Invertir en oro, pero no a cualquier precio

Oro
Jpellgen, Flickr, Creative Commons

El oro se ha convertido en la gran inversión del siglo XXI. Las cifras así lo atestiguan. El año pasado, el metal amarillo registró una subida del 6,2%. Y, con 2012, ya son doce los años que la onza se ha apreciado de manera consecutiva, lo que supone la racha positiva más larga vista hasta ahora por cualquier clase de activo. Desde el año 2000, la subida alcanza el 470%. El oro lo ha hecho bien en cualquier tipo de entorno, al haber sido capaz de actuar como cobertura contra la inflación, como inversión refugio en periodos de elevada tensión e incertidumbre en los mercados e incluso seguir el favorable comportamiento de los activos de riesgo en momentos de incremento del apetito por el riesgo. A esto ha ayudado la incipiente demanda de oro físico de países como China o India, publica Expansión.

Si bien el inversor debe tener siempre presente que rentabilidades pasadas en ningún caso garantizan rentabilidades futuras, existen varias razones que, según indican los expertos, apuntan a una prolongación de esta tendencia. El automático recorte del gasto que ha entrado en vigor en Estados Unidos y la incapacidad de los políticos para atajar los problemas de endeudamiento que sufre el mundo desarrollado podrían poner nerviosos a los inversores, que verían en el oro un refugio en el que guarecerse. También podría ser un activo que despertarse el interés de aquellos que teman que los programas de flexibilización cuantitativa puestos en marcha por la Reserva Federal (Fed) deriven en un repunte inflacionista. 

Sin embargo, también están los riesgos. A corto plazo, el oro ha sufrido la presión vendedora ante la expectativa de que la autoridad monetaria estadounidense pueda suspender el programa del Quantitative Easing 3. Cabe recordar que la Fed está dividida y esta posibilidad no está ni mucho menos descartada. Bancos de inversión como Goldman Sachs han llegado a asegurar que estamos ante el fin del mercado alcista del oro. BlackRock, por el contrario, recuerda que el consenso estima que su precio cerrará 2013 en los 1.813 dólares.

Apuestas sobre el oro

En lugar de optar por invertir directamente en el metal, algunas entidades recomiendan mantener una exposición indirecta a la materia prima, a través de la inversión en compañías vinculadas a la materia prima. Esto resultaría interesante por dos motivos. El primero, porque se hace de una manera diversificada. El segundo, porque la evolución del precio del oro y estas compañías siempre ha estado muy correlacionada, si bien en los últimos meses se ha abierto una brecha que ha dejado a las empresas vinculadas al oro en una situación de infravaloración.

Para Juan San Pío, responsable de Ventas Institucionales de Lyxor ETF en Iberia y América Latina, “invertir en oro a través de compañías mineras es la mejor opción en estos momentos para exponerse a este metal. Los fundamentales macroeconómicos siguen sustentando una apreciación del oro, si bien las compañías mineras cotizan con un descuento importante con respecto al oro físico y, por tanto, tienen un mayor recorrido”. Su apuesta es el Lyxor ETF MSCI ACWI Gold, un fondo cotizado que, según explica, es apropiado para aquellos inversores que busquen obtener una mayor exposición a los valores de renta variable del oro a través de un vehículo europeo UCITS.

En la misma línea se pronuncian en BlackRock, al señalar que existen una serie de indicadores que apuntan a que las acciones vinculadas al oro cotizan en niveles atractivos. “Una característica de la industria es que esta clase de compañías están aumentando los pagos de los dividendos. Esta tendencia probablemente continuará y podría elevar el atractivo de las acciones de estas compañías frente a su competidor clave, el lingote”. La recuperación de la firma es el iShares S&P Commodity Gold Producers, que invierte en compañías relacionadas con la actividad aurífera.