La ESG trae consigo un extra de rentabilidad en tiempos volátiles… y no solo en renta variable

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La inversión responsable se ha puesto en valor al calor de la crisis del COVID-19. No solo porque cada vez son más las empresas comprometidas con la idea de contribuir a una recuperación económica de manera sostenible, ni por el empuje que han dado los gobiernos a esa Green economy a través de sus programas de estímulos. Ni siquiera por el aumento de la demanda por parte de los inversores hacia productos que aúnen la rentabilidad financiera con la rentabilidad social, sino también porque ha demostrado que en tiempos de turbulencias de mercado ese componente ESG ha cotizado al alza.

Fidelity es una de las últimas gestoras que han puesto números a esta realidad. Lo ha hecho a través de un estudio en el que analiza el comportamiento de los valores con mejores notas en ESG, según su sistema de clasificaciones propio en el que ha analizado 2.659 calificaciones en renta variable y 1.450 en renta fija, en comparación con los que peores notas muestran aplicándolo no solo al universo de la renta variable sino también al de la renta fija.

“Se revela que las empresas en la parte alta de nuestra escala de calificaciones ESG (A y B) superaron a las que poseen calificaciones más bajas (D y E) todos los meses entre enero y septiembre de este año, exceptuando abril. La diferencia acumulada en las rentabilidades relativas de los dos grupos se amplió hasta el 17% durante ese periodo”, afirma Jenn-Hui Tan, responsable mundial de Inversión sostenible de Fidelity.

El análisis lo han llevado a cabo de forma acumulada con datos hasta el 30 de septiembre y también de forma mensual y a este respecto el único mes en el que no se cumplió la máxima de mayor rentabilidad/sostenibilidad  en renta variable fue en el mes de abril, el mes del gran rebote de mercado. “Este mejor comportamiento relativo durante una caída acusada y peor comportamiento relativo durante un fuerte rebote de los mercados sugiere que los valores con calificaciones ESG más altas también tienen un factor de beta baja y alta calidad, además de ser menos propensos a sufrir la volatilidad del conjunto del mercado”, afirma Hui-Tan.

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Similar conclusión es la que deja el análisis que han realizado en el comportamiento de las emisiones de renta fija ya que Los bonos de las 154 empresas con calificación A rentaron alrededor de un -0,5% de media, frente al -1,5% de las 557 empresas con calificación B y el -4,6% de las 225 empresas con calificación D. Además, ese extra rentabilidad que se vio en las emisiones con mejores calificaciones ESG no solo se produjo en los meses de caídas sino que se extrapoló también a los meses de rebote del mercado. Aunque aquí la excepción fue en Mayo, el único mes en el que los títulos C y D lo hicieron mejor que sus homólogos más sostenibles. Eso sí, la diferencia fue mínima.

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