Los flujos de liquidez hacia el mercado monetario podrían ser la antesala de fuertes subidas en el mercado de renta variable a corto plazo.
La entidad considera que ha disminuido la incertidumbre en la economía: la inflación se contiene, el mercado energético se normaliza, el crecimiento económico se desacelera pero sin llegar a una recesión como se apuntaba e incluso los mercados se han recuperado de las caídas del año pasado. No obstante, se mantiene la cautela en los mercados y eso se observa en los flujos hacia liquidez y mercado monetario.
Esta cautela se mantendrá hasta que no se despejen ciertas dudas. Eso sí, Ignacio Muñoz Alonso, estratega jefe macroeconómico, ha advertido que si atendemos a los datos históricos, "podríamos estar ante fuertes subidas en el mercado de renta variable a corto plazo".
De momento, a pesar de la mejora de las proyecciones de crecimiento, la perspectivas de aterrizaje suave se complican a medida que la inflación continua alta y los bancos centrales siguen haciendo su trabajo. En particular, Europa entró en recesión en el primer trimestre de este año. Según han dicho, el crecimiento esperado para 2023 se situará en el entorno del 0,9%, una décima a la baja desde la que se hizo en el mes de marzo. Pero no se descarta una segunda recesión hacia la segunda mitad del año, aunque poco intensa y de corta duración.
Con respecto a la inflación, los precios en Europa mantienen la tendencia bajista por la caída de energías y alimentos, pero la subyacente se acelera en junio, aunque parece haber tocado techo. Aun así, hasta 2025, el BCE no espera llegar al objetivo de inflación del 2%, lo que hace prever año y medio más de tipos elevados. da muestras de resiliencia.
En EEUU, por el contrario, se ha revisado al alza la estimación de crecimiento de la economía hasta el 1% para 2023. La resiliencia se sustenta en el consumo, especialmente de servicios, y en la bolsa de ahorro, pero aparecen síntomas de ralentización que hacen prever la entrada en recesión, aunque corta y poco profunda. En cuanto a la inflación, las bajadas se han acentuado en junio, al 4%, aunque la subyacente se desinfla a menor ritmo y aún se mantiene por encima del 5%, acusada por los efectos de los salarios. Su evolución dependerá de los precios de la energía, la vivienda y la demanda de bienes y servicios, y es previsible que se necesite al menos dos años hasta ver la inflación en niveles deseados por la FED.
Estrategia recomendada
En renta fija, mantienen su apuesta por el riesgo soberano, todavía con duraciones cortas, aunque dependiendo de la evolución de las políticas monetarias podríamos extender su duración a partir del verano. Prefieren los bonos americanos y están infraponderados en periféricos. En cuanto al crédito, han reducido posiciones en Investment Grade y apuestan por el europeo, con primas de riesgo más actuales, y por bonos de calidad. Por último, en Crédito High Yield, observan interesantes retornos, pero aún por los riesgos crediticios.
En renta variable, prefieren EE.UU. a Europa "por la propia composición de valores", ha explicado el experto. En esta fase del ciclo, en la que estamos decreciendo, se sustenta en valores growth. En el europeo, sin embargo, predominan las estrategias value, que se mueven por la generación de beneficios presentes más que futuros.
En cualquier caso, la entidad cree que el buen comportamiento de los índices enmascara la realidad. Según ha explicado Muñoz Alonso, solo cinco valores (Amazon, Apple, Alphabet, Nvidia y Microsoft) representan casi el 90% de las subidas. Sin ellos, el S&P se hubiera desinflado más de un 1,5%. Por sectores, mantienen la posición sobreponderada en tecnología, consumo diferencial y salud, infraponderados en financieras, inmobiliarias y consumo básico, más optimistas en EE.UU. que en Europa.