Entrevista con Santiago Satrústegui
“Ha habido una confirmación de nuestro modelo y ahora tenemos más convicción en que lo que hacemos es lo correcto y los clientes así lo han refrendado”, dice Santiago Satrústegui, consejero delegado de la firma. En Abante Asesores se respira optimismo e ilusión. La firma creada en 2002 no sólo ha sobrevivido a la crisis que ha asolado el segmento de la inversión en España sino que, asegura, ha salido reforzada de ella.
Abante, de hecho, se encuentra en fase de expansión y tras haber inaugurado una oficina en Barcelona hace unos meses, está en proceso de ampliar la plantilla con la incorporación de diez nuevos profesionales que reforzarán los equipos de asesoramiento. Además, Satrústegui adelanta que podrían abrir nuevas oficinas en otras ciudades según vaya creciendo el negocio. “En octubre de 2008, cuando el mundo parecía que se iba a acabar tuvimos que tomar decisiones y vimos claro que teníamos que estar muy cerca de nuestros clientes”, recuerda Satrústegui.
Así, organizaron en pocas semanas una conferencia para inversores en la que explicaron claramente su estrategia y ofrecieron su visión de la situación que era contraria al resto: el mundo no se acababa y era necesario mantener las inversiones. “Los clientes que creyeron en nosotros y nos siguieron han ganado”, dice Satrústegui. En esa labor de asesoramiento, el consejero delegado de la firma cree fundamental “estar convencido de lo que ofreces y entender al cliente”, conocer sus objetivos y hacer un asesoramiento y planificación acorde a ellos. Cuando así se hace, Satrústegui cree que el cliente sí está dispuesto a pagar por ese trabajo ya que encuentra valor añadido en este servicio. Precisamente para poder englobar el negocio de asesoramiento independiente, Abante fue la primera entidad en constituir una EAFI, Abante Consejeros Financieros Independientes, y es uno de los miembros de la asociación que estas firmas han lanzado recientemente. “Es importante que tengamos un único interlocutor y que trabajemos para el reconocimiento de esta figura”, dice Satrústegui.
Satrústegui defiende el asesoramiento independiente ya que cree que cuando la misma entidad tiene intereses encontrados, el perjudicado termina siendo el cliente. “Se está mirando poco por el inversor. En muchas ocasiones se confunde la oferta de las entidades con la demanda real de los clientes y cuando las estrategias de los bancos prevalecen, siempre es malo para el cliente”, dice. Así, con el modelo de negocio centrado en el asesoramiento y la independencia, el patrimonio de Abante ha vuelto a los niveles de antes de la crisis (actualmente, la gestora tiene 356 millones de euros en fondos de inversión Y 800 millones de euros en activos bajo gestión) y cuenta actualmente con 18 fondos de inversión.
Satrústegui destaca especialmente su gama de fondos de fondos, que se engloba en dos modelos: una gama más liagada a los índuces y otra flexible en la que buscan gestores nicho que aporten valor en cada uno de los activos o segmentos que desde Abante quieran incluir en cartera. En estos fondos de fondos suelen trabajar con unas 20 gestoras. A partir de estas gamas, desde Abante van ofreciendo a cada cliente aquello que mejor se ajuste a sus objetivos. “No segmentamos por tamaño de cliente, buscamos que encaje con nuestro modelo, que confíe en nuestra manera de hacer las cosas y para ello tenemos que entender el objetivo de cada cliente independientemente del patrimonio que tenga”, dice Satrústegui.