La Fed sorprende con un discurso dovish: primeras reacciones de las gestoras internacionales

Powell, en la reunión de febrero de 2023. Foto cedida.

Una pequeña victoria para las palomas. En la primera reunión de 2023, la Reserva Federal enfrió el ritmo de las alzas de tipos con una subida de tan solo 25 puntos básicos. Y no solo eso. El tono de Jerome Powell durante la rueda de prensa posterior fue más acomodaticio de lo que la mayoría esperaba. El presidente de la institución monetaria intentó contener la euforia del mercado asegurando que aún quedan subidas de tipos en el horizonte, pero a la vez reconoció que hay partes de la economía que están mostrando signos de desinflación.

Y ahí tenemos la palabra clave de la reunión: “Se inició el proceso desinflacionario”. Para John Plassard, de Mirabaud, esa es la frase que se recordará de la reunión de anoche. “Se pronunció la palabra mágica: desinflación. Y a los inversores les gustó, independientemente del número (1 o 2) de subidas de tasas que aún están por llegar. Si la Fed tiene razón (sobre la desinflación), el panorama para el resto del año podría ser extremadamente positivo...”, vaticina.

Así, la cita de febrero trajo las dos caras de la Fed. Y así lo vimos reflejado en la reacción del mercado. “Comenzó a caer inicialmente tras la publicación del comunicado, ya que la ausencia de cambios en la orientación anterior se interpretó como agresiva, pero repuntó con bastante fuerza durante la conferencia de prensa, ya que el presidente de la Fed expresó su optimismo por un aterrizaje suave y por no hacer retroceder la flexibilización a corto plazo de las condiciones financieras”, cuenta Jonathan Duensing, director de Renta Fija americana de Amundi US.

Una subida más. Y ya

También fue clave el hecho de que Powell quitase hierro al hecho de que las condiciones financieras se han relajado a pesar de las subidas de tipos. Para Daleep Singh, economista jefe global de PGIM Fixed Income, el aspecto más acomodaticio de la reunión fue la interpretación de por qué se han relajado las condiciones financieras en los últimos meses. “En lugar de caracterizar las condiciones más favorables del mercado como un malentendido de la función de reacción de la Fed, lo explicó como una diferencia de opinión sobre el ritmo y el alcance de la desinflación que probablemente veamos este año”, explica.

Esta vuelta a subidas de tipos más normales nos acerca a ese esperado punto de pausa en la senda de política monetaria más restrictiva. Las gestoras internacionales no barajan niveles de tipos mucho más lejos de los actuales. Por ejemplo, Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos de Fidelity ve probable que el tipo de interés final se sitúe en torno al 5,25%.  “La reunión sin duda apuntó en esa dirección”, insiste.

El punto clave: el mercado laboral

“Está claro que la Fed sigue centrada en la inflación, pero este es el giro más dovish (acomodaticio) que hemos visto desde el pivote de la Fed 2018/19”, recuerda Laura Frost, directora de Inversiones del equipo de renta fija pública en M&G. Y sin embargo, en el epicentro del debate macroeconómico está el mercado laboral estadounidense. “Los datos están divididos con esta continuación de la fortaleza del mercado laboral que da más esperanzas de un aterrizaje suave”, reconoce.

Y precisamente por ello expertas como Sonia Meskin, responsable de US Macro en BNY Mellon IM, advierten que los riesgos de la inflación subyacente siguen siendo al alza. "Principalmente, porque el mercado laboral sigue siendo tenso, con un crecimiento salarial muy superior a las tasas compatibles con una inflación subyacente del 2% a lo largo del tiempo, y las tendencias inflacionistas en el sector servicios tienden a correlacionarse con la inflación salarial", explica.

Para Thomas Costerg, economista para EE. UU. de Pictet, se confirma que la Fed está obsesionada con el mercado laboral, preocupada respecto a que los salarios alimenten inflación en servicios. Claro que también que se ha referido a que tendrá en cuenta los efectos retrasados de las muy pronunciadas alzas de tipos de 2022.

