La disrupción o como la construcción de carteras tradicional y los hombre orquesta ya no valen

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La covid-19 ha acelerado la disrupción tecnológica. Parece que existe un consenso general que los avances digitales y tecnológicos que se venían produciendo desde hace años, han cogido carrerilla en los últimos meses y ya nadie podrá evitarlos en el futuro.

Si en el consumo los efectos han sido evidentes, con un mayor uso generalizado de las plataformas tecnológicas en época de confinamiento frente a comercios tradicionales, el impacto en la industria de gestión de activos empieza a notarse. 

Según Ignacio Fuertes, socio y director de Inversiones de Rentamarkets, existe un creciente debate sobre como construir carteras a partir de ahora. “Las aproximaciones más tradicionales a la construcción de carteras han dejado de funcionar”, señala Fuertes, quien destaca como las matrices de correlaciones, las estrategias de  diversificación y las estrategias cuantitativas han sufrido en los escenarios vividos recientemente. 

Desde su punto de vista, debe haber una aproximación más tecnológica y vanguardista a la gestión de activos. Eso sí, subraya, la tecnología deberá estar a disposición de las canas. Por tanto, apuesta por procesos que permitan optimizar las capacidades de los equipos de gestión.

Además, cree que la oferta de producto debería ser más exclusiva y de mayor valor añadido. “Claramente hay gente que bate el mercado a largo plazo, pero son muy pocos”, señala. En este contexto, subraya que el hombre orquesta va a ser una rara avis. “Se requieren conocimientos más amplios en muchas temáticas para operar en mercado más cambiantes, dinámicos e ilíquidos”, reflexiona.

Por su parte, Francisco Márquez, Executive Sales de J.P. Morgan AM, pronostica un cambio estructural en la gestión de activos. Considera que habrá cambios por el lado de la demanda y de la oferta. En este sentido, contextualiza que cada vez habrá menos distribuidores de producto y que las gestoras deberán tener más recursos para dárselos a los clientes. “Hay que ser capaces de diferenciarse”, destaca.

Julián Pascual, presidente de Buy & Hold, afirma que los parámetros de gestión tradicional están cambiando. Pascual defiende a la gestión activa “buena”. No obstante, cree que solo sobrevirarán aquellos gestores activos que entiendan los cambios tecnológicos y se adapten.

Según Giorgio Semenzato, consejero delegado y cofundador de Finizens, el covid-19 será el mayor disruptor tecnológico de 2020. “Ha obligado al cliente final a hacerse cada vez más digital y tener menor interacción con el asesor”, afirma. Semenzato piensa que el impacto será altamente positivo para nuevos entrantes independientes y con propuesta de valor alineada con intereses de clientes y tecnológicos.