Resiliencia silenciosa: los activos privados frente a la tormenta de mercado
Mediante un enfoque innovador, a través de proxies líquidos, Amundi evalúa cómo responden los activos privados ante movimientos recientes de mercado.
En medio de la reciente agitación de los mercados globales, en los activos privados se tiende a buscar estabilidad. Frente a una liquidación marcada por la caída de las tecnológicas estadounidenses, tensiones geopolíticas y deterioro del apetito inversor, un informe de Amundi Investment Institute sugiere que, aunque no son inmunes al entorno macroeconómico actual, los activos privados muestran un comportamiento más firme que el de los líquidos. Esta afirmación se basa en las estimaciones de rendimiento de los activos para el primer semestre de 2025, que apuntan a una caída contenida. Por tanto, esta situación reforzaría su papel como elemento de diversificación frente a los mercados tradicionales.
Proxies líquidos y su fiabilidad para estimar el rendimiento privado
Ante la falta de datos actualizados en tiempo real para los mercados privados, Amundi Investment Institute recurre a un enfoque innovador. Utiliza proxies líquidos, es decir, instrumentos cotizados que reflejan comportamientos históricamente similares a los activos privados. Esta técnica permite evaluar, con cierto grado de precisión, cómo estarían respondiendo los activos privados ante movimientos recientes de mercado.
Construye, por tanto, una cesta de proxies líquidos que replican los principales impulsores del rendimiento de los activos privados. A través de un modelo econométrico, se calibra la sensibilidad de los activos privados a estos instrumentos. Esto se hace basándose en correlaciones históricas y ciclos de mercado anteriores.
Gracias a este enfoque, se puede evaluar antes de que se publiquen actualizaciones oficiales del NAV. Concretamente, desde Amundi Investment Institute estiman que si los NAV se actualizaran al cierre de mercado del 17 de abril de 2025, los activos privados habrían sufrido un retroceso aproximado del -2,7% en lo que va de trimestre. Aunque en términos interanuales, la variación sería prácticamente neutra (-0,3%), el alcance del impacto probablemente dependerá de si la economía cae en una recesión, explican desde la entidad.
Modelo de macrosensibilidad
El estudio también analiza los activos privados a través de su sensibilidad a variables macroeconómicas clave. Los datos señalan que los activos privados tienden a comportarse mejor durante fases de crecimiento moderado. Esto sucede especialmente cuando la liquidez global se mantiene estable. Uno de los hallazgos más relevantes es su baja sensibilidad a los tipos de interés nominales, es decir, las tasas sin ajustar por inflación, y su mayor sensibilidad a los tipos reales, que reflejan el coste del dinero una vez descontado el efecto de la inflación. Sin embargo, esta ventaja estructural se diluye si la inflación viene acompañada de un endurecimiento agresivo del crédito, lo que restringe el acceso a financiación y puede afectar negativamente a muchas estrategias que dependen del apalancamiento.

"A día de hoy, nuestros modelos de macrosensibilidad llegan a una conclusión similar al enfoque de los proxies líquidos. El primero indica que, sobre una base interanual, se espera que el rendimiento de activos privados aumente modestamente en un +1,0%. El segundo sugiere una modesta disminución de -0,3%", señalan en el informe. Ambos enfoques sugieren que, a pesar de las fluctuaciones del mercado, el rendimiento de los activos privados se mantendría dentro de rango.
Diversificación y protección contra la volatilidad
La relativa estabilidad de los activos privados en 2025 se produce en un contexto donde muchas coberturas tradicionales han fallado. La incertidumbre inflacionaria, alimentada por factores como las nuevas tensiones comerciales, convive con señales deflacionarias propias de un ciclo debilitado. Como resultado, Amundi Investment Institute destaca que un número creciente de inversores está buscando diversificadores más confiables para todo tipo de entorno. Al evaluar el comportamiento de los activos líquidos, el informe destaca que no solo actúan como refugio en momentos de estrés, sino que pueden capturar rentabilidad ajustada al riesgo en contextos adversos.
Comportamiento de las clases de activos
Entre los segmentos destacados figuran las infraestructuras o el inmobiliario, que tienden a correlacionar positivamente con la inflación. Otros subsectores, como el private equity o el crédito privado, también se benefician de la dispersión de valor y la búsqueda de oportunidades en mercados menos eficientes.

Aunque los activos privados no están totalmente aislados de las tensiones comerciales y geopolíticas, muestran una exposición moderada a estos factores en comparación con los mercados cotizados, lo que constituye, según Amuni Investment Institute, una ventaja significativa en el entorno actual. Los activos privados suelen centrarse en oportunidades nacionales fundamentalmente infravaloradas y en valores de renta estable, que por lo general se ven menos afectados por cuestiones internacionales, a menos que esas cuestiones acaben desencadenando un cambio de régimen. En cambio, los activos privados tienden a ser más sensibles a las incertidumbres financieras y económicas. Una escalada significativa de la guerra comercial que provocara una recesión y un cambio profundo en los flujos mundiales difícilmente dejaría indemne a los activos privados, y mucho menos a los mercados cotizados.