Cumple tres años al frente del área de wealth del banco con la vista puesta en dos tipos de productos este año: los alternativos ilíquidos y las soluciones de renta fija.
José María Ferrer cumple tres años al frente del área wealth de Renta 4 y un año más tarde se hizo cargo también del negocio de banca privada. Entró en la casa a finales de marzo de 2020, en plena pandemia, y desde entonces han ido modulando su oferta en función de cada contexto de mercado. En este tiempo dos han sido las patas que han concentrado la demanda de sus clientes: la de alternativos ilíquidos, sobre todo en en tiempos de tipos al 0% ,y la de producto de renta fija en plazos cortos más recientemente.
Con respecto a la primera, la estrategia de Renta 4 Wealth bebe de dos fuentes. Una es la de ofrecer a sus clientes de family office alternativas a las sicavs con la vista puesta sobre todo en sociedades de capital riesgo (SCR). "La SCR es la alternativa más práctica para los inversores de sicavs. Con las sociedades de inversión libre también estamos siendo muy activos pero queremos ser rigurosos en con la regulación", afirma Ferrer.
La otra es la ser un comercializador activo de fondos alternativos de terceros. "Buscamos productos exclusivos que diferencien la oferta. Hemos hecho acuerdos casa por casa y fondo a fondo, ahora tenemos en torno a 30 y los vamos renovando a medida que vencen los fondos”, explica. Uno de los últimos productos que ha sumado a su oferta es el fondo Nzyme especializado en private equity tras llegar a un acuerdo con Kibo Ventures. Lo ofrecerá entre sus clientes con inversiones mínimas a partir de 100.000 euros, un ticker que también aplica en el resto de productos alternativos a pesar de que la ley Crea y Crece sí da la opción de bajar la inversión mínima hasta 10.000 euros. "Nosotros no nos lo planteamos", afirma.
Que la demanda de alternativos se haya ralentizado ante el cambio de rumbo de los bancos centrales, no implica que haya desaparecido. "Sigue habiendo demanda, sobre todo de activos que dan valor real a la cartera, como fondos que ofrecen protección frente a subidas de tipos como infraestructuras o fondos de deuda", explica. Eso sí, avisa que es importante que el peso que estos supongan en la cartera no sea excesivo y esté en línea con lo que cada cliente demanda.
El asesoramiento independiente, en el punto de mira
En cuanto a la pata de productos más tradicionales, donde observa la mayor demanda es en monetarios, letras del tesoro y fondos de investment grade. "Estamos atrayendo mucho dinero de clientes en activos líquidos y monetarios, el reto es conservarlo ofreciéndoles alternativas a medida que cambie el rumbo de la política de tipos", afirma.
Para ello es fundamental seguir impulsando el servicio de asesoramiento, y más concretamente, el independiente. De los 16.000 millones con los que cuentan, la mayor parte está en gestión. "El reto es ir incorporando a clientes en asesoramiento. El modelo de asesoramiento que más trabajamos es el no independiente pero lo estamos modulando hacia el independiente en los clientes que tienen conocimiento financiero alto" explica. Eso sí, para conseguirlo hace falta mucha educación que explique a ese cliente las bondades de ese servicio. "Todavía cuesta que el cliente pague una comisión explícita por el asesoramiento, porque encima lleva IVA, pero una cuestión de educar porque es más beneficioso para él y a nosotros nos hace más independientes", concluye.