Y en ese binomio de fuerzas es donde se encuentra la Reserva Federal. “La fortaleza del mercado laboral sigue siendo contradictoria con la dinámica de la vivienda y las señales de las encuestas empresariales, que indican un elevado riesgo de recesión”, reconoce Ahmed. Según lo interpreta Frost, la desesperación de los mercados por el duración trade está siendo premiada por una Fed optimista y este cambio en la narrativa general podría estar diciéndonos -una vez más- que no luchemos contra la Fed.

Tipos más altos durante más tiempo

No obstante, la Fed sigue insistiendo en su mensaje: los tipos permanecerán altos durante un tiempo. Es decir, una pausa no le seguirá de cerca un giro en la política monetaria. Pero el mercado no termina de comprar el discurso. Al fin y al cabo, si ganaron en 2021 con el debate sobre la transitoriedad de la inflación, por qué no pensar que la Fed se equivoca de nuevo, solo que en dirección contraria. El don’t fight the Fed ha quedado en el olvido.

Así, comienza el duelo. A un lado del ring, una autoridad monetaria que afirma que siguen siendo necesarias una serie de subidas ininterrumpidas de los tipos de interés para arrastrar el crecimiento de los precios hasta el objetivo. Al otro, un mercado partidario de un aterrizaje suave y de que produzcan recortes de los tipos de interés a finales de este año. James McCann, economista jefe adjunto de abrdn, cree que a la Reserva Federal sólo le queda una subida más. Sólo una recesión a mediados de año podría hacer descarrilar su ciclo de endurecimiento.

En esa línea opina también Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de Estrategia de J.P. Morgan AM para España y Portugal. Solo queda una subida más en el tanque. “En marzo, la Fed dispondrá de dos meses más de datos convincentes de que la inflación tiende a la baja, la creación de empleo se ralentiza y el crecimiento salarial se desacelera”, justifica.

¿Recortar tipos? No este 2023

Así, de pausar las subidas a directamente ver recortes en los tipos hay aún un mundo de diferencia. El consenso de las gestoras descarta este escenario, a pesar de que es lo que actualmente descuenta el mercado de renta fija. Y es algo que preocupa a Jason England, gestor de carteras de Janus Henderson: “Si el mercado vuelve a ignorar o malinterpretar la resolución de la Fed, creemos que los inversores podrían estar preparándose para lo que podría ser un inevitable -y potencialmente doloroso- ajuste de cuentas.”.

“Aunque la ralentización económica podría justificar una pausa en la reunión de mayo, se necesita mucha relajación en los mercados laborales antes de que la Fed se muestre dispuesta a recortar los tipos. El mercado lo espera para 2023. Nosotros no lo esperaríamos hasta principios de 2024”, defiende Christian Scherrmann. Como bien resalta el economista de DWS, hay que tener en cuenta que la Fed tiene ahora un plazo prolongado hasta la próxima reunión de marzo. Hasta entonces se esperan muchos datos sobre los mercados laborales y la inflación.

Perspectivas positivas para los activos

“Ni siquiera estoy seguro de que la Reserva Federal esté intentando un aterrizaje suave. Aunque nunca lo dirían, es posible que prefieran los aspectos reconstituyentes de una recesión y un mercado bajista adecuado”, plantea Bill Zox, gestor de Brandywine Global. Y es un riesgo que sigue muy presente en las perspectivas de las gestoras. “Aunque el proceso de desinflación ha comenzado, sobre todo en los bienes básicos y la energía, sigue pensando que queda más trabajo por hacer. Esto mantiene elevada la probabilidad de recesión en algún momento de este año”, añade Gutiérrez-Mellado.

No obstante, el tono en el mercado es optimista. Para los inversores, lo más importante es que en 2023 el foco de atención ha pasado del rápido aumento de la inflación a la ralentización del crecimiento económico, explica Whitney Watson, responsable de Gestión de Carteras de Renta Fija de Goldman Sachs AM. "La mejora de las propiedades de cobertura de los bonos, combinada con un mayor potencial de ingresos y rentabilidad total, presenta para los inversores la mayor oportunidad en los mercados de renta fija en más de una década, incluso después del fuerte rendimiento observado en enero", vaticina.