La adaptación a los avances y novedades en el ámbito tecnológico es uno de los desafíos a los que se enfrenta la banca privada en España. Sobre ellos ha hablado Jorge Gordo, director de Banca Privada de BBVA, en el marco del Think Tank BNY Mellon, organizado por Funds People en colaboración con BNY Mellon […]
La adaptación a los avances y novedades en el ámbito tecnológico es uno de los desafíos a los que se enfrenta la banca privada en España. Sobre ellos ha hablado Jorge Gordo, director de Banca Privada de BBVA, en el marco del Think Tank BNY Mellon, organizado por Funds People en colaboración con BNY Mellon Investment Management.
“Creo que deberíamos pensar en qué tecnología de la que hoy tenemos disponible podemos utilizar para dar un servicio mejor a los clientes de banca privada y altos patrimonios”, afirma Jorge Gordo, que añade que la entidad está dedicando muchos esfuerzos al tema de la agregación y la consolidación de posiciones. “Si somos capaces de ofrecerle al cliente en el móvil, la tablet o donde sea, todas sus posiciones estén donde estén; y no solo enseñárselo sino acompañarlo con una pieza de análisis, un asesoramiento global, creo que avanzaremos mucho. Esto sí que es una tecnología mucho más rompedora que un robot advisor para un cliente de banca privada y de altos patrimonios”.
En relación a los robot advisor explica que, como ha ocurrido en países como EE.UU., los robo advisor se están convirtiendo en híbridos, “están intentando incorporar servicios en lo que ya aparece un gestor personal porque se están dando cuenta de que en momentos como los actuales los clientes necesitan descolgar el teléfono y hablar con alguien o recibir información de un gestor. Esta evolución se va a traducir en un incremento de los costes, de forma que o consiguen mucho más volumen o van a tener pocos activos bajo gestión”.
Sobre la implantación de MiFID II, comenta que ha ayudado a reordenar todos los niveles de servicio, lo que la entidad ha aprovechado para “mejorar todos y cada uno de ellos, desde la ejecución hasta el asesoramiento más especializado”. En el caso de la banca privada de BBVA, afirma que todos los servicios han experimentado un avance, especialmente los referentes a la gestión discrecional de carteras, que creció un 22% en 2018, y al asesoramiento recurrente, que se ha incrementado un 20%.
Esa reordenación de los servicios que ha traído MiFID II ha podido generar en algunos casos la necesidad de adaptar la plantilla al nuevo entorno. En el de BBVA, Jorge Gordo explica que los cambios los realizaron fundamentalmente en 2017 por el nuevo modelo de banca privada, pero no por la llegada de la nueva regulación: “Hemos crecido en el periodo 2017-2018 lo mismo que crecimos en 2016-2017. Contamos ya con 555 banqueros, y seguiremos incrementando su número porque el negocio está creciendo. Los clientes aumentaron a un ritmo superior al 4% en 2018, con lo que seguiremos necesitando banqueros privados”.
Respecto a la evolución de los mercados financieros, reconoce que 2018 ha sido un año complejo, y respecto a lo que pueda ocurrir en este 2019 recuerda que seguimos en un entorno de crecimiento global, aunque riesgos geopolíticos como el Brexit o la guerra comercial emprendida por EE.UU. imposibilitan verlo: “Ni tenemos una recesión ni se la espera en los próximos meses. Pero la situación se tiene que despejar y mientras esto no ocurra creo que nos va a tocar vivir en los próximos meses un momento parecido al actual”.