La FED. La gran adicción del mercado

Es indudable que el Banco Central de Estados Unidos (FED), ha mantenido una política de intervención proactiva, si lo comparamos con otros bancos centrales desarrollados, como el europeo o el japonés. Esto ha logrado que la economía norteamericana haya podido salir de la crisis del 2008, de una manera más rápida que el resto de sus pares.

Ahora bien, ¿cuándo es conveniente frenar ese estímulo? A partir de finales de 2008, la FED comenzó con una serie de inyecciones de liquidez a través de los llamados “Quantitative Easing” (QE), que ya alcanza su versión número 3. A partir de entonces, esa inyección de liquidez a través de la compra de bonos se ha convertido en una especie de droga para los mercados, los cuales caen en depresión, apenas sienten que les va a hacer falta su inyección. Para verlo de una mejor manera, observemos el siguiente gráfico:

 

 

Apenas la FED sintió que el mercado de acciones se podía devolver porque la Operación Twist (OT), podría no ser suficiente para mantener el rally, comenzó el QE en su edición tercera a través del cual inyectarían, aparte de los 40 mil millones de dólares, provenientes de la OT, 45 mil millones de dólares adicionales, lo cual ha mantenido el rally en ese mercado.

Toda esta situación ha traído como consecuencia un incremento importante de los activos que se encuentran dentro de la hoja de balance de la FED. Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, el balance de la FED tuvo un incremento importante desde finales del 2012. Sólo en el 2013, los activos han marcado un récord de 3,25 billones de dólares, mientras que en el 2012, mantuvo un promedio de 2,8 billones de dólares.

 

Por ahora, todo parece indicar que se mantendrán los fuertes estímulos a la economía. Más aún cuando Japón acaba de anunciar un fuerte plan para expandir su base monetaria al doble de la base actual. Siendo esto así, será muy difícil que Estados Unidos se baje del tren del estímulo para no correr el riesgo de que los capitales fluyan hacia otras economías.

Los números demuestran que los inversionistas se mantienen animados. Entre enero y febrero de 2013, el flujo hacia los fondos de renta variable en Estados Unidos, fue de 107.000 millones de dólares (el mayor flujo en los últimos 6 años). Cualquiera podría pensar que ese flujo podría provenir del mercado de renta fija, porque los inversionistas están siendo menos conservadores, pero en la práctica, durante ese mismo período ingresaron a la renta fija 52.000 millones de dólares. En realidad, lo que ha sucedido es que buena parte de esos flujos han provenido de las cuentas corrientes y de ahorro de los particulares, ya que 41.000 millones de dólares han salido de ese mercado.

Podemos decir entonces que los incentivos a invertir en ambos mercados se mantienen, pero debemos tener cuidado porque al surgir la más pequeña señal de disminuir los estímulos económicos por parte de la FED, tendremos que resguardarnos. Eso convierte a Bernanke, por ahora, en nuestro mejor amigo.