Actualización del posicionamiento del M&G Optimal Income

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Foto cedida

 “Estamos bastante satisfechos en general con la rentabilidad obtenida este año. En lo que va de 2016 ya ha superado en rentabilidad a la de los dos años anteriores” comenta Ana Gil, especialista de inversión del equipo de renta fija de M&G Investments, sobre la evolución del M&G Optimal Income. Richard Woolnough, gestor principal de este producto con sello Funds People (está calificado como Blockbuster y Consistentes) había implementado en septiembre tres cambios significativos en el posicionamiento de cartera (leer más), y Ana Gil se encarga de actualizar cómo el gestor ha seguido introduciendo pequeñas novedades para lograr un posicionamiento aún más cauto de cara a fin de año.

¿Por qué ha reducido la duración?

Gil explica que el gestor ha mantenido sus posiciones corta en duración – mediante futuros cortos en swaps y tipos de interés-, aunque de momento esta apuesta ha sido la mayor detractora de rentabilidad de la cartera (ver gráfico). Aún así, el equipo de M&G se reafirma en este posicionamiento “sobre todo por las valoraciones, vemos un potencial alcista muy limitado sobre la deuda soberana, y un potencial bajista mucho mayor”, indica Gil.

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Como muestra de lo tenso que está el mercado de deuda soberana, la especialista afirma que “basta con que los tipos suban 20 puntos básicos para que el Treasury a 10 años rinda cero. Pero basta una subida de tan sólo dos puntos básicos para que el bund a diez años genere tipos negativos”. Después está el caso de los gilts a diez años, que “han provocado una pérdida de capital del 4,5% por subir 50 puntos básicos en el último mes”.

Un factor adicional de preocupación para M&G Investments es que no es la primera vez que se ven movimientos tan bruscos y rápidos en el mercado de renta fija; cabe recordar el taper tantrum de 2013 o la fuerte corrección del bund en 2015. “La deuda soberana presenta poco margen de absorción de estos movimientos”, comenta Gil.

Por todos estos motivos, se ha reducido todavía más la duración del fondo, hasta los 1,9 años, frente a los 6 años del índice. “No queremos bajar la duración a cero porque sería una postura muy agresiva y no esperamos una actitud agresiva por parte de la Fed”, aclara la experta. Esos 1,9 años son resultado del incremento de la duración en activos denominados en dólares y euros, compensada por un fuerte recorte de las posiciones en activos denominados en libras, incluyendo gilts y crédito británico.

Más crédito estadounidense

Richard Woolnough empezó a estar más positivo en septiembre con el crédito americano, y conserva esa postura constructiva debido a un entorno macro positivo: la economía se aproxima al pleno empleo -habiéndose generado la mayoría de puestos en el sector servicios-, se está registrando un crecimiento salarial del 2,7% anual (y podría acelerarse por encima del 3% en 2017), la Fed sigue dispuesta a normalizar sus tipos de interés y se espera el regreso de la inflación, en gran parte por el efecto de base del repunte del petróleo.

“La caída del petróleo restó 40-50 puntos básicos a la inflación. Los precios están mostrando ahora signos de estabilización y su contribución a la inflación podría ser positiva en 2017”, explica Gil, de tal manera que en M&G prevén que la tasa alcance el objetivo de la Fed del 2% a principios del año que viene. “Todo el entorno es de apoyo para el crédito estadounidense, que es una clase que también destaca por su mayor liquidez y por estar menos distorsionado por efecto de los QE”, añade la especialista.

Otro factor a favor del posicionamiento por el crédito es el fuerte soporte técnico, dada la búsqueda de rentabilidad en EE.UU. de inversores extranjeros, especialmente europeos. ”Esta tendencia se podría acentuar si se incrementa el riesgo político”, aclara Gil. Ésta detalla finalmente los atractivos del crédito estadounidense por fundamentales: “Las valoraciones son más atractivas por ratings y sectores. También vemos valor relativo a favor de invertir en dólares y cubrir la divisa”.

En cambio, sea reducido en términos generales la exposición al crédito europeo. Woolnough considera que esta clase de activo presenta tres grandes riesgos: estructurales (especialmente el todavía elevado desempleo), políticos (con el referéndum italiano y las elecciones de Francia y Alemania en el punto de mira) y riesgos cíclicos, sobre todo derivados de la crisis bancaria (bajo volumen de inversión empresarial y baja concesión de crédito).

(Aún) Más renta variable

Hace dos meses, Richard Woolnough empezó a estar optimista en renta variable por primera vez en mucho tiempo. Tanto, que en los dos últimos meses ha seguido comprando acciones; actualmente hay 27 nombres de renta variable en la cartera del M&G Optimal Income, con una ponderación del 5,1% (del cual un 2,7% es en renta variable europea) y preferencia por valores de los sectores de automoción, salud y medios de comunicación.

Cabe recordar que la naturaleza del fondo es eminentemente defensiva, y que el gestor – que en más de una ocasión se ha declarado “un turista en la renta variable”- sólo se adentra en esta clase de activo cuando considera que la valoración de la acción es más atractiva que la del bono de la misma empresa.

La asignación de activos de la cartera del M&G Optimal Income queda configurada de esta manera: un 49% en deuda con grado de inversión, un 32% en high yield (Ana Gil aclara que la posición es neutral respecto al índice), un 10% en deuda soberana y un 5% en renta variable.

Gil aporta para concluir un cuadro sinóptico en el que se han calculado los rendimientos del fondo en distintos entornos de mercado. Como se puede observar, el escenario en el que la rentabilidad sería más favorable sería aquel en que la rentabilidad de la deuda soberana cae un 1% y los diferenciales de crédito se comprimen otro 1%, mientras que el más negativo sería uno en que repunten tanto bonos como diferenciales.

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