Inversis apuesta por una gestión flexible para lidiar con la volatilidad

En un entorno de mercado marcado por una incertidumbre que dispara la volatilidad -sobre todo ante las dudas por el crecimiento y una intensa agenda política que puede marcar el devenir de los mercados debido a la ausencia de soluciones políticas permanentes a los problemas de fondo-, el Departamento de Análisis y Gestión de Inversis Banco se plantea en un informe “¿Cómo gestionar el entorno actual?”. Entre sus conclusiones, considera que el vehículo de inversión marca la adopción de las estrategias a implementar, aunque para los momentos actuales hay un a cosa clara: hay que dotar de flexiblidad a la gestión.

 

Como descarta la llegada del fin del mundo y cree que los activos están dislocados en cuanto a su valoración, para los fondos recomienda no sobreaccionar, pues “la gestión del timing es ingobernable”, incorporar fondos de gestión flexible o mixta a las carteras y gestionar los vaivenes con instrumentos flexibles como los ETF o acciones, respetando rangos y stop loss.

 

Así, el banco se pregunta si es mejor eliminar riesgos buscando protección en activos refugio, aprovechar las dislocaciones de mercado, que suponen una oportunidad, o mantener la estrategia ajustando la selección de activos, es decir, reestructurar las carteras. Teniendo en cuenta el vehículo de inversión utilizado, la recomendación de inversis para carteras de valores y ETF es mantener la gestión táctica o de corto plazo según los rangos barajados para los diferentes índices y el nivel de riesgo indicado para cada uno de los perfiles, además de una flexibilidad de operativa en la gestión para graduar el nivel de riesgo de las carteras utilizando ETF inversos como coberturas de una manera ágil y rápida.

 

Sin embargo, para carteras de fondos, aconseja no gestionar el timing en la toma decisiones, pues la especial operativa de traspasos puede conseguir efectos contrarios a los deseados. Sus consejos se centran en varios puntos clave: en primer lugar y en cuanto al asset allocation, cree que a medio plazo las dislocaciones desaparecerán, que el “escenario del fin del mundo” no es asumible, aunque a corto plazo toca “gestionar mirando el cortísimo plazo”. En segundo término, recomienda no asumir el riesgo de ser drásticos con los aumentos o disminuciones de riesgo, incorporando la flexibilidad al seleccionar gestores.

 

La forma en la que lo logran es dando cabida a fondos mixtos-flexibles que reduzcan el nivel de riesgo (como el Carmignac Patrimoine, el Amundi International Sicav o el Mellon Global Real Return), buscando activos descorrelacionadores y diversificadores (que aunque no garantizan el acierto mitigan las caídas en momentos como el actual o incluso pueden servir como coberturas, como los fondos de gestión alternativa Amundi Volatility, JP Income Opportunities, Dexia Long/Short Risk Arbitrage o Threadneedle Credit Opportunité) y también insistir en la selección de fondos. “Tras acontecimientos como el vivido, la revisión de los gestores y sus estrategias es básica para saber si siguen teniendo cabida en nuestra gestión (políticas de stop loss aplicadas, estrategias acordes a nuestra visión, buen track record en momentos de crisis, etc.)”.

 

Revisión del asset allocation

Además, tras el verano, Inversis ha ajustado su asset allocation tanto a nivel de activos como sectorialmente. Por activos, ha empeorado la visión sobre deuda estadounidense y mejorado su perspectiva sobre bonos corporativos. Y es que, al igual que en 2008, “los movimientos extremos de mercado han provocado un comportamiento similar en todos los activos, independientemente de su nivel de riesgo, dando lugar a dislocaciones en la valoración de algunos de ellos como, por ejemplo, la renta fija en sus diferentes modalidades: high yield, grado de inversión, donde el aumento de los diferenciales y la menor liquidez ha afectado de manera importante a sus valoraciones”, comentan.

 

En renta variable ha revisado a la baja sus perspectivas de subida para el Ibex y la bolsa europea, aunque sigue siendo alcista, y en divisas, la relación dólar-euro ha pasado de ser positiva a neutral. Por sectores, ha rebajado su visión sobre las utilites, desde neutral hasta negativa.