El gestor ve oportunidades en la renta variable europea a pesar del escepticismo inversor. Destaca que las empresas europeas han aprendido a diversificar ingresos y adaptarse a los retos globales.
El mercado europeo ha sido una de las grandes dudas para los inversores en los últimos años. Las valoraciones han acompañado casi siempre, pero el apetito por parte de los inversores no. Sin embargo, 2025 podría ser el año en que esto cambie, ya que como hemos visto en estos primeros meses del año, la renta variable europea aventaja a la estadounidense.
Koen Bosquet, gestor del fondo DPAM B - Equities Europe Sustainable, fondo con Rating FundsPeople en 2025, ha compartido su visión sobre la evolución del mercado, las oportunidades que detecta y los retos que enfrenta la renta variable europea. "Nunca en mi carrera había visto un periodo como el final del año pasado, donde todo el mundo abandonó Europa”. Sin embargo, él ve este escepticismo como una oportunidad.
Comenta que tras un 2023 desafiante, ha notado un repunte en los flujos hacia Europa en 2024. "Hemos visto las primeras señales de más entusiasmo por la renta variable europea, aunque aún muchos inversores prefieren EE.UU.".
El pesimismo extremo suele generar oportunidades: "El mundo nunca se acaba y hay muchos factores estabilizadores que frenan los peores escenarios". El gran catalizador será la claridad política: "Los inversores quieren ver medidas concretas en Europa que impulsen el crecimiento", matiza el gestor de DPAM.
En su opinión, sectores como infraestructura y tecnología podrían beneficiarse de futuras políticas de inversión pública. Pero también analiza las estrategias que han permitido al fondo mantenerse competitivo y las lecciones aprendidas tras distintas crisis financieras.
Estrategia del fondo: crecimiento con calidad y gestión activa
Bosquet inició su carrera en 2007, gestionando un fondo de dividendos europeos justo antes de la crisis financiera. Este periodo marcó su enfoque en la calidad empresarial, buscando compañías con estructuras sólidas capaces de resistir imprevistos. "Lo que aprendí de la crisis de 2008 y otras turbulencias es que las empresas deben estar preparadas para lo inesperado. Las que logran adaptarse y sobrevivir son las que presentan mejores oportunidades de inversión a largo plazo", afirma.
Además, señala que el DPAM B – Equities Europe Sustainable se distingue por su enfoque en crecimiento con calidad, evitando empresas con modelos de negocio débiles o altamente dependientes de factores externos.
"Siempre ponemos la calidad antes que el crecimiento. No sacrificamos calidad por perseguir valoraciones atractivas. Buscamos empresas con balances sólidos, buena generación de caja y capacidad para invertir en su futuro".
El fondo mantiene una alta diversificación sectorial, evitando una concentración excesiva en pocas industrias, lo que reduce la volatilidad. Su active share del 76% refleja una estrategia diferenciada frente a los índices.
En términos de rentabilidad, el fondo espera un crecimiento del beneficio del 15% anual, superando el 8-9% estimado del mercado. Empresas como SAP y el sector de semiconductores impulsan estas cifras.
Sectores con potencial y apuestas del fondo
El fondo de DPAM se caracteriza por una selección activa, priorizando empresas con crecimiento sostenible y ventajas competitivas. Actualmente, destacan:
- Tecnología: "Invertimos en empresas que destinan capital a innovación y mejora de productos. En Europa hay oportunidades en semiconductores y software, con compañías como SAP".
- Finanzas: "Hemos incrementado exposición desde 2018. Vemos una recuperación en la rentabilidad y menor presión regulatoria".
- Infraestructura: "Hay una necesidad clara de inversión, sobre todo en redes eléctricas y modernización de sectores clave".
- Salud: "El sector ha estado rezagado tras la euforia del COVID, pero la innovación y el envejecimiento de la población generan oportunidades".
En cuanto a sectores con menor atractivo, menciona que hace un par de años redujeron su posición en energías renovables debido a la dependencia de subvenciones gubernamentales y la volatilidad política.
Europa: oportunidades frente a la incertidumbre
Bosquet reconoce los retos del mercado europeo, como la dependencia energética y la menor velocidad de innovación en algunos sectores. No obstante, destaca que las compañías europeas han aprendido a diversificar ingresos y adaptarse a las dificultades.
"El error de depender en exceso de energía externa, como hizo Alemania, ha quedado claro, pero las empresas están encontrando soluciones. La innovación ayudará a reducir el consumo energético y a hacer más eficientes los procesos productivos".
También considera que la divergencia entre las políticas monetarias de la Fed y el BCE podría tener impacto en valoraciones, pero descarta una brecha sostenida en tipos de interés y subraya que Europa cuenta con sectores estratégicos bien posicionados para atraer inversión. El gestor concluye diciendo que "las economías siguen interconectadas y la política fiscal en EE.UU. también influye en Europa".