La última vuelta de tuerca que se les está dando a los ETF activos
De enero a junio de 2024, la industria de ETF ha registrado, a nivel europeo, captaciones netas por valor de 98.000 millones de euros. “En seis meses ya tenemos más entradas que en muchos años anteriores completos. Todo apunta a que éste va a ser un año récord, en el que los flujos hacia ETF superarán los que registren los fondos tradicionales de gestión activa, de los que podría incluso salir dinero. Si se cumple en 2024, sería el tercer año consecutivo en el que se produciría este fenómeno y ahí ya podríamos estar hablando de una tendencia”, comenta José García Zárate.
Es la reflexión introducida por el director de Análisis de ETF en Morningstar en el marco del ETF&Index Minds, evento celebrado en las oficinas del proveedor de datos en el que también han participado Domingo Barroso (Fidelity International), Pedro Santuy (BNP Paribas AM), Nina Petrini (UBS ETF), Lorena Martínez-Olivares (J.P.Morgan AM), Fernando Luque (Morningstar) y FundsPeople. “En Estados Unidos llevamos una década de trasvase de dinero de fondos de gestión activa a ETF. En Europa, los dos últimos años ha ocurrido lo mismo, siendo el fondo cotizado el vehículo más buscado”, explica.
“En Estados Unidos, ha sucedido algo muy interesante. Los activos en ETF han superado a los activos en fondos. Es una diferencia porcentual muy escasa entre unos vehículos y otros, del 50,1% frente al 49,9%, pero la realidad es que el vuelco ya se ha producido”, destaca Nina Petrini, responsable de Ventas de UBS ETF para Iberia. No es una división gestión activa versus gestión pasiva. Es una división entre lo que hay invertido al otro lado del Atlántico en vehículo fondo (donde también se encuadran los indexados) y en vehículo ETF (donde se enmarcan los ETF de gestión activa, que suponen el 8% del total).
En Europa, el porcentaje es menor. Los ETF de gestión activa representan por ahora el 2% de lo que hay invertido en fondos cotizados. “No se puede hacer una comparación directa” -puntualiza Zárate- porque “en Estados Unidos, se están produciendo muchas conversiones de fondos tradicionales a ETF por las ventajas fiscales que tienen estos vehículos”. Pero la realidad es que los ETF activos en Europa, pese a no tener esas ventajas fiscales de las que disfruta en América, también están creciendo, con entradas netas que, con datos de Morningstar, rondan los 6.000 millones de euros este año.
Para Zárate, el ETF siempre ha sido visto como un vehículo de gestión pasiva. Y, en su opinión, hay que desmitificar ese mito, algo en lo que coincide con Domingo Barroso y Lorena Martínez-Olivares. “Para aprender hay que desaprender. Tenemos que romper el mito de que el ETF es únicamente un vehículo pasivo. Es algo que está muy arraigado, como es lógico, porque no existía la categoría de Active ETF hasta hace unos pocos años”, indica el responsable de ETF y Fondos índice de Fidelity International para Iberia y Latinoamérica. “En ningún sitio pone que el ETF sea un instrumento pasivo. El ETF es un vehículo. Es una cuestión educativa”, apunta la responsable de ETF para España y Portugal en J.P.Morgan AM.
La propia evolución de la industria está haciendo que algunos proveedores estén revisando el concepto de lo que es un ETF activo. Es el caso de BNP Paribas AM. “Que un producto sea catalogado como de gestión activa o pasiva depende del regulador del mercado donde esté listado el vehículo. Existe un ángulo mixto. En BNP Paribas AM hemos lanzado productos activos, ya que el regulador exige que sean activos si no van a seguir a un índice de referencia, pero sin objetivo de alfa. La gestión activa está en la maximización de parámetros sostenibles. Es muy importante porque los nuevos productos que hemos creado tienen un benchmark tradicional, pero utilizando todos los recursos internos de los que disponemos en la gestora para maximizar la puntuación ASG del producto, el articulado por SFRD y disminuir la huella de carbono”, señala Pedro Santuy.
