Después de unos años con escasa rotación de cartera y pocas distribuciones, el mercado de private equity muestra signos de reactivación. Sin embargo, este despertar se produce en un entorno macroeconómico complejo, lo que exige una lectura estratégica de las oportunidades. El historial del sector muestra que las añadas surgidas en contextos de incertidumbre tienden a registrar retornos superiores a la media, por lo que el periodo 2024-2025 se perfila como un momento interesante de mercado. Eso sí, ya no vale solo con apalancar compañías y realizar build ups, es necesario realizar estrategias que generen verdadero valor a las participadas. Los inversores buscan gestoras con buen track record, pero ya no buscan medir los objetivos con la TIR, sino con el DPI, dando más valor a las distribuciones, ahora ausentes.