“La desaceleración del crecimiento en Estados Unidos podría ser el catalizador de una corrección”

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Rafael Chamorro, Flickr Creative Commons

Los inversores comenzaron el segundo trimestre con el respaldo de un buen primer trimestre de los activos de riesgo gracias a los flujos de entradas de capital en renta variable y a un panorama económico más benigno. La cuestión era si los mercados seguirían la pauta de los tres años anteriores, con un retroceso en el segundo trimestre por la reaparición de problemas económicos (por ejemplo, Grecia en 2011) que fueron la causa de un aumento de la aversión al riesgo y la salida de capitales de los mercados de renta variable. En opinión de FRM, filial del grupo Man, “la desaceleración del crecimiento en Estados Unidos podría ser el catalizador de una corrección en el segundo trimestre”.

Tal y como explica la entidad en su último informe, dos indicadores económicos básicos incumplieron las previsiones en Estados Unidos: la variación del empleo no agrícola a principios de mes (88.000 frente a la previsión de 190.000) y el PIB del primer trimestre al final del mes (2,5% anualizado frente al 3% esperado). Sin embargo, el mercado de renta variable cerró en terreno positivo con una subida del índice S&P 500 del 1,8% en el mes. “Parece que el aguante del mercado de renta variable estuvo impulsada por la renacida confianza en la voluntad de los bancos centrales de proporcionar liquidez a los mercados”.

Explícitamente, la agresiva política monetaria del banco central de Japón provocó una subida del Nikkei del 11,8% (que situó su rentabilidad en lo que va de año en el 33,3%) y los índices de otros mercados desarrollados se beneficiaron por contagio. Implícitamente, la tasa de inflación de equilibrio de EE. UU., que a lo largo de 2013 había ido en constante aumento y suscitado preocupación por las posibles dificultades asociadas al cese del estímulo, se redujo sustancialmente en abril, explican. “El descenso de la inflación redujo el temor a que la Fed recorte o elimine su programa de expansión cuantitativa a corto plazo y también coincidió con una contracción de los rendimientos de la deuda pública estadounidense al aumentar la rentabilidad real”.

Curiosamente, en FRM destacan que los flujos de fondos de Japón indican que la mayoría de las entradas en renta variable japonesa provienen de inversores extranjeros y no nacionales (pese a la continua pérdida de valor del yen). “Si los activos financieros de los hogares japoneses, de los que casi nueve billones de yenes están depositados en cuentas no remuneradas, así como en bonos del gobierno nipón, se invierten en valores de renta variable, no existen motivos para que el repunte no continúe. A corto plazo, sin embargo, las valoraciones han llegado a niveles en los que el mercado podría recalentarse, y el riesgo real de realización de beneficios agravaría cualquier descenso del mercado”.

Según FRM, la buena salud de las empresas estadounidenses también ayuda a los mercados de renta variable. “La temporada de publicación de resultados del primer trimestre ha sido moderadamente positiva hasta el momento, y las empresas han batido las previsiones de los analistas, aunque se habían rebajado, a pesar de la debilidad de las ventas y las perspectivas. En los últimos años, los mercados han estado tan impulsados por los datos macroeconómicos que vale la pena recordar que los índices solo representan el valor de las empresas subyacentes”, señalan.

“Además, los balances empresariales aún son muy sólidos, lo que no solo es favorable en el caso específico de cada empresa, sino que también aumenta la posibilidad de que las empresas utilicen su liquidez para realizar inversiones. El sentimiento de los inversores sigue siendo prudentemente optimista, aunque muchos son conscientes de la corrección observada en los mercados de renta variable en los últimos años”, afirman desde la entidad.