"La Fed es mucho más transparente a la hora de telegrafiar su mensaje a los inversores"

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Rlinger, Flickr, Creative Commons

La economía global ha hecho gala de solidez ante una serie de shocks desde  comienzos de 2013. El año comenzó con un intenso debate sobre el precipicio fiscal en  Estados Unidos, que terminó con un lastre fiscal mayor de lo esperado. Las elecciones italianas se saldaron sin un claro ganador, lo cual ha impedido hasta la  fecha la formación de un nuevo gobierno para la tercera mayor economía de Europa. Y  hace poco, el cuasi-colapso del sistema bancario de Chipre obligó al gobierno del país a solicitar un rescate por parte de prestamistas internacionales.

Durante los últimos dos años, shocks de tal magnitud afectaron seriamente a los mercados de capitales, desencadenando la huida de los inversores hacia la seguridad  de la deuda pública estadounidense o alemana. En lo que llevamos de año, sin embargo, la reacción de los inversores ha sido más moderada, lo cual lleva a Thomas Higgins, economista jefe de Standish, boutique de BNY Mellon, a preguntarse qué es lo que ha cambiado. “Varios factores han contribuido a la creciente robustez de la economía global frente a shocks, pero en nuestra opinión, el más importante ha sido la relajación coordinada de las políticas  monetarias de los principales bancos centrales, que por fin  está comenzando a ganar tracción”, asegura.

“Pensamos que el repunte experimentado por los mercados  mundiales de capitales desde principios de 2013 se debe principalmente al descenso del riesgo sistémico resultante de la acción concertada de los bancos centrales. En el futuro, el dinero fácil eleva el riesgo de burbujas de activos y de inflación, pero hoy en día vemos pocos indicios que apuntan a tal escenario”, explica el experto. La expectativa de la entidad es que las rentabilidades de la deuda pública estadounidense se mantendrán o disminuirán durante el segundo y tercer trimestres, para luego subir hacia finales del año.

Hoy en día la Fed es mucho más transparente y trata de telegrafiar su mensaje a los inversores mucho antes de implementar cambio alguno en su política. “Después de cada una de sus reuniones, emite declaraciones en las que detalla su decisión sobre los tipos de interés, el sesgo de la política monetaria y el desglose de cada votación. En las actas de cada reunión –que la Fed publica con una demora de tres semanas– se expresan las opiniones de sus oficiales de forma más exhaustiva. Hace poco, la entidad ha comenzado a proporcionar pronósticos trimestrales de variables económicas clave, además de umbrales para la tasa de paro y la inflación”.

En su conjunto, ello sugiere que existe un menor riesgo de que las medidas de la Fed se desvíen significativamente de lo que espera el mercado. Otros factores que según Standish limitan el riesgo de una fuerte caída de la deuda pública estadounidense incluyen la escasez global de activos de alta calidad, la mayor regulación financiera que fuerza a los bancos a mantener una mayor proporción de activos de calidad en sus balances, y el patrón de envejecimiento de la población en Estados Unidos y otros mercados desarrollados, que favorece a la renta fija frente a la renta variable.

Perspectivas para el mercado de renta fija y el dólar

En opinión del experto, la deuda empresarial con grado de inversión puede aguantar relativamente bien el tipo ante este trasfondo. “No obstante, la rentabilidad absoluta de la deuda pública americana, combinada con las grandes cantidades de tesorería de las empresas, apunta a una mayor actividad de fusiones, adquisiciones y compras apalancadas, lo cual plantea riesgos a la baja para los inversores en deuda. Hasta la fecha, sin embargo, la actividad corporativa ha disminuido, a excepción de un par de operaciones de gran calado".

Para Standish, ello se debe a dos factores: el valor medio de las empresas en el mercado investment grade es elevado –del orden de los 13.000 millones de dólares– y los niveles de valoración no son bajos. "No obstante, creemos que evitar a aquellas empresas o sectores susceptibles al riesgo de operaciones empresariales será importante en 2013”, afirman.

En lo que respecta al high yield, cuando comience una subida secular de los tipos de interés, lo cual en Standish no anticipan en el presente año, la deuda corporativa de alto rendimiento podría brindar protección a los inversores en renta fija. “Nuestro análisis muestra que este segmento ha registrado rendimientos totales positivos en entornos de tipos crecientes. Desde 1987, el índice Barclays High Yield ha registrado una rentabilidad total media de 86 puntos básicos en fases de tipos de interés al alza”. Por otro lado, el dólar les sigue inspirando confianza, dada la  incertidumbre política en Europa y la agresiva postura de  relajación del Banco de Japón.