Retos regulatorios en torno a la IA en la gestión de activos
Sobre la IA y la sostenibilidad en la gestión de activos han debatido varios profesionales de Amundi, BlackRock, BNP Paribas AM, Fidelity, Invesco, J.P. Morgan AM, DwS y UBS, en la jornada ETF&Index Minds, organizada por FundsPeople en CUNEF Universidad.
“Lo que suceda en los próximos años va a depender del marco normativo y ahí aportará tanto el mundo profesional como el académico, para acertar en la forma de regular, más aún en el sector financiero, donde la regulación es intensa”. Son palabras de Iván Blanco, profesor del Departamento de Finanzas y Contabilidad de CUNEF Universidad, que resumen el principal reto al que se enfrenta el sector, convertido en el vector que va a marcar el camino de las disrupciones que han llegado para quedarse: la Inteligencia Artificial y la sostenibilidad.
Sobre estas dos megatendencias se ha debatido en la jornada “ETF&Index Minds”, organizada por FundsPeople en CUNEF Universidad, en la que han participado en dos mesas redondas responsables de las gestoras de Amundi Investment Solutions, BlackRock, BNP Paribas Asset Management, Fidelity International, Invesco, J.P.Morgan Asset Management, DwS y UBS, ante un público de estudiantes de alrededor de 120 personas.
La moderación ha corrido a cargo del profesor Iván Blanco y de la profesora la profesora del Departamento de Economía de CUNEF Universidad, Claudia Hupkau, quien invitó a los participantes a compartir con los alumnos recomendaciones para hacer un buen uso de la inteligencia artificial generativa.
En opinión del responsable de Ventas de BlackRock para España, Portugal y Andorra, Javier García Díaz, estamos a las puertas de “una de las mayores revoluciones de la industria” como consecuencia de la mayor regulación y la consiguiente presión en márgenes, de las necesidades cambiantes de los clientes y del foco en la sostenibilidad y la tecnología. Esta última, “está ya aportando mucho, tanto desde el punto de vista de oportunidad como de solución en producto, democratizando el acceso a vehículos como el ETF o a mercados privados, en canales digitales de distribución y en la operativa, haciendo más eficientes los procesos y la gestión”.
Coincide César Muro, responsable de Distribución de Gestión Pasiva para Iberia en DWS, en que uno de los desafíos de la industria es la regulación, en general, y la protección de los datos al utilizar Inteligencia Artificial, en particular. “¿Cómo proteger toda esa información que estás dando a la IA?”, se pregunta. Ante la falta de respuesta, la firma es “reticente” a utilizar esta tecnología y, “por nuestra responsabilidad fiduciaria”, continúa, “no van a ser las máquinas quienes tomen decisiones y gestionen. Vamos a usarlas para procesar y analizar datos a la hora de implementar una serie de decisiones y de construir carteras”.
Laure Peyranne, responsable de ETF de Invesco para Iberia, Latinoamérica y EE.UU. Offshore, añade otro reto regulatorio por el uso de la Inteligencia Artificial en la gestión de activos que tiene que ver con los deepfakes, “que suponen riesgos de ciberseguridad”, advierte, planteando dudas sobre “cómo se van a regular esos fraudes y cuáles son los límites que se van a imponer”.
1/4En la actualidad, el uso de esta tecnología en el día a día de una gestora pasa por dos áreas, según Juan San Pío, responsable de Ventas para Iberia y Latinoamérica de Amundi ETF, Indexing & Smart Beta: gestión de activos y mejora de procesos. En el primero, “al optimizar los mecanismos de los gestores para poder predecir el comportamiento de los mercados y analizar datos”; en el segundo, para ganar “eficiencia en costes e incremento de la productividad de las compañías, además de mejorar el servicio”.
Advierte, no obstante, que no todas las compañías van a saber aprovechar de igual manera este reto. “Aquellas que ya hayan incorporado la Inteligencia artificial son las que van a tener mayores ventajas competitivas en el futuro, pero eso, por sí mismo, no garantiza el éxito, las personas también deben seguir dando un valor añadido”, dice, tranquilizando la preocupación por la posible sustitución de trabajadores; “la IA debe permanecer bajo el control humano”, concluye.
Tampoco cree que haya un reemplazo de personas por máquinas Laure Peyranne, eso sí, advierte de que puede ocurrir que aquellos perfiles que no sepan utilizar esta tecnología corran el riesgo de ser sustituidos por aquellos que sí sean capaces. Y hace mención expresa a ese “miedo” por parte de perfiles séniores.
Por el contrario, César Muro sí considera que en “el sector financiero al igual que en otros, hay riesgo de pérdida de puestos de trabajo en el futuro, pero se crearán otros nuevos. Lo que más va a aportar es un incremento notorio de la productividad”. Reconoce, no obstante, que se está aún en una fase “muy incipiente, aunque la inteligencia generativa ha dado un impulso, todavía no sabemos el alcance, lo que está claro es que el potencial es enorme”.
