La Fed sube los tipos en 75 puntos básicos: primeros análisis de las gestoras internacionales

Jerome Powell
Foto cedida.

Golpe en la mesa de una Reserva Federal que busca preservar su credibilidad tras un dato de inflación implacable en mayo. La Fed subió los tipos 75 puntos básicos en su reunión de junio. Una de las alzas más agresivas por parte de la institución monetaria desde noviembre de 1994. Y ha sido una decisión prácticamente unánime. Solo un miembro del Comité votó por una subida de 50 puntos básicos.

Este último es un punto importante que subraya Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de Estrategia de J.P. Morgan AM para España y Portugal: ya no quedan palomas en el comité. Ningún miembro del FOMC ve la tasa de fondos federales por debajo del 3% para fin de año. “Dado que la inflación puede permanecer elevada durante el verano, parece plausible que la Fed aumente las tasas en 75 puntos básicos en julio, 50 en septiembre, seguido de aumentos de 25 en noviembre y diciembre”, prevé.

Ha sido un comunicado duro de la Fed a los mercados. “Se han comprometido a devolver la inflación a su objetivo del 2%. Y lo hará aunque la victoria tenga un precio, analiza Christian Scherrmann, economista de DWS. Con la inflación en un vergonzoso 8,6% y en peligro de subir aún más, la Fed probablemente siente que no tiene otra alternativa, ve Scherrmann.

En cuestión de semanas, el tono del banco central estadounidense ha pivotado. Como bien recuerda James McCann, economista de abrdn, el propio presidente de la Fed, Powell afirmó en mayo que no estaba considerando una activamente una subida de 75 puntos básicos. Otros miembros del FOMC se hicieron eco de esto antes del apagón previo a la reunión. “Sin embargo, un artículo del WSJ del lunes, en el que se informaba de que se estaban estudiando activamente una subida de este calibre, podría tratarse de una filtración intencionada del comité para orientar a los mercados en esa dirección”, plantea el experto.

Reacción de los mercados

Curiosamente, una Fed agresiva es precisamente lo que buscaba el mercado. Y esto lo apreciamos en las primeras reacciones de los activos. La renta variable reaccionó positivamente, pero solo inicialmente, dado que las subidas de tipos se habían descontado en los últimos días, interpreta Kristina Hooper, estratega de mercado global de Invesco. Las acciones tecnológicas tuvieron un rendimiento superior en el día. Los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 y 30 años cayeron muy significativamente después del anuncio, lo que para Hooper indica expectativas de un crecimiento mucho menor. En un momento de ayer por la tarde, se invirtieron pero rápidamente se revirtieron. Existe un diferencial estrecho entre los rendimientos del Tesoro a 2 y 10 años, pero esa curva de rendimiento no está invertida, al momento de escribir este artículo.

Y es que el temor de los mercados era que la Reserva Federal se quedase rezagada frente a la curva de los bonos. Por eso, hay quien no descarta que veamos movimientos en esta línea en las próximas reuniones. “Incluso con un aumento de 75 puntos básicos y un próximo aumento de 75 puntos básicos, la propia previsión de la Reserva Federal parece mostrar un tipo de interés real de los fondos de la Reserva Federal que sigue siendo negativo”, resalta Richard Bernstein, consejero delegado de Richard Bernstein Advisors (parte de iM Global Partner). Por ello, esta previsión de un tipo de interés real negativo le sugiere que no se pueden descartar futuras sorpresas al alza de los tipos.

¿Sentenciados a una recesión?

En opinión de Scherrmann, la reputación de la Fed se ha visto empañada. “Ahora tampoco tiene otra alternativa que seguir con su orientación hawkish, incluso si el resultado final es una recesión. Las posibilidades de que se produzca siguen en aumento”, vaticina. Y así lo ve también Salman Ahmed, Responsable global de macro & Asignación estratégica de activos en Fidelity International. “Este endurecimiento agresivo de las condiciones financieras (significativamente mayor que las de 2013 y 2018, dada la mayor inflación) probablemente provocará una desaceleración seria y brusca del crecimiento en los próximos meses”, afirma. De hecho, Ahmed ya detecta signos de debilidad del consumo, como por ejemplo, el último de las ventas minoristas.

