Japón: ¿De verdad esta vez es diferente?

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El nuevo desplome del 5,15% registrado por el mercado de renta variable japonés en la jornada de ayer está inquietando a los inversores. Desde el pasado 22 de mayor, el índice nipón acumula ya un retroceso del orden del 14% que ha puesto fin a la buena marcha mostrada por la Bolsa japonesa en el año. El fortalecimiento del yen frente al dólar han exacerbado los ánimos entre la comunidad inversora, que ahora se plantea la gran pregunta: ¿de verdad esta vez la historia va a ser diferente en Japón? ¿Alcanzará el país las expectativas generadas con la llegada al poder del que hoy es el primer ministro del país, Shinzo Abe?

Poniendo las cosas en contexto hay que decir que la intención de la OCDE de rebajar las previsiones de crecimiento global y las especulaciones sobre el posible final de la relajación cuantitativa en Estados Unidos han nublado el futuro de la economía mundial. Con los bonos gubernamentales a 10 años en torno al 0,9%, en Japón los sectores sensibles a los tipos de interés como el financiero lideraron el declive. Los sectores inmobiliario y de financiación al consumo estuvieron entre los que peor comportamiento tuvieron, mientras que minería y transporte aéreo mantuvieron bien el tipo en comparación.

La visión de Fidelity

El pasado 23 de mayo el mercado japonés experimentó una de sus mayores caídas de un día tras un rally en forma de montaña rusa de más de un 80% en un periodo de tan solo seis meses. Según Jeremy Osborne, director Asociado de Inversiones de Fidelity Worldwide Investment en Japón, es posible que en el próximo corto plazo aparezcan más debilidades pues históricamente no es inusual un retroceso del 10 al 15% en cualquier fase alcista del mercado. En este sentido, un potencial fortalecimiento a corto plazo del yen frente al dólar sería otro obstáculo para el mercado de renta variable japonés en las próximas semanas.

Para Osborne, es muy probable que el mercado siga siendo volátil por ahora. Sin embargo, hay razones para ser optimista y pensar que las posibles futuras debilidades serán temporales y que el pico máximo no lo hemos alcanzado todavía, pues los catalizadores clave del rally siguen intactos. “Desde una política monetaria agresiva hasta expectativas de mejores ganancias y datos macro; las valoraciones son aún razonables mientras que las proyecciones indican que los ingresos se recuperarán hasta los máximos de 2007, y el gobernador del Banco de Japón dejó claro de nuevo el pasado fin de semana que la autoridad monetaria soporta el rally”.

La visión de Schroders

Taku Arai, gestor de renta variable japonesa de Schroders, tiene claro que en esta ocasión las cosas en Japón son diferentes. “Las cosas en Japón han cambiado mucho. Existen muchas evidencias de que esto es así. Quizás la más importante sea la gran aprobación que ha tenido entre la ciudadanía la política de Abe, quien ha tenido éxito a la hora de ganarse el respaldo del pueblo japonés”. Esto, a su vez, elimina otro de los riesgos que ha venido pesando sobre el mercado nipón: el de la política. “Prevemos que el partido del primer ministro gane las elecciones parlamentarias de julio. A partir de ese momento no hay previstas nuevas elecciones durante los próximos tres años”.

En su opinión, el buen comportamiento registrado en 2013 por su mercado no fue para él ninguna sorpresa. “El año pasado estaba excesivamente barato. La política monetaria seguida por la autoridad monetaria ha servido para dar apoyo a las empresas japonesas, cuyo negocio se centra fundamentalmente en la exportación. El rally del mercado se cimentó en las mejores perspectivas de los mercados emergentes, principalmente China. Hoy, los beneficios corporativos dejan margen para mayores apreciaciones del mercado, sobre todo en sectores que se han quedado rezagados como el de la automoción”. El experto reconoce esperar además una mejora de los resultados empresariales.

La visión de Pictet AM

¿A qué se podría achacar entonces la fuerte corrección sufrida por la Bolsa japonesa? Adrian Hickey, director de renta variable japonesa de Pictet AM, considera que las caídas de las cotizaciones de las acciones de Japón son atribuibles al calentamiento extremo de las mismas. “Los ratios PER esperados de las acciones de Japón han pasado de 11,6 veces de mediados de noviembre 2012 a 15,4 a finales de abril. Queda un potencial de revalorización del 15% hasta fin año, si bien la continuación de la subida depende de las reformas estructurales”. A su juicio, con la deuda pública representando el 240% de su PIB, el Gobierno japonés dispone de escaso margen en política fiscal.

Según explica, para estimular inversión y empleo el impuesto de sociedades debe pasar del 39,5% al 30%, aproximándose a la media de la OCDE. A ello se añaden reformas para mejorar la eficacia de la industria a más largo plazo. Para ello se ha creado un comité de competitividad industrial, presidido por el primer ministro. Existe un proyecto de reducción de pensiones de jubilación y otro de fomento del trabajo de mujeres. También debe ponerse en marcha una nueva política energética, con la desaparición de los monopolios de distribución, pues la importación de gas a precio de mercado explica la mayor parte del déficit comercial actual. Tras la catástrofe de Fukushima, el país ha dejado de producir energía nuclear e importa energía fósil por lo que la mayoría de productores japoneses de electricidad registra pérdidas.

La visión de Threadneedle

Sea como fuere, lo cierto es que el cambio de rumbo en Japón está teniendo un gran impacto. Mark Burgess, director de Inversiones de Threadneedle, se muestra tajante: “la transformación política de Japón ha sido, sin lugar a dudas, el acontecimiento más importante de 2013. Las autoridades han planeado una enorme inyección monetaria junto con un estímulo fiscal y otras reformas con el fin de impulsar el crecimiento. A diferencia de otros intentos por parte de Japón para dejar atrás la deflación, la magnitud del plan y la determinación con la que se ha aplicado ha sorprendido a casi todos los observadores”, afirma.