale a una rentabilidad anual del 3%. Es fundamental ajustar el mindset a estos factores para hacer comparaciones adecuadas”. Otro aspecto a tener en cuenta son las extensiones, que pueden prolongar los plazos de devolución del capital. “Hemos observado en varias ocasiones la ansiedad de los inversores por recuperar su capital y cerrar el fondo”, añade.
En este contexto, las estructuras evergreen podrían ser una opción para mitigar el problema de la iliquidez. Hamza Filali destaca que en el mercado estadounidense predominan estas soluciones, lo que reduce el impacto de esta problemática de liquidez. “En Europa, las aseguradoras y otros inversores institucionales todavía prefieren fondos cerrados porque trabajan con horizontes temporales más largos. En Morgan Stanley IM hemos querido replicar el éxito que hemos tenido con la plataforma americana de crédito privado, lanzando el Morgan Stanley European Private Income Fund (EPIF), una estrategia que ofrece la oportunidad de acceder al mercado europeo de deuda privada en un formato semi-líquido”.
Menor duración que el private equity
En efecto, la iliquidez de un fondo de deuda es menor que en uno de private equity o de infraestructuras. Suelen ser fondos de entre 5 y 8 años más las extensiones, mientras que uno de private equity es de 10-12 años más extensiones. Además, hay otros aspectos en juego, dado que “la deuda privada depende de que te paguen los intereses y te devuelvan el principal, no tanto de la revalorización del activo o de su propia venta”, según Patricia García. Por tanto, aporta mayor liquidez, pero también mayor diversificación. “El direct lending está mayoritariamente invertido en sectores contracíclicos, lo que es importante, de hecho, el direct lending sponsored es la estrategia con el menor nivel de pérdidas realizadas, por debajo del 1%, dato significativamente inferior en comparación con los préstamos sindicados o los bonos high yield”.
Otro de los beneficios clave que ofrece la deuda privada es la posibilidad de diversificar las carteras. Según Ángel de Molina, “desde la perspectiva de la banca privada, este activo permite diversificar más allá de los mercados tradicionales, lo que representa una ventaja significativa. Sin embargo, también conlleva una restricción en las primas de liquidez, lo que podría ser un inconveniente. Así, la clase de activo puede implicar un nivel de riesgo más alto, pero al mismo tiempo ofrecer rentabilidades potencialmente superiores.
Oportunidades de inversión
Dentro de las oportunidades o tendencias de inversión dentro del segmento de deuda privada, destacan la deuda de capital solutions o fondos más oportunísticos, que se llevan a cabo en situaciones más complejas y requieren una mayor restructuración. Será un segmento con muchas oportunidades de cara a futuro.
A estas estrategias se unen otras como el NAV Finance, Risk Transfer o el Growth Capital, que permiten tener una menor duración en el activo, con una yield mayor. Además, podremos ver un mayor auge del mercado de secundarios, que se está expandiendo y crecerá en función de las necesidades de liquidez de los distintos inversores. Por último, también será tendencia el growth equity y el segmento wealth, que está comenzando en Europa y está muy desarrollado en EE.UU.
En resumen, la deuda privada se caracteriza por una mayor estabilidad en los retornos, mejor liquidez y una diversificación más amplia. También ofrece una menor volatilidad en comparación con otros activos de renta fija y una estructura de pagos predecible, lo que la convierte en una alternativa de inversión atractiva. La especialización de los gestores y la creciente sofisticación de las estrategias de inversión han contribuido a mejorar la eficiencia y rentabilidad del sector, consolidándolo como una opción clave dentro del ecosistema de inversión alternativa.
5/5