Fondos cerrados, semilíquidos y evergreen II: mecanismos de gestión de liquidez
Durante los últimos años, han ido surgiendo estructuras y fondos semilíquidos, con un plazo definido, pero también ventanas de liquidez periódicas, y fondos evergreen, mucho más abiertos y sin fecha de vencimiento. En este artículo, hablamos de potenciales mecanismos de liquidez y de rentabiidad, con una "prima de complejidad" que cada vez tiene más hueco en el mercado.
Como respuesta a la necesidad de una mayor flexibilidad y liquidez por parte de los inversores, durante los últimos años, han ido surgiendo estructuras y fondos semilíquidos, con un plazo definido, pero también ventanas de liquidez periódicas, y fondos evergreen, mucho más abiertos y sin fecha de vencimiento. Hace unos meses, hablamos de esa flexibilidad, que facilita la diversificación entre diferentes clases de activos, sectores y añadas, de sus estrategias de inversión, y también de las desventajas que se pueden presentar. En las siguientes líneas, hablaremos de potenciales mecanismos de liquidez y, por supuesto, de rentabilidad, con una “prima de complejidad” que cada vez está encontrando un mayor hueco en el mercado.
Mecanismos de liquidez
Tanto los fondos abiertos como los cerrados tienen sus ventajas e inconvenientes, lo importante es que los inversores tengan muy claro en qué clase de vehículo están invirtiendo. Por lo general, los dos tipos de fondos invierten en una tipología de activos similar. Sin embargo, Íñigo Repáraz, Executive Director de Relación con Inversores en AltamarCAM Partners, apunta que “la diferencia radica en que los fondos abiertos semilíquidos mantienen un porcentaje de su cartera en efectivo con el objetivo de proporcionar cierta liquidez a sus inversores. Además, cuentan con otros mecanismos para gestionar esta liquidez de manera eficiente. Por ejemplo, líneas de crédito que les ayudan a optimizar la tesorería, o fijar un porcentaje anual máximo de reembolsos, que normalmente se sitúa en el 20% del valor del fondo. Este último tiene como objetivo mantener el valor de los inversores que optan permanecer en el fondo frente a los que deciden reembolsar su capital”.
"Uno de los métodos para conseguir liquidez es la combinación de estrategias de inversión"
Cristina Moreno (Arcano Partners)
En efecto, los fondos semilíquidos suelen utilizar herramientas como los límites de reembolso o la posibilidad de suspender las suscripciones y los reembolsos para que el gestor pueda controlar mejor la liquidez. Tim Boole, Responsable de Gestión de Producto de Schroders, apunta que, además, “estas herramientas de liquidez ayudan a moderar el comportamiento de los inversores en caso de eventos de estrés del mercado. Si un inversor sabe que tendrá que esperar de tres a seis meses antes de poder salir de un fondo, es menos probable que salga impulsivamente”. No obstante, la primera herramienta para conseguir gestionar esa liquidez es la construcción de la cartera, lo que se considera la primera línea de defensa. Una cartera bien construida, diversificada por geografía, sector, tipo y añada, puede crear un nivel de liquidez natural que sea regular y consistente. “Cuando realizamos varias simulaciones a través de nuestros programas de inversión en private equity, descubrimos que, en todas las situaciones de mercado, salvo las más extremas, el nivel de liquidez natural era más que suficiente”, en palabras de Tim Boole.
El temor a que los inversores puedan salir impulsivamente en situaciones complicadas de mercado es uno de los aspectos que se intenta mitigar. “El establecimiento de periodos de bloqueo inicial durante la fase de construcción de cartera, la fijación de periodos de preaviso (ventanas específicas) y límites en los reembolsos (% determinado por ventana), líneas de crédito, etc. son algunos de los instrumentos que se suelen utilizar”, comenta Cristina Moreno. No obstante, la directora de Business Development de Arcano Partners está de acuerdo en que uno de los principales métodos para conseguir la tan buscada liquidez es simplemente “la combinación de estrategias de inversión, que tengan distintos perfiles de flujos de caja (los secundarios suelen tener distribuciones tempranas, las coinversiones permiten desembolsos inmediatos, etc.) y distintos tipos de activos que incorporen rentas recurrentes (crédito, inmobiliario e infraestructuras). En función de las estrategias de inversión, los propios vehículos pueden tener herramientas para generar un extra de liquidez, como la incorporación de líneas de crédito, la inversión en secundarios o las inversiones maduras”.
La prima de iliquidez
¿Cuánto riesgo asumes? Esa es la pregunta que todo inversor debe hacerse. Cualquier producto debe ir de la mano del conocimiento previo del riesgo asumido. Por una parte, la iliquidez suele permitir al gestor generar un plus de rentabilidad, por lo que, en el caso de los productos semilíquidos, en los momentos de estrés del mercado es posible que el inversor no pueda obtener toda la liquidez que desea en el momento en el que lo necesita. Además, “el precio de compra o venta de las participaciones en un fondo abierto se basa en el valor de mercado, que puede variar y estar influenciado por la demanda y la oferta”, apunta Cristina Moreno.
Las ventanas de liquidez pueden restringir el momento y la frecuencia de los reembolsos, lo que limita la capacidad de los inversores para acceder rápidamente a su capital. Ignacio Resusta, especialista de inversiones en mercados privados de UBS AM, asegura que, “con el fin de cumplir con los requisitos de liquidez y las solicitudes de reembolso, es posible que los fondos semilíquidos deban asignar una mayor parte de su cartera a efectivo o activos equivalentes, especialmente durante la fase de construcción de la cartera, cuando las distribuciones de los activos subyacentes pueden ser limitadas”. Esta asignación a activos líquidos puede afectar al potencial de rentabilidad del fondo, ya que el efectivo o sus equivalentes suelen ofrecer rendimientos más bajos en comparación con otras oportunidades de inversión.
"En el mercado actual, la prima de complejidad, más que la prima de liquidez, tiene una importancia creciente"
Tim Boole (Schroders)
La "prima de iliquidez" ha estado presente durante mucho tiempo en las conversaciones sobre la rentabilidad de los activos privados. Pero a medida que el mercado crece y evoluciona, la forma en que se genera la rentabilidad está cambiando. Tim Boole explica que “como la captación de fondos está por encima de su tendencia a largo plazo para algunas estrategias de activos privados, esto puede poner la prima de iliquidez bajo presión. Esta es una de las razones por la que en el mercado actual la prima de complejidad, más que la prima de iliquidez, tiene una importancia creciente. La prima de complejidad es el exceso de rentabilidad que puede captarse en los activos privados cuando se dan dos factores. En primer lugar, cuando surge una situación especialmente compleja en términos de acceso, riesgos y oportunidades. En segundo lugar, cuando se despliegan habilidades poco comunes para buscar, seleccionar y negociar, desarrollar y salir de la inversión”. La naturaleza de la prima de complejidad difiere según el tipo de activo, pero ambos factores son necesarios para que surja.
En definitiva, las estructuras de fondos semilíquidos y evergreen ofrecen una mayor flexibilidad y diversificación, pero es esencial que los inversores comprendan las características de estos vehículos, como los límites de reembolso y los periodos de bloqueo, que buscan mitigar los riesgos de salidas impulsivas. De esta manera, la prima de iliquidez ha estado muy presente en las conversaciones sobre rentabilidad, pero a ella se suma ahora la prima de complejidad, que recompensa esa gestión en situaciones más complicadas. En definitiva, una combinación de estrategias de inversión diversificadas y herramientas de gestión de liquidez resulta crucial para maximizar las oportunidades y minimizar los riesgos en el entorno de los fondos semilíquidos y evergreen.