La cifra de la semana en mercados privados y las infraestructuras del futuro
82% es el dato que esta semana explica Javier Alonso, socio del área de Inversiones alternativas de Abante.
COLABORACIÓN de Javier Alonso, socio del área de Inversiones alternativas de Abante.

La cifra es 82%. Las infraestructuras necesitan capital privado, y el 82% de los 308.000 millones de inversión necesaria para la descarbonización en España será privado. A nivel global, se necesitarán 215 billones de dólares para 2050.
Son numerosas las razones que justifican asignar una parte de la inversión en mercados privados a infraestructuras, no solo por ofrecer rentabilidad financiera sólida y estable, sino también porque permite participar en la transformación global hacia una economía más sostenible y digitalizada.
Invertir en infraestructuras es poner dinero en activos físicos esenciales que proporcionan servicios básicos a la sociedad, como transporte, energía, telecomunicaciones, sanidad, educación, agua y saneamiento. Suelen generar ingresos estables y predecibles mediante contratos a largo plazo y/o ingresos regulados, ofreciendo una combinación de retorno financiero y exposición a tendencias económicas clave, sin olvidar la protección frente a la inflación.
Transición energética
La descarbonización busca reducir de manera significativa las emisiones de carbono para mitigar el cambio climático y cumplir con los objetivos de sostenibilidad globales. Esta temática se ha convertido en el eje central de las inversiones en infraestructuras por su potencial transformador de sectores clave (energía, industria y transporte).
Las energías solar y eólica son tecnologías maduras y competitivas que están liderando esta transformación. A esto se suman soluciones innovadoras en desarrollo, como el almacenamiento de energía, la producción de biometano, el hidrógeno verde y la captura y almacenamiento de carbono, que abren nuevas posibilidades para reducir emisiones en sectores tradicionalmente difíciles de descarbonizar, como la siderurgia y el transporte marítimo. Estas nuevas tecnologías están avanzando rápidamente en la curva de coste para poder establecerse.
Digitalización
Redes de comunicación resilientes de fibra óptica y 5G facilitan conexiones rápidas y confiables, tanto para el comercio, como para todos los servicios basados en la nube y el internet de las cosas. Y también la digitalización es clave para garantizar la conectividad, reduciendo la brecha de la desigualdad. El procesamiento eficiente de los datos, la transferencia en tiempo real y su almacenamiento ha hecho que la inversión en infraestructuras digitales sea un vector fundamental.
En los últimos años, los centros de datos han ganado protagonismo como un pilar clave en la inversión en infraestructuras, al integrar sus características esenciales. Es necesario construir centros de datos avanzados que realicen el procesamiento masivo de datos requeridos por tecnologías como la IA y el aprendizaje automático de forma eficiente en términos energéticos dada la alta demanda de electricidad que requieren. Las economías deben prepararse para un futuro más conectado, eficiente y digital.
Tendencias demográficas
Las principales tendencias demográficas son el crecimiento de la población mundial (9.700 millones de personas en 2050), una mayor urbanización (en 2050 un 68% de la población vivirá en zonas urbanas) y el envejecimiento poblacional (un 16% será mayor de 65 años en 2050).
Este rápido proceso de urbanización presenta desafíos importantes para una planificación sostenible; muchos servicios básicos se verán impactados, desde la vivienda, a las redes eléctricas inteligentes o la gestión de residuos y los sistemas de saneamiento.
El alto envejecimiento poblacional implica cambios en la demanda de infraestructuras muy focalizado en la necesidad de infraestructuras de salud, accesibilidad en el transporte y soluciones habitacionales adaptadas para un envejecimiento saludable y sostenible, adaptando los sistemas de protección social y fomentando entornos que apoyen los mayores.
La desglobalización es una tendencia más reciente motivada por decisiones geoestratégicas debido al aumento del precio de los productos básicos. La seguridad, la búsqueda de la independencia energética y la resiliencia de los datos nos empujan hacia economías más localizadas y autosuficientes necesitadas de infraestructuras que soporten la reconfiguración de las cadenas de suministro.
Por último, la economía circular. El mundo es escaso en recursos y tenemos que promover un modelo de consumo mucho más sostenible. La gestión eficiente de los recursos y de los residuos es fundamental en el futuro de las economías y, por tanto, de las infraestructuras. Las infraestructuras inteligentes capaces de optimizar la recogida, clasificación y reutilización de desechos serán clave para la reutilización de materiales, la producción de gas renovable utilizando residuos orgánicos (biometano) y la reutilización de aguas residuales tratadas para riego, industria o consumo no potable.
En Abante estamos convencidos del potencial de las inversiones en infraestructuras y tenemos dos fondos de capital riesgo que permiten a nuestros inversores aprovechar la oportunidad que ofrecen. Uno tiene como objetivo construir plantas de biometano en España con impacto y otro invierte en infraestructuras globales con Macquarie.