2/4Para Lorena Martínez-Olivares, responsable de ETF para España y Portugal en J.P. Morgan AM, la inteligencia artificial generativa “pone a tu disposición una gran cantidad de datos que no tienen por qué estar todos contrastados, con lo que siempre hay que hacer un análisis” y es gracias a la formación y al conocimiento cómo se pueden corroborar y saber interpretarlos. “Puedes tener muchos datos, pero si no sabes transmitirlo te quedas fuera”, asevera.
Añade Domingo Barroso, responsable de ETF y Fondos índice de Fidelity International para Iberia y Latinoamérica, que los modelos que vierte la inteligencia generativa son “muy fiables, pero hay que ponerlos en contexto, y eso lo hacen las personas”, recalca coincidiendo en el mantenimiento de los puestos laborales pese al uso de esta tecnología en el sector de la gestión de inversiones. “Lo importante es la adaptabilidad”, afirma.
Algo en lo que coincide Javier García Díaz, más aún cuando recuerda que ChatGPT “se nutre de informes oficiales, profesionales, académicos, pero también de películas y comentarios en redes sociales”.
3/4Ante el público joven del encuentro, en la mesa moderada por la profesora del Departamento de Economía de CUNEF Universidad, Claudia Hupkau ha destacado el rol de las nuevas generaciones de jóvenes inversores y la inversión sostenible, puesto que “se observa una mayor concienciación de este colectivo sobre la sostenibilidad”.
Sobre esta megatendencia y el sudoku de normas europeas para impulsar los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) en las inversiones, Pedro Santuy, director de Ventas de ETF e Indexados para Iberia en BNP Paribas AM, describe cómo ha sido este proceso que comenzó a tener peso en la gestión financiera hace un lustro, despegando a partir de 2022, cuando entre el 60%-65% de los flujos tenían algo que ver con la sostenibilidad. Sin embargo, tras la euforia, se ha producido un retroceso hasta el 30% el año pasado y el 15% en lo que va del actual.
Para argumentar esta situación, alude a la teoría del psicólogo e investigador Howard Gardner, que habla de una primera fase “de explosión en la que hay muchas expectativas entorno a una tecnología”, para pasar a otra de “caída abrupta, de desilusión sobre la utilidad o no de la innovación” y terminar en una “recuperación a largo plazo que te lleva a una meseta de productividad”. En su opinión, la sostenibilidad está en la segunda fase. “Nos estamos replanteando cómo hacer llegar al inversor la idea de esa meseta de productividad […] Nos gusta pensar que, en el futuro, el cliente final no solo mirará una rentabilidad financiera, sino también sostenible, pues esto hace mejorar la gestión de riesgos de las compañías”.
En opinión, de Martínez-Olivares, el “desencanto” de los flujos en la sostenibilidad ha venido fruto de “una menor rentabilidad por los conflictos geopolíticos”, pero asevera que todo lo que tiene que ver con el ASG “ha venido para quedarse”. Continúa, afirmando que, “como gestoras de activos, nuestra obligación es jugar un papel muy importante con un parámetro que llamamos engagement, que significa que tienes voz y voto en las compañías en las que inviertes para que sean todavía más sostenibles en el futuro”. Señala, además, Europa es quien abandera esta cruzada, quedando EE.UU. algo más rezagado.
Coincide en que la sostenibilidad “va por barrios” Domingo Barroso, pero “la dirección es clara”. Como parte de la industria financiera, entona el mea culpa de este desencanto. Explica que el cliente institucional entiende que “el ESG ayuda a tener una gestión de riesgos más eficiente”, pero “al particular se le ha dicho que si invierte en ESG va a tener una rentabilidad adicional, y esto no ocurre y es cuando llega el desencanto. Y cuando la gente se decepciona, volver a enamorar a estos inversores es difícil. Hay que darle una vuelta y decir que es posible que pueda tener un mejor retorno, pero míralo como una mejor gestión del riesgo”.
Y, precisamente, los ETFs tienen mucho que decir en la canalización de flujos sostenibles pues “son driver de crecimiento en inversión sostenible”, afirma Javier García Díaz. Añade la directora de Ventas y Fondos Indexados de UBS ETF para Iberia y Latinoamérica, Paloma Torres, que “la facilidad en el acceso a los fondos cotizados y su sencillez, unido a la variedad tan amplia de índices temáticos y sostenibles que existen, hacen que sea el vehículo ideal para dotar a los inversores de todas las herramientas necesarias para incluir en sus carteras estas nuevas tendencias”. Desde ETFs de megatendencias como puede ser la Inteligencia Artificial o el mundo millennial, sectoriales, factoriales y sostenibles, entre otros. “El abanico es enorme”, concluye.
4/4