Por ello, Invesco señala que, un inversor con un horizonte de inversión que se mida en años se puede encontrar actualmente con compañías que gozan de una excelente salud financiera y “con unos múltiplos de valoración en mínimos históricos”. La crisis de deuda soberana y el hecho de que los inversores se cuestionen la solvencia de las economías de la periferia europea no asusta a sus gestores. “Nosotros no invertimos directamente ni en países ni en políticas sino en empresas, muchas de las cuales son esencialmente internacionales y disfrutan de una buena salud financiera”, afirman.
No obstante, la gestora no obvia la delicada situación en la que se encuentra el Viejo Continente. En ese sentido, considera que las iniciativas adoptadas por Europa para evitar que la crisis griega acabe por trasladarse a otras economías “han reducido el riesgo de un impago desordenado del país heleno”. Destaca entre esas medidas la recapitalización del sistema financiero y la ampliación del Fondo Estructural de Estabilidad Financiera (FEEF). No obstante, a juicio de la gestora, la decisión más importante a la que se llegó en la última cumbre de Bruselas ha sido “el establecimiento de requisitos de capital creíbles basados en los precios de mercado de los activos soberanos”.
Respecto a este asunto, Invesco considera que “muchos analistas, e incluso los propios bancos, habían trazado el camino hacia estas cifras creíbles, que parecen viables sin que supongan una importante dilución para los accionistas y están en la línea de las valoraciones que ya descuentan diluciones sustanciales”. Aunque la gestora el capital de los bancos está alcanzando los niveles adecuados, muestra su preocupación por las posibles consecuencias negativas del desapalancamiento con respecto al crecimiento.