David S. Harris, gestor senior de carteras de renta fija de Schroders
El mercado de deuda estadounidense no está, ni mucho menos, agotado. De hecho, la rentabilidad de los bonos high yield podría alcanzar en 2010 el 10%-12% en EEUU, una interesante opción frente al volátil mercado bursátil. Además, en los próximos de seis a 12 meses, la situación macroeconómica ofrecerá cuatro catalizadores en EEUU que podrán ser positivos para los activos de renta fija, según David S. Harris, gestor senior de carteras de renta fija de Schroders.
El primero se basa las condiciones de crecimiento en el país, que apuntan a un crecimiento sostenible del PIB de entre el 1% y el 3%. “Un contexto sin recesión es clave, pues el crecimiento implica la generación de cash flow para las compañías, después de una situación marcada por su alto apalancamiento”, afirma.
El segundo componente es la actitud hacia el apalancamiento, que dibuja tendencias opuestas entre las compañías y los gobiernos. Así, mientras las primeras, que se endeudaron de forma agresiva hace unos años, están comprometidas en la reducción de su apalancamiento operativo y en la mejora de su salud financiera usando el free cash flow que generan para recortar la deuda, los segundos están siguiendo un movimiento opuesto, como reacción natural ante la crisis, y les llevará bastante tiempo cambiar esta posición financiera.
“Por eso me gusta el crédito frente a la deuda del Tesoro. Aunque los bonos estatales alemanes y estadounidenses han sido un refugio durante las últimas seis semanas, no suponen una oportunidad a largo plazo y éstas surgirán cuando mejoren las condiciones de crédito”, afirma Harris.
El tercer catalizador es la actitud de la Reserva Federal, pues previsiblemente no subirá los tipos hasta el año próximo, frente a las expectativas que auguran un movimiento a finales de 2010. “Ha de ser muy cautelosa y, cuando decida empezar a endurecer la política monetaria, cuenta con herramientas a su alcance antes de mover los tipos, como el drenaje de liquidez o la imposición de requisitos en las reservas de los bancos, es decir, puede empezar a mover ficha de forma más elegante”, asegura. Todo ello serán señales de aviso que permitan a los profesionales gestionar la duración de sus fondos, pues ahora la corta es la más atractiva.
La cuarta señal positiva hacia la vuelta a los mercados es la tendencia largoplacista de los inversores hacia la búsqueda de activos de mayor riesgo, pues aquellos libres del mismo ofrecen retornos cercanos a cero y éstos son conscientes de que, sólo adoptando mayor riesgo pueden mejorar sus rentabilidades.
Una tendencia de largo plazo
“En los últimos años los inversores han sido más receptivos hacia las acciones, el crédito corporativo, los mercados emergentes y las materias primas, incluso si la volatilidad no ha apoyado los fundamentales”, explica, añadiendo la búsqueda de una mayor diversificación de activos especialmente entre los inversores estadounidenses: de hecho, en 2009, el año de recuperación de las acciones, se incrementó la demanda por los fondos de renta fija. El problema es que esta tendencia se ha visto parcialmente frenada en las últimas semanas, pues a corto plazo se ha producido una huida hacia la calidad y hacia los activos más seguros y de menor riesgo, como los bonos gubernamentales. “Sólo se piensa en evitar perder dinero, más que en ganarlo, pero sólo es un movimiento de corto plazo que impedirá la gestación de burbujas en los bonos y que no empañará el apetito largoplacista por el riesgo, más agresivo y estable en EEUU en comparación con otros mercados", dice Harris.
Más exposición a high yield
Con todo, reconoce que no pueden mantenerse ajenos a lo ocurrido en las últimas semanas, que interpreta como “ajustes técnicos de los mercados que están restaurando el valor de los activos, tanto de renta fija como variable” y que los inversores necesitan ser pacientes. “La deuda ofrecerá menos retornos que el año pasado, de entre el 5% y el 6%, pero aun así será atractiva frente a otros activos”, si bien reconoce que desde Schroders redujeron la exposición a bonos high yield hace un par de meses, pero que irán incrementándola según vayan surgiendo las oportunidades a corto plazo.
En cuanto a sectores, Harris sobrepondera materias primas y financieras y especialmente valores ligados a hipotecas, porque presentan un bajo riesgo de crédito. De hecho, no toma demasiado riesgo de duración, pero sí riesgo de crédito a través de una cuidadosa selección de valores en los 500 millones de dólares que gestiona.
Oportunidades en CCC
Con respecto a la calidad de los activos, sobrepondera aquellos con rating CCC, si bien ha reducido en las últimas semanas su exposición para lograr un extra de liquidez y advierte sobre la fuerte volatilidad de los BB, en ocasiones mayor que los triple C. Por eso, cuando los mercados recuperen la confianza, aboga por una vuelta a los CCC y B.
En cuanto a las divisas, Harris pronostica un largo plazo difícil para el euro y positivo para las divisas emergentes en un entorno de gran volatilidad que le hace cubrir sus inversiones en dólares. Con todo, cree que el dólar canadiense lo hará bien, gracias a la mejora de las condiciones fiscales del país, si bien la libra esterlina lo tendrá complicado frente al dólar estadounidense.