La Fed anuncia una primera subida de tipos para marzo: primeras reacciones de las gestoras internacionales

Jerome Powell (Foto cedida)

Un Jerome Powell más hawkish de lo esperado ha colocado firmemente a la Reserva Federal en la senda de la normalización monetaria. En la reunión de enero, la Fed contestó a las dos grandes preguntas del mercado: cuándo se subirán los tipos y cómo se reducirá el balance. La subida de tipos con toda probabilidad será en marzo, la próxima cita. El banco central ha confirmado que se han dado las condiciones económicas necesarias para una subida “pronto”. En cuanto a las compras de activos, se concluirán ese mismo mes.

Tras la volatilidad de estos días en los mercados, había quien buscaba una migaja de cautela en el mensaje del presidente de la Reserva Federal. Pero el discurso de la noche del miércoles no dejó lugar a la interpretación. Es más, el tono fue más duro y restrictivo de lo esperado. Y es que Powell no cerró ninguna puerta a tomar medidas más firmes. Preguntado por una subida de 50 puntos básicos en vez de los tradicionales 25 puntos. No lo negó. Preguntado por la posibilidad de subidas de tipos en todas las reuniones de 2022. Tampoco lo negó. Preguntado por si la reciente volatilidad de los mercados le preocupaba, así si que quitó hierro al asunto. "En resumen, la corrección tendrá que ser mayor antes de que la Fed se preocupe más. El strike sobre el put de la Fed se ha rebajado", sentencian desde Amundi.

Rememorando 2018

De hecho, fue la conferencia de prensa posterior al comunicado oficial la que selló el tono. Curiosamente, la primera reacción de la bolsa americana, solo con la declaración escrita, fue al alza. Pero la tendencia rápidamente se revertió con el turno de preguntas de la prensa y los bonos y las acciones cerraron la sesión en negativo.

Ha dado una señal bastante agresiva de que podría aumentar más de 0,25% por trimestre, pues están aumentado los riesgos de inflación.  Los datos de inflación han sido ligeramente peores de lo esperado en diciembre y ha revisado al alza la inflación subyacente para 2022 en unas décimas”, reconoce Thomas Costerg, economista de Pictet WM.

Es la primera vuelta de tuerca, como lo define Nicolas Forest, responsable global de Renta Fija de Candriam. “Powell ha empezado a rodar la bola del ajuste monetario con una misión clara: persuadir a los inversores y al consumidor estadounidense de que la inflación puede volver al 2% sin crear estrés financiero”, interpreta.

A François Rimeu, estratega senior de La Française AM, esta cita le transporta al dilema que ya sufrió la Reserva Federal en 2018.  “Vimos una Fed reacia a afectar al mercado, a pesar de que quieren ir reduciendo su política monetaria acomodaticia más rápido que en anteriores ciclos de subidas, y esta no es una postura fácil”, comenta.

Qué analizar del discurso de Powell

Desde J. P. Morgan AM destacarían dos conclusiones de esta reunión. Primero, el énfasis en que debido a que la economía se encuentra en un lugar muy diferente (frente a otros ciclos), la magnitud y el ritmo de las alzas de tasas aún son inciertos. La visión macro de la Fed es clara: la economía está mucho mejor que en 2015, cuando iniciaron el último ciclo de subidas. “Powell repitió esto muchas veces, con un crecimiento por encima del potencial, una inflación por encima del objetivo y un mercado laboral muy muy ajustado”, subraya Sandrine Perret, economista senior de Vontobel AM.

“Hasta cierto punto, esto deja la puerta abierta para un aumento potencial de 50 puntos básicos o más aumentos que las expectativas actuales”, interpretan desde JPMAM. Y es un punto en el que también incide David Roberts, responsable del equipo de Renta Fija Global de Liontrust. Al gestor le preocupa que el mercado no se tome en serio la posibilidad real de ver una subida de golpe de 50 puntos básicos. Tampoco es su escenario central, pero no por ello se puede destacar. “Si es así, nos espera mucha más volatilidad en los próximos meses”, vaticina.

El segundo reto: deshacer el balance

Segundo punto a destacar, que ahora se que la Fed comience a reducir el tamaño del balance (ajuste cuantitativo o QT) poco después de que comience el proceso de aumento de los tipos. J. P. Morgan AM cree que se podría hacer un anuncio oficial del QT en la reunión de junio y comenzar en julio. Es el escenario que también contempla Raphael Olszyna-Marzys, economista de Bank J. Safra Sarasin.

Morgane Delledonne, de Global X, cree que es lo que más ha sorprendido al mercado. La publicación de los Principios para reducir el tamaño del balance de la Reserva Federal indica que la Fed está lista para fortalecer su lucha contra la inflación con un ajuste cuantitativo a pesar de la volatilidad de los fabricantes.

Pero para Olszyna-Marzys la verdadera noticia aquí es que la Fed no lo ve realmente como un sustituto de la tasa de fondos federales para establecer la postura de la política monetaria. “Nuevamente, esto sugiere que es probable que los tipos suban más rápido de lo que se suponía anteriormente”, analiza. Esto es, la Fed quiere reducir su balance más pronto que tarde. En esa línea opina también Christian Scherrmann, economista de EE.UU. para DWS. “Una gran diferencia con respecto a 2014 es que la Fed ciertamente no está dispuesta a esperar casi dos años para comenzar a reducir sus tenencias”, interpreta. Lo que antes tardaba años, ahora será cuestión de unos pocos meses. Las variables son diferentes. El crecimiento sigue siendo rápido y la inflación es extremadamente alta.

