Inversión en crédito: por qué no hay que mirar solo un segmento

Richard Ryan. Foto cedida (M&G)

En un momento en el que el mercado de bonos vuelve a ganar protagonismo, escuchamos la opinión de Richard Ryan, gestor del M&G Total Return Credit Investment Fund. El fondo destaca por poder posicionarse en varios aspectos del mercado de renta fija desde grado de inversión hasta high yield, sin excluir los valores respaldados por activos.

“La principal diferencia entre nuestro fondo y homólogos es que analizamos todos los diversos segmentos del mercado de renta fija. Nuestro objetivo es encontrar las mejores alternativas para añadir riesgo a la cartera con la mejor combinación de riesgo/retorno. Encontramos muchas anomalías en el mercado, especialmente en el límite entre el grado de inversión y el high yield de las distintas clases”, explica el gestor.

El riesgo de crédito es el rey

El enfoque de la estrategia es el riesgo de crédito asociado con la emisión en cuestión. “No incurrimos en riesgo de tipos de interés, cubrimos la exposición, lo cual ha aportado un tremendo valor este año a la cartera. Si miramos la caída del mercado de bonos del Tesoro europeo, más de la mitad de la caída se explica por la exposición a este riesgo debido a las subidas de tipos de interés”, argumenta Ryan.

El proceso de inversión es sencillo, no es un secreto y se puede resumir en una pregunta, como podemos ver a continuación:

¿Estamos siendo compensados ​​adecuadamente por el riesgo que estamos tomando actualmente? El gestor explica: “No nos comprometemos en base a expectativas futuras. Cualquiera que lo haga está tratando de predecir el futuro y el impacto que estos eventos tendrán en el mercado, incurriendo en una gran cantidad de riesgo direccional. No incurrimos en riesgo de tipos de interés, riesgo de moneda o riesgo de duración, solo riesgo de crédito”.

Tras centrar todos los recursos en el estudio de los fundamentales en cuestión, y si la compañía analizada ha superado el filtro anterior, el equipo busca el mejor tipo de obligación para ganar exposición a la empresa. Pero no siempre es fácil encontrar empresas que superen la prueba. A principios de 2020 y también a principios de 2022, la mayoría de las veces la respuesta a la pregunta “¿estoy siendo recompensado por el riesgo que estoy adquiriendo?”, fue no. El fondo estaba reduciendo riesgo y con mucha liquidez disponible. Después de la caída del mercado de este año comenzaron a aparecer más empresas que cumplían con su criterio. “Ahora estamos en un punto en el que hacemos el proceso inverso, comenzamos a vender los bonos más seguros y estamos empezando a añadir más riesgo a la cartera”, afirma Ryan.

Ineficiencias y oportunidades

En este período de movimiento significativo, el gestor está buscando ineficiencias y diferencias en el precio de los valores. Para ello ayuda la libertad de movimientos que le da la política de inversión del fondo.

Un ejemplo muy común son los ángeles caídos, empresas a las que les rebajan la calificación crediticia. “Los fondos tradicionales de grado de inversión no pueden tener este tipo de activos. Cuando hay una revisión, se ven obligados a vender, lo que genera un gran movimiento de liquidación, con un impacto directo en el precio del bono. De esta forma, que estas empresas entren en el segmento high yield, comparativamente más barato que el resto, es una oportunidad. Históricamente, este tipo de empresas han logrado generar más retornos, ya sea en comparación con las empresas que cotizan en BB, o con las que ya cotizan en BBB”, explica con entusiasmo.

Actualmente Ryan detecta mucho valor en el sector financiero. Tras la fuerte corrección, cuando hablamos de deuda senior, el diferencial de este segmento se amplió de alrededor de 75 puntos base a 200. Después de la reestructuración que el sector bancario se vio obligado a efectuar tras la crisis financiera y el tiempo que tardó en recuperar su posición, así como la capacidad de gestionar los riesgos derivados de la pandemia, el gestor ve a los bancos ahora en una posición más sólida desde una perspectiva crediticia. “Esto también se refleja en términos de capital y ganancias, defiende el gestor. También comenta que otro factor positivo tiene que ver con los distintos tipos de deuda que emiten los bancos. Al bajar un nivel de seniority en la emisión, por ejemplo comprando un Tier 2, se puede agregar fácilmente un diferencial de 140 o 150 puntos básicos.

Además, ve valor en la deuda híbrida subordinada de empresas industriales o de servicios públicos, aseguradas con activos reales. “Hemos encontrado valoraciones muy atractivas”, comenta.

Finalmente, el experto destaca que incluso en otros sectores, si la empresa tiene calidad, hay muy buenas oportunidades. “Es cuestión de mirar los estados financieros y evaluar caso por caso”, concluye.