Es el análisis de Joseph Little, Global Chief Strategist de la compañía. Un año más, las palabras clave siguen siendo: flexibilidad, diversificación y gestión activa.
La economía y los mercados financieros evolucionan rápidamente. Por lo tanto, los inversores tendrán que seguir el ritmo de los cambios repentinos que se están produciendo. El verdadero reto, una vez más, será interceptar los rendimientos y aprovechar las mejores oportunidades.
"Si nos fijamos en lo que ocurrió el año pasado, veremos un comportamiento positivo tanto en los mercados de renta variable como en los de crédito, con un escenario de aterrizaje suave y un crecimiento excepcional de la economía estadounidense: la mejor economía a escala mundial con el dólar como mejor divisa", comienza diciendo Joseph Little, Responsable Global de Estrategia de HSBC Asset Management.
Sin embargo, si nos centramos en el comienzo de este año, mucho ha cambiado ya debido a la fortaleza del mercado, que ha seguido apoyando los resultados de crecimiento de la economía estadounidense. "Los inversores se están moviendo para reposicionar las carteras a la luz del hecho de que, para algunas clases de activos, parecería que los rendimientos futuros son sólidos, pero la realidad, como hemos visto en las últimas semanas, es que la situación en términos macroeconómicos es realmente incierta debido tanto a la política monetaria como a la política comercial", señala el experto. Por ello, el profesional destaca esta combinación de sólidas rentabilidades en los dos últimos años y una situación macroeconómica actual incierta.
De hecho, "tanto la incertidumbre como la volatilidad seguirán siendo elevadas, con episodios de sobresaltos, como en los mercados de bonos y de crédito. Podemos afirmar que este podría resultar un periodo turbulento para los inversores, pero eso no significa que falten oportunidades, gestionando la volatilidad y buscando nuevas formas de diversificación", afirma.
En relación a las últimas semanas, es imposible no mencionar dos episodios que tuvieron que ver, por un lado, con la carrera de la inteligencia artificial con DeepSeek y, por otro, con los deberes de la segunda administración Trump que entró en vigor el 1 de febrero. "De momento todavía no sabemos cuál va a ser la evolución real de este asunto", comenta el profesional.
Lo que es seguro es que la situación, en general, es cada vez más incierta, y el ruido de fondo aumenta gradualmente, lo que hace que los mercados sean más difíciles de navegar para los inversores. Sin embargo, según Little, hay elementos que podrían servir de antídotos: "Buscar la diversificación, evitar la concentración de mercados con vistas a la renta variable global, diferenciarse geográficamente, tener posiciones en hedge funds o mercados privados o en el lado defensivo, como las acciones de infraestructuras", prosigue.
Ir más allá de la diversificación
En un horizonte a medio plazo, mirando a los próximos seis u ocho meses, "lo que esperamos es más volatilidad y a lo largo del año. Probablemente seguiremos viendo un crecimiento algo más lento de lo que hemos estado acostumbrados hasta ahora, no esperamos ninguna recesión, y este escenario probablemente cambie un poco la actitud de los inversores y se diversifiquen más, evitando así la concentración del mercado en valores tecnológicos, ya que también hay otros sectores, como los cíclicos o los defensivos, que podrían empezar a beneficiarse de este entorno. También es una cuestión de tamaño: evitar concentrarse en los 7 magníficos en favor de las empresas de mediana o pequeña capitalización", explica Little.
Otra tendencia es que "los inversores podrían permanecer invertidos en EE.UU. sin estar necesariamente en valores tecnológicos, y para ello es necesario tener una estrategia de gestión activa o mantener inversiones alternativas", señala el experto. Además, Europa y Japón también podrían beneficiarse de este dinamismo que menciona Little. "Ambos son mercados desatendidos por los inversores internacionales, pero ahora mismo, en nuestra opinión, las valoraciones son muy atractivas en comparación con EE.UU. y también en comparación con su comportamiento en los últimos años, a nivel histórico, en un contexto de valoraciones "normales", admite.
Creciente interés por los mercados privados
Como ya se ha dicho, los mercados privados podrían ser útiles en este entorno de ricitos de oro volátiles. "Con este tipo de fondos, para los que se dispone de información frecuente a uno o tres meses vista, los inversores pueden resguardarse de la volatilidad inherente a los mercados públicos. Si la situación siguiera siendo la descrita, la asignación a los mercados privados podría proteger a los inversores de la volatilidad de los mercados públicos en la dirección del crecimiento a largo plazo", reitera el experto.
Teniendo en cuenta que los tipos en EE.UU. podrían permanecer altos durante más tiempo (con sólo dos o tres recortes a lo largo del año por parte de la Fed), entre las preferencias del especialista se encuentran los créditos privados garantizados debido a los elevados diferenciales o los títulos a tipo flotante. Little también mira con interés la renta variable privada tras el plan Draghi y las recientes operaciones como salidas a Bolsa y fusiones y adquisiciones. "Hay mucha dispersión en el rendimiento de los distintos gestores que salpican el mundo del capital riesgo. Sin embargo, creo que, más de lo habitual, para hacer una buena asignación en este campo hay que ser un gestor activo, un stock picker, eligiendo con cuidado porque hay diferencias significativas entre las distintas compañías", concluye el profesional.