Una sorpresa hawkish y su componente político

¿Y a qué se debe ese giro restrictivo? Todo está en el IPC. "Las presiones inflacionarias han pasado de la inflación principalmente de bienes, que puede explicarse fácilmente con cuellos de botella en la cadena de suministro, a la inflación de servicios. Esto último es mucho más difícil de ignorar para los responsables de la política monetaria", comenta Nikolaj Schmidt, economista internacional de T. Rowe Price.

La inflación sigue siendo el gran riesgo para los mercados. Si la Fed se equivoca al pensar que empezará a moderarse en 2022, se verá obligada a ir más rápido en el endurecimiento de la política. Aunque esto resulte perturbador para los precios de los activos y, en consecuencia, para los inversores”, reconoce James McCann, economista jefe adjunto de Abrdn. Así lo lee también Lewis Grant, gestor de Federated Hermes: "La inflación ya no es transitoria, ahora corre el riesgo de ser prolongada. La subida de tipos no sólo es inminente, sino que puede ser rápida".

Una inflación más testaruda ha forzado el cambio en la Fed. “Después de haber subestimado la amplitud y persistencia de las presiones inflacionistas, y de haber quedado por ello significativamente por detrás de la curva, ha llegado el momento de que la Fed proteja su credibilidad con su objetivo de inflación”,  interpreta Anna Stupnytska, economista global de Fidelity International. Los que esperaban un cambio de rumbo en la política de la Fed se habrán visto decepcionados.

Además, en la decisión de la Fed entra en juego también el factor político. “El gobierno de Biden no puede sacar adelante su plan Build Back Better y su reforma electoral ha fracasado”, recuerda Philippe Waechter, director de investigación económica de Ostrum AM (Natixis IM). El descenso de la popularidad de Biden pesa en la intención de voto. Los demócratas van a perder el control del Congreso en las elecciones de mitad de mandato del próximo noviembre, vaticina. En su opinión, la Fed ha intervenido para rescatar a la Casa Blanca con el fin de limitar y luego reducir el riesgo sobre la inflación porque los hogares son muy sensibles a ella.

El nuevo mínimo: cuatro subidas en 2022

Los mercados han tenido que ajustar sus previsiones al nuevo mensaje que está lanzando la Fed. Si hace escasos meses intentaban desligar el fin de las compras de activos a una subida de tipos, ahora el escenario base en el que se mueven las gestoras es de mínimo cuatro subidas este año y una reducción del balance a partir de mediados de año. “De hecho, las expectativas para 2022 han aumentado ligeramente a poco más de 4 subidas. El mercado también espera en un 50 % que podría haber 5 alzas este año”, subraya John Plassard, de Mirabaud. Más allá de marzo, Keith Wade, economista y estratega jefe de Schroders, espera que los tipos sigan subiendo este año y el próximo. Hasta alcanzar el 1,5% en junio de 2023. Mientras tanto, espera que el banco central comience a reducir su balance de 8,7 billones de dólares en octubre.

Donde hay mayor debate es en el plazo a medio plazo. Esto es, qué pasará en 2023 y 2024. En opinión de Stupnytska, es poco probable que este ciclo de endurecimiento sea mucho más pronunciado o duradero que el anterior. Los tipos reales tienen que permanecer en territorio negativo durante un largo periodo de tiempo para que la trayectoria de la deuda se estabilice en niveles sostenibles. “De hecho, creemos que mantener los tipos reales negativos es actualmente el objetivo político implícito de todos los principales bancos centrales”, explica la experta.

Y es que los expertos recuerdan que la Fed no se ha casado con los halcones. "Powell reiteró que esta dependencia de datos tiene dos caras. Es decir, la Fed podría volverse más agresiva pero también más moderada de lo que prevé actualmente. La implicación de esto es que, por primera vez en muchos años, la Fed no brindará una orientación explícita (el forward guidance) sobre su política de tipos", afirma Willem Verhagen, economista Senior del equipo de Multi Activos de NN IP.

Un aplanamiento de la curva

Con este escenario sobre la mesa, los expertos vaticinan un periodo de corrección en los bonos. “Es inevitable que los mercados de bonos sobreestimen las subidas hasta que veamos evidencia sólida de que la economía se está enfriando”, reconoce Paul Brain, gestor de Newton (BNY Mellon IM). Una pregunta a considerar es la combinación de tipos de interés más altos y el comienzo de QT, lo suficiente como para provocar una desaceleración en las expectativas de crecimiento y posiblemente una disminución de las expectativas de inflación. Por ahora, Brain espera que los rendimientos de los bonos de EE.UU. continúen aumentando y que la curva continúe aplanándose (aplanamiento bajista) en el medio plazo.

Ya lo estamos viendo y la previsión es que la tendencia continúe. Hablamos del aplanamiento de la curva de los bonos. La expectativa de tasas de política más altas ya ha ejercido una presión al alza en la parte delantera de la curva de rendimiento de los bonos del Tesoro. “El coste de capital más alto asociado probablemente reduciría las expectativas futuras de crecimiento económico (e inflación), aliviando parte de la presión alcista que se sintió recientemente sobre los rendimientos del Tesoro a más largo plazo. En consecuencia, podemos prever un aplanamiento de la curva de rendimiento a medida que comiencen las subidas de tipos”, explica Jason England, gestor de carteras de bonos globales en Janus Henderson.