Es un argumento que además comienza a reflejarse en las proyecciones macroeconómicas de la Fed. “Las previsiones revisadas para el crecimiento y la tasa de desempleo en el Resumen de proyecciones económicas (SEP) sugieren que la Fed está empezando a reconocer que un camino más rápido de endurecimiento de la política monetaria se producirá a costa de un crecimiento más lento y un mayor desempleo”, analiza Allison Boxer, economista de PIMCO. La Fed ahora espera que el PIB de EE. UU. crezca un 1,7 % en 2022 y 2023, una caída significativa desde el 2,8 % y el 2,2 %, respectivamente.

También se espera que el desempleo aumente desde los niveles actuales. Y esto para Nicolas Forest, responsable global de renta fija de Candriam, es el punto revelador. La supresión de la frase “el mercado laboral seguirá siendo fuerte” en el comunicado, al igual que las previsiones de una tasa de desempleo del 4,1% (desde el 3,6% actual) para finales de 2024. “Históricamente, un aumento así de la tasa de desempleo sugiere una recesión”, recuerda.

El estrecho camino hacia una menor inflación

El propio Powell reconoció que nos esperan meses difíciles. Preguntado sobre cuánto dolor económico se necesita para bajar la inflación, dijo que hay un camino para que los precios se ralenticen mientras se mantiene la solidez del empleo. “Pero esto también dependerá de muchos factores que el FOMC no puede controlar”, comenta Sandrine Perret, economista senior de Vontobel. “Las intenciones de la Fed no son provocar ahora una recesión, pero Powell fue honesto al decir que conseguir un aterrizaje suave no va a ser fácil, pero que hay un camino para llegar a él”.

Y las gestoras quieren confiar, pero al igual que la Fed, hay que reconocer que cada vez en un obstáculo más difícil de derribar. “No dudamos de su determinación de reducir la inflación, que también es lo que pronosticamos, pero dudamos mucho de que puedan hacerlo sin crear una recesión más adelante”, afirma Raphael Olszyna-Marzys, economista de Bank J. Safra Sarasin.

El efecto Fed ya se nota

No obstante, precisamente por las grietas que ya está mostrando la economía estadounidense, hay gestoras que defienden que este ciclo de ajuste monetaria podría terminarse antes de lo esperado. “Seguimos creyendo que la evidencia de un crecimiento e inflación más débiles hará que el banco central estadounidense reduzca el ritmo de endurecimiento y haga una pausa a principios de 2023”, defiende Keith Wade, economista jefe de Schroders.

Y señala los datos macro recientes. La última estimación de la Reserva Federal de Atlanta es de un crecimiento nulo en el segundo trimestre, lo que sitúa a la economía estadounidense al borde de la recesión, tras una lectura negativa en el primer trimestre. “En consecuencia, esperamos que la inflación se suavice a lo largo del año, así como el tono de los anuncios de la Fed. En nuestra opinión, es más probable que los tipos bajen a que suban a finales de 2023”, sentencia. 

También detecta esas muestras de una economía tocada Jon Maier, director de Inversiones de Global X. “Los movimientos inminentes y reales pueden estar ya funcionando”, opina. Mientras que las cifras del IPC y del IPP estaban calientes, la encuesta de la Universidad de Michigan muestra que el sentimiento ha alcanzado un mínimo histórico (las cifras bajas suelen darse en épocas de recesión) y ya hay preocupación por un futuro aumento de la tasa de desempleo. “La encuesta de la Universidad de Michigan mide la opinión de los hogares, por lo que da una idea de cómo piensan y sienten los ciudadanos, no los economistas”, explica.