Lo expuesto por el director de Ventas de ETF e Indexados para Iberia en BNP Paribas AM introduce nuevos ángulos en lo que respecta a la gestión activa de los ETF, no solo desde el punto de vista de generación de alfa, sino también de maximización de otros aspectos que también pueden ser relevantes para el inversor. De hecho, esta nueva visión podría llevar a los clientes a repensarse su estrategia. Porque, tal y como recuerda Nina Petrini, si lo que el inversor busca con los ETF activos es batir a los índices, “esto es algo que también se puede lograr, aunque no es su fin ni su objetivo, a través de un ETF tradicional pasivo, con enfoques, replicas o filtros diferentes, sobre índices tan relevantes como puede ser por ejemplo el S&P 500, que consiguen generar rentabilidades interesantes”, subraya.
1/3Pero… ¿generan alfa los ETF activos? Según Zárate, “sí, pero son tímidos a la hora de asumir tracking error”. La pregunta es por qué no se separan excesivamente de sus índices. Para Lorena Martínez-Olivares, es por la manera en la que se empezó a diseñar la industria de ETF activos. “Se posicionó en un espacio intermedio entre el puro pasivo y los fondos activos, con el objetivo de batir a los índices con tracking error de entre el 1% y el 1,5%. Dado que ese tipo de productos son los que cuentan con un mayor track record, son también los que más éxito comercial están teniendo por ahora y más activos atesoran”.
De acuerdo con Barroso, por ahora el institucional busca en estas estrategias bajo tracking error. “No quiere desviarse mucho de los índices. Pero entramos en una nueva fase, puesto que los clientes que ya han utilizado este tipo de estrategias, empiezan a valorar la posibilidad de adentrarse en ETF activos que no sean tan tímidos en cuanto a tracking error y busquen generar más alfa. Iremos viendo y monitorizando lo que demandan nuestros clientes”, afirma. Por el momento, ya están apareciendo en el mercado algunos ETF activos con tracking error por encima del 4%, tanto en renta variable como en renta fija. Esto supone otra vuelta de tuerca también en el mundo de los ETF activos.
2/3Pero… ¿quién está a los mandos de la gestión de un ETF activo? La respuesta es… depende. Depende de la casa. “En J.P.Morgan AM, los ETF activos los gestionan los mismos profesionales que gestionan los fondos activos. Lo que el inversor tiene que identificar es la estrategia que mejor se adapte a sus necesidades para, una vez identificada, elegir si la prefiere en formato fondo, ETF o mandato. El equipo de analistas que hay detrás y quienes los gestionan son los mismos”, explica Lorena Martínez-Olivares. Con respecto a Fidelity, existen semejanzas y diferencias.
“El equipo de analistas que alimenta a nivel de research a nuestros ETF activos es el mismo que el que nutre a los fondos activos. Sin embargo, en nuestro caso, el enfoque y nuestra plataforma sistemática (Optimus) nos aporta sacar el máximo partido al research, así como optimizar y reequilibrar la cartera con el objetivo de batir a los índices tradicionales”, revela Domingo Barroso. Ambas entidades han dado lo que consideran un paso natural para una gestora activa: no competir en el negocio de ETF con estrategias pasivas, sino aprovechar su expertise en gestión activa para entrar en el negocio de ETF de esta forma.
Es un hecho que cada vez más gestoras tradicionalmente vinculadas a la gestión activa están adentrándose en el mundo de los ETF a través de estrategias de este tipo. También lo es que cada vez más entidades con un posicionamiento claro en el negocio de ETF de gestión pasiva están adentrándose en el mundo de los ETF activos, comenzando a lanzar algunas estrategias, como BlackRock, o explorándolo, como UBS ETF. “La gestión activa en formato ETF está sobre la mesa. Es un nicho que puede llegar a convertirse en mainstream”, concluye Nina Petrini.
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