Deuda privada en un contexto de bajadas de los tipos de interés
Los responsables de inversión de HNA, Mutuactivos y Banca March nos dan su visión sobre el impacto de la bajada de tipos en las perspectivas de la deuda privada no cotizada.
El fundraising de deuda privada ha mostrado un crecimiento extraordinario en los últimos años. Según Pitchbook, desde 2006 hasta 2021, el capital recaudado se ha multiplicado por más de cinco. La evolución ha sido impulsada en gran medida por las tensiones inflacionistas, que crearon un pico de fundraising significativo en 2021. Sin embargo, en 2022 y 2023, se ha producido un moderación en el capital recaudado.
La capacidad de protección frente a la inflación y subidas de tipos de interés han sido uno de los argumentos favorables para invertir en este tipo de activo. La mayoría de la financiación mediante crédito privado se concede a tipo variable, ajustándose a las variaciones de los tipos de interés, lo que proporciona una mitigación de los tipos de interés en tiempo real. Sin embargo, ahora que bajan los tipos de interés, la pregunta que cabe hacerse es cómo afecta a los activos de deuda privada. Consultamos a los inversores.
IMPACTO DE LA BAJADA DE TIPOS DE INTERÉS
Xevi Moreno, director de Inversiones de HNA, señala que, si los tipos bajan, la presión financiera para las empresas se reducirá para todas ellas, deberán destinar menos dinero para pagar los intereses de los préstamos, esto será beneficioso para todos los segmentos en general. “Si bien puede que algunos sectores salgan más beneficiados que otros, un factor relevante que nos gusta de la deuda privada es el análisis detallado que se hace por empresa”, explica.
"Si los tipos bajan, la presión financiera para las empresas se reducirá para todas ellas, deberán destinar menos dinero para pagar los intereses de los préstamos, esto será beneficioso para todos los segmentos en general"
Moreno destaca que, aunque es importante en qué sector opera cada compañía, aquellas que sean capaces de crecer, incrementar los márgenes y el EBITDA, serán las que mejor se comportarán. Si, por el contrario, las empresas que salen a pedir dinero al mercado no han crecido y generado caja y, solo son refinanciaciones de préstamos existentes, tendrán mayores problemas y los diferenciales que deberán pagar serán más altos.
Emilio Ortiz, director de Inversiones de Mutuactivos, añade que la bajada de tipos favorece más a aquellos activos de mayor duración y de mayor calidad crediticia. “Las empresas muy endeudadas también se ven favorecidas, pero están más expuestas en un escenario de posible recesión”, matiza.
¿SIGUE SIENDO LA DEUDA PRIVADA UNA INVERSIÓN ATRACTIVA?
Desde la unidad de Servicios de Inversión de Banca March, dibujan un escenario de aterrizaje suave de la economía, lo que supondrá que, aunque el crecimiento se moderaré en los próximos meses, hacia finales del próximo año volveremos a experimentar una reaceleración económica impulsada por un coste de financiación más reducido. Ante este escenario, “continuamos muy positivos en el segmento de préstamos privados, donde consideramos que existe mucho valor y capacidad para extraer retorno beneficiándonos de su prima de iliquidez”, señala el equipo.
También confía en el activo Xevi Moreno: “El haber invertido en este activo durante mucho tiempo y en distintos momentos económicos te da una visión mucho más global y te ayuda a tomar decisiones. Seguimos confiando en el activo y el diferencial de tipos que ofrece respecto a los bonos tradicionales”. Sin embargo, afirma que son más cautos a la hora de seleccionar gestores (en su caso lo hacen a través de fondos), tipo de activo (hay mucha variedad dentro de la deuda privada), tamaño de las empresas, etc. “Ya se está viendo que a las empresas les va a costar más conseguir préstamos. De ahí la importancia de invertir en gestores que realmente ofrezcan un valor añadido claro, con equipos amplios y experiencia dilatada para lidiar en todo tipo de situaciones. Sin olvidar que a los gestores les está costando mucho levantar nuevos fondos ante este panorama económico, los inversores no comprometen el dinero lo que comprometían hace años. Son muchos los factores que hace que la inversión en este tipo de activo varíe en el tiempo y situación económica y los gestores a seleccionar sean distintos en cada momento”, explica.
"El mercado descuenta un aterrizaje suave en el que el crecimiento económico se mantiene y las empresas mantienen una buena salud financiera”.
Para Emilio Ortiz, en términos marginalistas, una reducción en los tipos de interés es favorable para los activos de riesgo, incluyendo la renta fija privada, porque estimula el crecimiento de la economía, reduce el coste financiero de las empresas y favorece las valoraciones al reducir la rentabilidad de los activos libres de riesgo (la deuda pública). Sin embargo, recuerda que el giro en la política monetaria que estamos viendo obedece a un cambio en las expectativas de crecimiento e inflación de los propios bancos centrales. “Si en los últimos trimestres su obsesión ha sido frenar la inflación, parece que ahora están más preocupados por evitar una posible recesión que, de llegar a producirse, seguramente llevaría aparejada un deterioro de la salud de las empresas y un aumento en los impagos y esto no sería bueno para el crédito privado”, explica. Añade que, en la actualidad, “las primas de riesgo de crédito, que están cerca de los mínimos plurianuales, parecen descontar un escenario de aterrizaje suave, en el que evitaríamos la temida recesión. Pero, como no podemos descartar un escenario más adverso y, con los diferenciales de crédito tan bajos, el potencial limitado, preferimos ser prudentes a la espera de mejores oportunidades.
Dicho esto, seguimos viendo oportunidades en algunos sectores en los que las cosas van claramente a mejor, como el inmobiliario, donde estamos viendo un proceso de desapalancamiento que favorece mucho a los bonistas”.
¿PODRÍAMOS VER UN AUMENTO DE DIFERENCIALES?
Tal como señala Emilio Ortiz, las bajadas de tipos obedecen, típicamente, a un contexto macroeconómico más difícil, en el que los diferenciales de crédito deberían subir para compensar por el mayor riesgo de impago. “Pero ahora mismo el mercado descuenta un aterrizaje suave en el que el crecimiento económico se mantiene y las empresas mantienen una buena salud financiera”.
Para Xevi Moreno, bajadas de tipos y aumento de diferenciales son dos cosas distintas, si bien a veces pueden estar correlacionadas. Los diferenciales de los préstamos irán en función en riesgo que el mercado perciba para cada una de las empresas y/o sectores, mientras que los tipos de interés dependerán de la evolución de las expectativas de la inflación y las actuaciones del banco central correspondiente. “Si la bajada de tipos se produce porque la inflación se modera, pero la economía sigue a un buen ritmo, no creemos que los diferenciales aumenten, al contrario. Actualmente el escenario central es que los tipos bajarán y la economía, si bien está muy sostenida artificialmente, continuará su buena senda. En este caso, si las empresas son capaces de hacer frente a sus compromisos podemos ver bajadas de tipos y de diferenciales al mismo tiempo. Es más, si los tipos bajan, menos presión para las empresas para hacer frente a sus compromisos financieros, factor positivo a priori”, apunta.