¿Será 2025 el punto de inflexión para el private equity?
Desde Addleshaw Goddard, Isabel Rodríguez comparte su visión del estado del sector del private equity y sus perspectivas para 2025.
Montserrat Formoso, Ana Palomares
Tras 15 años de tipos de interés artificialmente bajos, el sector del private equity ha tenido que adaptarse a unos costes de financiación mayores desde 2022, enfrentándose al mismo tiempo a un periodo de volatilidad geopolítica casi constante, turbulencias económicas y agitación en el sector. Este contexto ha reducido la actividad corporativa e inversora, fruto de la incertidumbre sobre las valoraciones y ampliación de los diferenciales entre los precios de venta y compra.
¿Hemos alcanzado ya el punto de inflexión?
A lo largo del año 2024 se ha producido una cierta reactivación del sector, tanto en el nivel de captación de fondos como en el volumen de operaciones de inversión y desinversión, impulsada por los ajustes monetarios experimentados en los últimos meses. Así lo afirman desde el despacho de abogados Addleshaw Goddard.
Sin embargo, el ritmo de recuperación “está siendo más lento de lo que esperábamos, tanto en términos de fundraising como de deals”, explica a FundsPeople Isabel Rodríguez, socia especializada en Fondos de Inversión y directora de este equipo en España. Según Rodríguez en esta ralentización pesó la macro, la presión sobre los precios y la incertidumbre geopolítica. Y “a pesar de las bajadas de tipos por parte de los bancos centrales, 2024 no ha dado suficiente margen a la industria para recuperarse al ritmo esperado”, añade.
"El próximo año podría suponer un periodo de transición que rompiera con la situación por la que ha pasado el sector en los últimos dos años"
Desde el punto de vista de los inversores (LPs), en el momento que se frenan los exits o desinversiones, su capacidad de asumir nuevos compromisos se ralentiza. “Los LPs que estaban invertidos no reciben el dinero de vuelta y esto ha afectado a su capacidad para asumir nuevos compromisos", apunta Rodríguez.
Bajo este entorno de rigidez para los exits, la experta destaca que a lo largo del año se han hecho operaciones en secundarios y fondos de continuación, “aunque no tantas como cabría esperar”, matiza.
Rodríguez se detiene en esta segunda figura, los vehículos de continuación, cuyo objetivo es flexibilizar los plazos de salida de las empresas en cartera, ofrecer liquidez a los inversores existentes y conceder acceso secundario a nuevos inversores. “Muchos fondos que se levantaron antes de la pandemia tienen compañías en cartera que están ahora recuperando el valor. Sin embargo, el vehículo se acerca al final de su vida. Los gestores (GPs) no quieren deshacerse de estas compañías que aún cuentan con mucho potencial de crecimiento. Para mantenerla en cartera podrían optar por extender la vida del fondo, sin embargo, pueden encontrarse con cuestiones regulatorias o rechazo de los LPs existentes que no lo permiten. Así que una vía alternativa es sacar otro fondo que mantenga las compañías en el portfolio”, explica.
Optimistas para 2025
Una tendencia que hemos visto en el último año ha sido la canalización de flujos de capital hacia gestoras globales de gran tamaño. “El dinero es cauto”, apunta Rodríguez. “Los inversores prefieren invertir en grandes marcas con trayectorias muy consolidadas”.
Pero el dinero también ha de ser audaz y posicionarse a medida que la visibilidad del entorno económico aumente. En ese sentido, en los últimos meses ven un mayor optimismo en la economía española en general, y en la industria de private equity en particular. “2024 mejora, lo que nos hace ser optimistas para 2025. El próximo año podría suponer un periodo de transición que rompiera con la situación por la que ha pasado el sector en los últimos dos años. Estamos comenzando a asesorar en el lanzamiento de fondos flagship de numerosas gestoras españolas. En muchos casos son los propios inversores los que demandan el lanzamiento de un nuevo fondo a medida que la cartera del anterior se va invirtiendo”, señala.
La moderación de los tipos de interés, la reducción del spread de valoraciones entre compradores y vendedores y el creciente dry powder de los fondos explican una parte muy significativa de este cambio de tendencia.
Segmento wealth
Otra de los dinámicas que destaca Rodríguez en 2024, es el aumento de la llegada del dinero de banca privada al mercado, lo que obliga a hacer un análisis exhaustivo de qué es inversor profesional. “Numerosas gestoras están llegando a acuerdos con distintas entidades financieras para distribuir sus vehículos en sus redes”, apunta. Se trata de uno de los segmentos con mayor dinamismo en términos de inversión en estos mercados.
Addleshaw Goddard es el asesor legal de Axis. Rodríguez pone en valor el papel de los organismos de financiación pública como dinamizador del tejido empresarial, y no solo de Axis, lo extiende a Cofides o el FEI. “Siguen siendo esenciales para canalizar la financiación a la economía real”, señala. En el caso de Axis sus 40 años de track record sitúan a la gestora “como un ejemplo de que los programas de capital público/privado bien gestionados funcionan”.