En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, riesgos en la deuda pública y déficits persistentes en algunos países y valoraciones exigentes en la renta fija, Ismaël Lecanu, gestor del DNCA Invest Crédit Conviction, explica cómo su estrategia se adapta a la incertidumbre: la clave reside en una gestión muy activa de la duración y del riesgo de crédito.
Existen varios focos de incertidumbre que podrían impactar en los mercados de deuda y generar nuevos episodios de volatilidad: el debilitamiento del crecimiento económico, las tensiones geopolíticas y las disrupciones del comercio global. A ello se suma la evolución de los tipos de interés, especialmente en un entorno de deterioro fiscal en Europa. Además, la evolución de la regulación en distintos mercados también provoca inquietud entre los inversores, según explica Ismaël Lecanu.
El gestor del DNCA Invest Credit Conviction (una de las filiales de Natixis IM)considera la disciplina y la adaptabilidad esenciales en el actual contexto y fase del ciclo. El fondo no se basa en grandes apuestas direccionales. En su lugar, ajusta el posicionamiento con agilidad en función del riesgo percibido en cada segmento del mercado. “Preferimos ser prudentes hoy para poder aprovechar con convicción las oportunidades que llegarán mañana”, resume.
Su estrategia se articula en torno a dos pilares fundamentales: una fuerte convicción en una selección concentrada de bonos corporativos y una gestión activa de la duración. Esta se mueve en un rango de -2 a +7 años. “Son dos pilares clave para adaptarnos a cualquier entorno, sin buscar anticipar rendimientos futuros. No obstante, mantenemos la flexibilidad necesaria para ajustarse a los cambios del mercado”, recalca.
Este enfoque dinámico demostró su eficacia especialmente en 2024, cuando el fondo logró una rentabilidad del 9% con apenas un 2% de volatilidad. Fue “un comportamiento excepcional en un año que resultó relativamente benigno”, destaca Lecanu. Esta evolución fue posible gracias a una exposición más elevada a activos de crédito con spreads atractivos, como bonos de alto rendimiento o tramos subordinados de emisores sólidos.
De un posicionamiento ofensivo a uno defensivo
Tras esa fase de mayor toma de riesgo, Lecanu cuenta que ha ido reduciendo gradualmente el peso de esas posiciones más agresivas. Esto incluye bonos high yield con calificación BB y B y emisiones subordinadas de entidades financieras que cotizan a spreads muy ajustados. Al mismo tiempo, ha reforzado la exposición a deuda con grado de inversión, que ofrece mayor solidez ante una eventual ampliación de diferenciales. Asimismo, ha moderado la duración. En otras palabras, ha pasado de un posicionamiento más ofensivo a otro más defensivo. Su enfoque está orientado a proteger el capital ante la probabilidad de mayores turbulencias en el mercado.
Lecanu advierte que los spreads están demasiado ajustados y que un repunte de la volatilidad es un escenario cada vez más plausible. Varios gobiernos, entre ellos el de Francia, se resisten a recortar los déficits. A su juicio, esto puede generar presión sobre la deuda soberana y, en consecuencia, repercutir en el mercado de crédito.
También hace hincapié en que la evolución de la regulación en distintos mercados sigue siendo un factor de presión para los inversores. Frente a la posición desreguladora de mandatarios como el presidente de EE.UU. Donald Trump, Lecanu defiende la importancia de contar con un mercado bien regulado. Esto ofrecería mayor seguridad y protección al inversor. Ante este entorno complejo, el gestor insiste en que la prudencia sigue siendo clave. El control del riesgo debe ocupar un lugar central en cualquier estrategia.
Gestión con convicción más allá del índice
El DNCA Invest Credit Conviction es un fondo de renta fija flexible con enfoque paneuropeo que invierte en una amplia gama de emisores corporativos tanto con grado de inversión como high yield. Aunque Ismaël Lecanu actúa como gestor principal, forma parte de un equipo con experiencia en diferentes segmentos de la renta fija, especializado en análisis de crédito. La estrategia no replica ningún índice de referencia, pero busca ofrecer una rentabilidad ajustada al riesgo superior a la media del mercado de crédito europeo, combinando análisis fundamental, gestión táctica de la duración y control estricto del riesgo. Actualmente, el fondo mantiene una exposición diversificada por geografías, aunque con un sesgo predominante hacia emisores de la zona euro y evita concentraciones excesivas en sectores cíclicos o altamente apalancados.
Cuando el mercado percibe más riesgo en los gobiernos que en las empresas
En determinados momentos de tensión en los mercados, algunos bonos corporativos han llegado a cotizar con spreads inferiores a los de sus propias referencias soberanas. Ismaël Lecanu recuerda episodios en los que emisores privados de alta calidad ofrecían una prima de riesgo menor al de la deuda pública del mismo país. Un ejemplo de esto se observó en 2023, cuando algunas emisiones de alta calidad como las de LVMH o Sanofi llegaron a cotizar con spreads inferiores a los del bono soberano francés). Lecanu considera que estas situaciones son insostenibles en el largo plazo. “Los bonos soberanos deben representar el activo libre de riesgo. Cuando eso se invierte, revela tensiones puntuales en el mercado y una elevada demanda de crédito corporativo solvente”, explica. Por eso insiste en que estos desequilibrios deben interpretarse con cautela y refuerzan la necesidad de mantener una gestión prudente y flexible.