La cifra de la semana en mercados privados y la exposición a infraestructuras en las carteras
6,4%. Esta es la cifra que nos presenta Laura Sanz, responsable de Mercados Privados de Santalucía.
COLABORACIÓN de Laura Sanz Suárez, responsable de mercados privados de Santalucía.

La cifra de la semana es 6,4%. Esta es la asignación media a infraestructuras de las carteras institucionales en 2023, frente al 3,5% que representaba este segmento en 2014.
Existe una creciente necesidad global de impulsar y mejorar las infraestructuras para promover la industrialización, el crecimiento económico y el bienestar social. La inversión en infraestructura, por su carácter esencial y de servicio básico, ha sido tradicionalmente dominio de los gobiernos e instituciones públicas. Sin embargo, los estados por sí solos no pueden satisfacer íntegramente estas inversiones dadas las crecientes necesidades y el elevado nivel de deuda pública. Esto genera una oportunidad para los inversores privados, que se sitúan como un actor importante en la financiación y el desarrollo de proyectos de infraestructura críticos.
Oportunidades de inversión en infraestructuras
Las inversiones privadas en infraestructura ofrecen oportunidades atractivas para aquellos inversores que valoran consideraciones de ASG y que, además, buscan ingresos recurrentes y previsibilidad en sus rendimientos. Esto es posible por ser activos con capacidad de generar flujos de caja estables por beneficiarse de contratos a largo plazo o con demanda inelástica. En momentos de inflación elevada, como recientemente, las infraestructuras sirven como cobertura al tener ingresos indexados a la inflación. Además, las infraestructuras suelen mostrar una baja correlación con los mercados tradicionales de acciones y bonos, lo que las convierte en una herramienta eficaz de diversificación y reducción de la volatilidad general de la cartera.
Los inversores pueden obtener exposición a las infraestructuras a través de varios tipos de inversión dentro del mercado privado. Cada uno de los cuales ofrece diferentes perfiles de riesgo, rentabilidad y niveles de liquidez.
Una de las maneras más habituales es a través de fondos de infraestructura que agrupan capital de distintos inversores para invertir en múltiples activos de infraestructura, proporcionando diversificación y gestión profesional. Estos fondos pueden ser abiertos o cerrados, con un enfoque generalista o estar centrados temáticas específicas.
Los grandes inversores institucionales, como los fondos de pensiones o los fondos soberanos, también realizan inversiones directas, adquiriendo participaciones en empresas de infraestructura. Este enfoque proporciona un mayor control y potenciales ahorros de costes, pero requiere de un equipo experimentado.
Otra vía de exposición a este mercado es a través de los fondos de deuda que, al financiar proyectos de infraestructura, proporcionan intereses regulares y una exposición senior dentro de la estructura de capital.
Segmentos de inversión
Las oportunidades de inversión en infraestructuras son múltiples y pueden abarcar varias geografías (economías avanzadas, emergentes y en desarrollo) o centrarse en ciertos sectores, entre los que cabe destacar:
- Infraestructuras tecnológicas: redes de fibra óptica, torres de comunicación o centros de datos. Son activos fundamentales para el desarrollo de la economía moderna, si bien hay que ser conscientes de las elevadas valoraciones en este segmento y la complejidad logística y de permisos en ambientes urbanos.
- Energías renovables, impulsadas por la preocupación por la descarbonización y la autonomía energética (eg. REPowerEU).
- Infraestructuras de transporte y logística, promovidas por la creciente desglobalización y el enfoque en transporte sostenible.
Riesgos a vigilar
A pesar de sus considerables ventajas, los inversores deben ser conscientes de los riesgos inherentes. Entre ellos destacan los riesgos regulatorios y políticos, los riesgos operativos y de construcción, y los elevados requerimientos de capital.
Son proyectos con un largo horizonte temporal, que puede ser atractivos para aquellos inversores con perfil de largo plazo o que busquen alinear sus pasivos con sus inversiones como fondos de pensiones o aseguradoras.
El carácter ilíquido del activo se ha visto mitigado en los últimos tiempos con la aparición de fondos de secundarios o fondos abiertos con estructuras evergreen. Estos últimos ofrecen opciones de reembolso periódico a los inversores, dotando de mayor flexibilidad frente a los tradicionales fondos cerrados. Los fondos de secundarios en infraestructura, por su parte, están todavía en fase de crecimiento. Su desarrollo es muy relevante ya que permiten a los inversores optimizar su asignación de capital, tener un horizonte de inversión más corto e invertir en activos conocidos y maduros. Esto reduce los riesgos operativos al ser activos que han pasado su fase de desarrollo y que cuentan con un historial de rendimiento reconocido y probado.
Según Pitchbook, se prevé que el mercado crezca hasta alcanzar un tamaño de 1,7 billones de dólares en 2028. El crecimiento económico, el desarrollo social y el avance tecnológico requieren de un volumen significativo de inversiones en infraestructuras. Esta dinámica representa una oportunidad atractiva para los inversores privados que, con un foco en sostenibilidad, buscan rentabilidades estables, protección contra la inflación y diversificación de carteras.