Invertir en el cambio, apostar por el talento: claves del Alger American Asset Growth

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Foto cedida

En los últimos años, Alger ha sido conocida como la gestora que sobrevivió al 11-S. Antes de aquel fatídico día, Alger era reconocida en EE.UU. como una de las pioneras en la inversión growth. Después, concretamente desde el año pasado, está empezando a ser conocida este lado del Atlántico por su alianza estratégica con La Française. La veterana firma estadounidense cuenta con una poderosa carta de presentación: el fondo Alger American Asset Growth, que figura en la lista de consistentes de Funds People por su extraordinario comportamiento frente a la media de sus competidores, hasta el punto de haber sido capaz de superar a todos sus competidores por rentabilidad sobre una base mensual (datos a 31 de diciembre de 2015). 

Este fondo, con un track record de nueve años (fue lanzado el 18 de mayo de 2007) ha ganado durante su corta andadura por terreno europeo siete premios Lipper en 2015 en varias categorías de mejor fondo de renta variable estadounidense. Kevin Collins, especialista de producto, cuenta las claves para entender este extraordinario comportamiento y da pistas sobre el posicionamiento actual de la cartera. Empieza por recordar la filosofía de Alger: “Nuestras predicciones se basan exclusivamente en valores growth, no invertimos ni en renta variable con sesgo value ni en renta fija. Todas las compañías en las que invertimos deben presentar dinámicas positivas e indicios de cambios que actúan como catalizadores para generar mayor crecimiento y, por tanto, una revalorización de la acción”. 

Invirtiendo en el cambio…

En concreto, el equipo del Alger American Asset Growth invierte en dos tipologías de compañías según su perfil de crecimiento. Por un lado están las que describen como con un alto volumen de crecimiento por unidad: compañías que presentan tasas de crecimiento muy rápido, cuya cuota de mercado es dominante y que presentan un fuerte modelo de negocio. Un ejemplo es Facebook, en la que invirtieron después de que los analistas detectasen un importante cambio en la forma de hacer publicidad y monetizar recursos de esta red social. “Queremos asociar a nuestros clientes con una tendencia de crecimiento secular muy fuerte”, declara Collins.

El otro tipo de compañías donde centran sus esfuerzos los expertos de Alger son las portadoras de lo que denominan “cambio positivo en su ciclo de vida”. Es decir, compañías que han superado la fase de rápido crecimiento, que habían llegado a estancarse pero que, gracias a algún tipo de cambio (nuevo equipo directivo, innovación de producto, reestructuraciones, M&A, nuevas regulaciones…), pueden experimentar una suerte de renacimiento, como por ejemplo ha sido el caso de Microsoft. Collins considera que esta segunda tipología es uno de los factores que diferencian a Alger de otras gestoras growth, pues les permite acceder a un abanico más amplio de posibilidades de inversión. 

Estas dos tipologías de empresas suelen tener un punto en común: “Nos gustan las compañías que son líderes intelectuales y que cuentan con una posición competitiva muy fuerte”, describe Collins. La cartera del fondo está compuesta actualmente por unos cien valores que aportan diversificación en los retornos y los riesgos. El top 10 de posiciones suma cerca del 30% del total de la cartera. 

… y en el talento

Una vez identificados los factores de cambio, la selección de valores debe atravesar varios filtros más, incluidos en un modelo de análisis único por su profundidad: a los analistas de la compañía se les exige buscar información que suponga una ventaja competitiva no sólo a través de reuniones con los equipos directivos de las empresas, sino también estableciendo contacto con sus proveedores, sus competidores, sus socios y sus clientes, además de investigar documentos públicos. Como resultado, el equipo de análisis recurre a quince fuentes distinta de información, que revisan constantemente para verificar la validez de la tesis de inversión a lo largo del tiempo. Una vez pasado por este exhaustivo proceso, se somete al valor a un test de estrés en el que se estudia la fortaleza de los drivers que se presenta en tres hipotéticos escenarios: uno neutral, uno bajista y otro alcista.  

Cuando por fin se toma la decisión de compra sobre un valor, éste se modula dentro de la cartera de acuerdo con su perfil de rentabilidad/riesgo. “Como somos inversores growth, debemos ser muy cuidadosos con las valoraciones”, comenta el especialista de producto. Collins indica que, entre otras variables fundamentales, se analizan el PER, el beneficio por acción (BPA) o los flujos de caja. “Pensamos como un inversor privado”, indica sobre el grado de exigencia. Además, se vanagloria de que el fondo presenta un tracking error en torno al 3% gracias a este exhaustivo proceso. 

Todo esto no sería posible sin una selección adecuada de profesionales. Collins recuerda que Alger ha sido una compañía familiar fundada por Fred Alger en 1964, que siempre ha apostado a lo largo de su historia por realizar una gran inversión en capital humano. El equipo de análisis supera actualmente los 25 profesionales, que están divididos por sectores con un alto grado de especialización. El punto fuerte es el análisis de compañías tecnológicas y de telecomunicaciones, por ser tradicionalmente sectores con sesgo growth y alto índice de transformación del modelo de negocio a lo largo del tiempo. De esta forma, el fondo sobrepondera por sectores tecnología en primer lugar, seguida por consumo discrecional, salud y ligeramente los sectores de energía y utilities. En cambio, infrapondera consumo básico, industriales, materiales básicos y ligeramente los de telecomunicaciones y finanzas. 

“Cuando los mercados son muy inciertos, nuestro análisis fundamental sale beneficiado gracias a la capacidad de reacción de nuestros analistas para aprovechar los nuevos puntos de entrada en sectores sofisticados, como la tecnología o las farmacéuticas”, indica el experto. Éste se muestra práctico respecto al tono actual de mercado. Por un lado, descarta que la bolsa estadounidense esté rozando el final del histórico ciclo alcista que vive desde 2009. Por otro lado, declara que “la volatilidad creará oportunidades para poner el dinero a trabajar”.