Su objetivo es mantener la cartera hasta vencimiento
El nuevo fondo de la gestora estadounidense proporciona acceso al potencial de los mercados emergentes a través de una cartera diversificada de deuda corporativa. El JPM Emerging Markets Corporate Bond Portfolio Fund I es el primero de estas características que se registra en el mercado español.
La rentabilidad bruta media esperada de la cartera modelo es del 7,7% anual, según estimaciones del equipo gestor a cierre de abril de 2010, y repartirá un cupón con periodicidad anual. El horizonte temporal del producto es de cinco años, periodo que coincide con el vencimiento medio de los bonos en cartera.
El fondo cuenta con una política de buy and hold, por lo que su objetivo es mantener la cartera hasta vencimiento. Por tanto, y una vez finalizado el periodo de comercialización, todas las salidas estarán penalizadas con una comisión de reembolso del 2%. La comisión de gestión es del 1,5% para la clase minorista y del 1% para la institucional.
La cartera contará con un número aproximado de 45 títulos con una calidad crediticia media de BB. El producto está denominado en dólares, aunque cuenta con una clase en euros (cubierta a euros).
El estilo de gestión se basa en la selección desde abajo –o bottom up- de los valores. El fondo está gestionado por Alain Defise y Pierre-Yves Bareau, que cuentan además con un equipo de equipo de gestión de 20 gestores y analistas especializados en deuda emergente, ubicados en siete países diferentes. “La presencia local es fundamental para garantizar un conocimiento profundo de la situación de cada mercado (políticas gubernamentales, divisas, etc.) y de cada una de las compañías objeto de análisis. Los recursos globales de la gestora permiten además combinar este análisis bottom up con un análisis macroeconómico más amplio, del que se obtiene una visión a nivel global y otra específica de cada país”, comentan desde la entidad.
En cuanto a la distribución regional del fondo, un 39% de la cartera se encuentra en deuda latinoamericana; un 33% en emisiones de países del CEI (Rusia, Ucrania y Kazajistán); el 23% en deuda asiática y el resto, en emisiones de Oriente Medio.
Por sectores, destaca el peso de las entidades financieras (33%), seguidas de las compañías de Comunicación (15%), Materiales Básicos (14%) y las pertenecientes al sector público (14%).