Discrepancia entre los asesores
Las EAFI discrepan sobre las dificultades a la hora de convertirse en esa figura. Para algunos, el proceso ha sido muy sencillo y rápido mientras otros señalan la burocracia, los tiempos de espera, algunas dificultades técnicas y regulatorias, las dudas que genera la novedad de la figura y los costes que supone su creación y mantenimiento como principales inconvenientes.
“Las mayores dificultades que hemos encontrado en la tramitación del expediente han sido la excesiva documentación a presentar y las demoras en el proceso de autorización, además del inconveniente de las dudas que todavía persisten sobre esta nueva figura en lo relativo a su limitada actuación y la posibilidad o no de recibir incentivos”, indica Cristóbal Amorós, de Amorós Arbaiza. También señala el tiempo como una de las principales trabas Ana Fernández, desde AFS Finance Advisors EAFI, si bien justifica al regulador. “Las mayores dificultades han sido el tiempo que la CNMV tarda en tramitar los expedientes, debido al rigor y exigencia con el que trabaja para la aprobación de cada asesor”, dice.
Para Javier Flores, de Dracon Partners, las dificultades vienen derivadas del cambio de las condiciones del entorno regulatorio, para el cual hay terceras partes e interlocutores en el sector que no siempre están al mismo ritmo de desarrollo en un contexto de cambio radical en el panorama financiero y señala cuestiones técnicas y operativas (como el control de riesgos y la capacitación técnica) como los mayores quebraderos de cabeza. “Han sido más cuestiones técnicas y operativas en los procesos de relación con otros actores. El control de riesgos y la capacitación técnica suponen una fuerte barrera de entrada”, afirma.
Los costes son señalados por Borja Durán, de Wealth Solutions. “Más que dificultades, se trata de aplicación de tiempo, esfuerzos y recursos humanos y financieros en la creación de la EAFI y su mantenimiento pues, a partir del momento en que estás regulado, entras en una dinámica de procedimientos y controles en el día a día de la actividad que suponen una garantía para el cliente pero también un coste adicional en el que no se incurría anteriormente”. Con todo, señala que regularse supondrá a medio y largo plazo una ventaja competitiva frente a aquellos que no lo estén y aportará confianza.
Sin problemas
Sin embargo, otros asesores niegan dificultades más allá de la burocracia. “No podemos hablar de dificultades, más allá del trabajo burocrático que representa inicialmente, sobre todo en nuestro caso que somos una empresa con 15 años de actividad frente a la reciente creación de las demás EAFI”, señala Víctor Alvangonzález, consejero delegado de Profim. “Más allá de los trámites administrativos típicos de estos procesos y de la exigencia de ser una entidad aprobada y supervisada por la CNMV, no hemos encontrado ninguna”, afirma Félix González, de Capital Familiar.
“En líneas generales, el proceso es claro y la CNMV pone a disposición del público unos manuales en los que se aporta información detallada”, indica Belén Alarcón, de Abante Asesores. “Para DiverInvest EAFI no supuso un gran esfuerzo, pues siempre lo tuvimos claro y gracias a nuestra transparencia y profesionalidad, nos limitamos a seguir los pasos establecidos por la CNMV y presentamos toda la documentación requerida, un dossier que se aprobó a finales de 2009”, afirma David Levy, socio fundador de la firma de asesoramiento. “El proceso ha sido relativamente sencillo y ni doloroso ni caro”, señala por último John Siska.