El gran dolor de cabeza del Banco de Japón durante 2016, especialmente en la primera mitad, fue el encarecimiento del yen. Ahora, la entidad debe luchar en un nuevo frente: al introducir en el tercer trimestre de 2016 la política del control de la curva, se comprometió a que el bono a diez años se mantuviera en el 0%. Pues bien, parece que este control va a salir caro: la entidad avisó en febrero de que efectuaría una compra extraordinaria de bonos sin un tope fijado para garantizar que la rentabilidad del bono a diez años se mantendrá en el nivel fijado, especialmente si se produce algún repunte. La entidad acaba de confirmar que empezará a actuar en marzo, con un programa de compras en el que planea gastar sólo durante el mes de marzo un mínimo de 1.375 billones de yenes y un máximo de 2.175 billones.
La costosa batalla del Banco de Japón para mantener el control de la curva de tipos nipona

Iota_fr, Flickr, Creative Commons
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