La estrategia del fondo de bolsa americana con casi un siglo de vida

Jeffrey Kripke (Amundi)
Foto cedida

El Amundi US Pioneer Fund es un fondo que cuenta con una larga trayectoria en Estados Unidos, que se remonta a hace 92 años. El primer responsable de la cartera fue el legendario inversor Philip Carret, que gestionó el fondo estadounidense durante 55 años. Warren Buffet dijo una vez de Carret que tenía el mejor track record a largo plazo de todos los que conocía. Actualmente, el gestor principal del fondo es Jeffrey Kripke, que cuenta con el respaldo de otros tres gestores y un equipo de analistas. La rentabilidad del fondo durante la gestión de Kripke ha continuado siendo sólida. Ha superado al S&P 500 y al 90% de sus pares durante los últimos tres años, en un entorno de mercado muy volátil. Este año el producto disfruta de Sello FundsPeople, con la calificación Consistente.

¿Cómo ha podido el pondo generar un rendimiento tan sólido a lo largo del tiempo?  “Manteniendo la filosofía de inversión, que consiste en invertir en compañías con precios atractivos que sean sostenibles desde una perspectiva financiera y competitiva. Este enfoque holístico para evaluar la sostenibilidad supone un factor diferenciador y ha sido el principal impulsor de los rendimientos de inversión por encima de la media a lo largo del tiempo”, explica Kripke a FundsPeople. Una característica del fondo es que históricamente ha mitigado el riesgo de caídas cuando los mercados de renta variable se han vuelto más volátiles. Así ocurrió a principios de año, ya que la cartera batió ampliamente el rendimiento del S&P 500 en el primer trimestre, cuando los mercados bajaron debido al impacto económico de la pandemia.

El fondo suele poseer entre 40 y 70 valores de gran capitalización estadounidenses. Tiene un estilo de inversión core, es decir, que invierte tanto en valores growth como value. Para poder entrar en la cartera, una compañía debe cumplir dos requisitos: el negocio debe ser sostenible desde una perspectiva de ESG, competitiva y financiera; y la subida del valor (si los casos de inversión se desarrollan como se espera) debe ser el doble que el riesgo de bajada.

“Para identificar las compañías que cumplen estos requisitos, realizamos un riguroso análisis de sostenibilidad de cada una de las posiciones y las posibles posiciones de la cartera. Con respecto a la inversión ESG, creemos que una calificación alta o mejorada ESG puede tener un impacto positivo en la marca y la posición competitiva de una compañía. Esto, a su vez, puede dar lugar a un mayor crecimiento o rentabilidad, lo que puede propiciar asimismo una revalorización del precio de las acciones superior a la media”, destaca Kripke.

“Nuestro análisis incluye la identificación de las barreras de entrada que pueden permitir a una compañía mantener una rentabilidad superior a la media a lo largo del tiempo. Las posiciones de la cartera suelen ser compañías líderes en cuota de mercado, con posiciones y ventajas competitivas defendibles, como lo demuestran el tamaño, el efecto network, el coste, la marca u otros factores. Por último, evaluamos la fortaleza financiera. Esto incluye no sólo el análisis del entorno financiero actual, sino también la creación de un modelo financiero con diferentes escenarios y resultados en relación con el crecimiento, la generación de flujo de caja y los niveles de deuda. Este enfoque permite desarrollar múltiples precios objetivo para cada valor y cuantificar el riesgo y el potencial de rendimiento en el proceso”.

Posicionamiento y enfoque actual

El fondo tiene actualmente un equilibrio de exposición a valores con vientos de cola seculares que, en opinión del gestor, pueden comportarse bien incluso si la economía de Estados Unidos tarda en recuperarse totalmente, y valores cíclicos que deberían beneficiarse a medida que la economía se recupera. Un ejemplo de una compañía con estos vientos de cola de crecimiento secular es Amazon, que es el principal minorista online y proveedor de servicios en la nube en EE.UU.

Los holdings cíclicos incluyen compañías industriales como Carrier, que fabrica equipos de climatización (HVAC, por sus siglas en ingles). La demanda de equipos de climatización residencial está aumentando con la demanda de viviendas en EE.UU, al entender que la gente se traslada al extrarradio para escapar de las ciudades densamente pobladas. El fondo tiene poca exposición a la energía debido a cuestiones ESG, así como por las preocupaciones de la oferta y demanda de petróleo. También tiene menos exposición que el S&P 500 a los productos de consumo básico, sector inmobiliario y utilities que, a su juicio, ofrecen un potencial de crecimiento limitado debido a sus valoraciones.

“El principal criterio del fondo es la calidad, ya que su enfoque de sostenibilidad conduce a una cartera de posiciones que suelen tener niveles de rentabilidad iguales o superiores a los del S&P 500”, subraya. Sobre una base de 3 años consecutivos, en los últimos cinco años, la beta del fondo ha estado entre 0,85 y 0,95. La beta es actualmente de 0,90 durante los últimos tres años de forma ex-post.  

“Creemos que la renta variable de EE.UU. subirá, pero será un camino lleno de baches. Parece probable encontrar una vacuna contra el COVID-19 en 2021, lo que debería ayudar a la economía mundial a recuperarse totalmente. Sin embargo, el polémico entorno político de Estados Unidos y la posibilidad de que se produzcan nuevos brotes son riesgos que pueden provocar volatilidad en el precio de las acciones. Teniendo esto en cuenta, creemos que el mejor enfoque es permanecer invertidos, pero hacerlo en fondos con un probado track record de mitigación de riesgos”.