“La flexibilidad será uno de los aspectos más determinantes en el éxito de un fondo mixto”

Ulrich
Foto cedida

El entorno de mercado actual es complicado. También para los gestores de estrategias multiactivas. Sin embargo, Christian Ulrich, gestor del Invesco Balanced Risk Allocation, se muestra confiado en su estrategia por la capacidad del fondo de adaptarse a cualquier entorno de mercado. “Estamos en un entorno en el que la flexibilidad será uno de los aspectos más determinantes en el éxito de un fondo mixto”, afirma. Siempre dejando claro que su objetivo no es compararse con el activo de mercado que mejor lo haga en cada momento, sino obtener una rentabilidad atractiva en el medio-largo plazo con una volatilidad razonable.

Se trata de un fondo que busca equilibrar el riesgo, diversificando e invirtiendo en tres clases de activos diferente. Por un lado, mediante una distribución en activos estratégicos, intenta equilibrar el riesgo equitativamente a través de tres activos con baja correlación: renta variable, bonos gubernamentales y materias primas. Adicionalmente, de manera táctica y con el objetivo de optimizar la rentabilidad, Ulrich ajusta esta distribución estratégica a sus perspectivas de mercado. La finalidad es beneficiarse de las fases positivas del mercado y a la vez limitar el impacto cuando las condiciones sean menos favorables. La estrategia ha despertado este año el interés de los inversores, como demuestra el hecho de que su patrimonio haya aumentando en 2013 en 1.280 millones de euros, hasta los 3.890 millones.

El equipo gestor opera con los productos derivados de mayor liquidez. Esto les permite poder estar sobreponderados o infraponderados en las tres clases de activos a la vez. En el mercado de commodities, han incorporado a la cartera materias primas agrícolas o algunos metales como el aluminio o el cobre. Dicha ampliación del universo de inversión permite al gestor diversificar la cartera, algo que considera muy importante en este momento. “Nos encontramos en un entorno muy complicado. En junio, cuando los mercados cayeron con fuerza, las correlaciones entre las tres clases de activos que integran la cartera convergieron a uno. Es el peor de nuestros escenarios. También puede ocurrir todo lo contrario, que en momentos de subida las correlaciones aumenten y las tres clases lo hagan bien. La correlación de nuestro fondo con cualquier índice es de 0,5”.

Lo importante, en su opinión, es ver cómo se ha comportado el fondo en un año en el que dos de las tres clases de activos que integran la cartera han sufrido. En este sentido, el gestor destaca de que, aún en un entorno de mercado tan adverso, el fondo ha ofrecido una rentabilidad positiva. “Este año, la renta variable (+6%) ha compensado la caída de la renta fija (-3%) y el retroceso registrado por las materias primas (-3%). El hecho de haber sido capaces de obtener desde enero un retorno positivo ha sido gracias a la asignación táctica, que ha aportado una rentabilidad del 2%”, señala el gestor de Invesco Asset Management.

‘Risk parity’: el riesgo debe estar equilibrado entre las tres clases de activos

Uno los aspectos en los que hizo más hincapié Ulrich es en el hecho de que el fondo sigue una estrategia de ‘risk parity’, en la que las tres clases de activos en los que invierte deben tener un peso similar en términos de riesgo en el fondo para evitar que uno influya significativamente más que otro. “La diversificación es la clave de nuestra estrategia. No nos interesa saber si la renta variable es más atractiva que la renta fija. El modelo te marca la dirección y la convicción. Los fundamentos del fondo son revisados periódicamente para la constante mejora de la cartera”, explica.

En el caso del mal comportamiento registrado este año por las materias primas, por ejemplo, Ulrich cree que la caída de su precio se ha debido fundamentalmente al temor del inversor sobre la evolución de la economía china, un miedo a su entender poco racional. “Es indudable que China no va a crecer en el futuro al mismo ritmo que lo había hecho en el pasado. No obstante, un menor crecimiento del PIB no significa que el país vaya a demandar menos materias primas. China crecerá sobre un tamaño que ha aumentado considerablemente a lo largo de los últimos años. El hecho de que en 2014 su PIB avance a un ritmo más lento no es indicativo de que vaya a consumir menos materias primas”, enfatiza.

No direccionalidad, pilar fundamental de la estrategia

La no direccionalidad del fondo es otro de los pilares más importantes sobre los que se cimenta la estrategia. “La combinación de activos nos ha permitido obtener rentabilidades positivas en periodos como el 2011, año en el que registraron rentabilidades negativas en renta variable y también en gran parte de los mercados de renta fija”. Otra de las claves está en la asignación táctica en liquidez, algo que, según explica Ulrich, ayudará a proteger la cartera en un escenario de subida de los tipos. “Es algo que sabemos que, antes o después, se va a producir aunque el momento exacto en el que va a ocurrir nadie lo conoce”, afirma. En el caso de los bonos del Tesoro estadounidense, el gestor cree que la tir a medio-largo plazo debería situarse en torno al 3,5%. “Es algo que hay que aceptar”.

Los tres escenarios de subidas de los tipos

Pero, ¿qué comportamiento debería esperar el inversor del Invesco Balanced Risk Allocation en un entorno de subida de los tipos? Históricamente, ha habido tres escenarios de incrementos de las tasas que ha sido conducido por diferentes motivos. El primero sería un entorno de recuperación económica que indujese a las autoridades monetarias a subir las tasas. “En este entorno, los bonos gubernamentales tendrían un comportamiento negativo, pero las acciones y las materias primas subirían debido a la reactivación de los distintos sectores económicos”. Este sería, según explica Ulrich, el entorno de subida de tipos de interés más favorable para la evolución de la cartera del fondo.

El segundo escenario de subida de los tipos vendría por el lado de un crecimiento nominal de la economía guiado por la inflación, lo cual sería malo para los bonos gubernamentales (se les exigiría mayores rentabilidades) o para la renta variable (al elevarse los tipos a los que se tendrían que financiar las compañías sin una expansión real de su actividad). Sin embargo, en este escenario las materias primas tendrían un muy buen comportamiento. El último escenario sería aquel en el que los inversores perdieran la confianza en la capacidad de repago de los países, el cual también sería negativo para los bonos y las acciones debido a la incertidumbre, pero los activos reales serían el gran refugio en ese caso.

Desde su lanzamiento, la renta fija y la renta variable son los componentes que más han aportado a la rentabilidad del fondo (un 3,75% y un 3,4%, respectivamente), mientras que las materias primas y la posición táctica han aportado el resto (1,3% y un 1,75%, en cada caso). El riesgo asumido desde su creación en cada activo del fondo ha sido, según Ulrich, el esperado, siendo muy similares en renta fija, renta variable y materias primas (4,5%, 3,8% y 4% respectivamente). La volatilidad total del fondo es baja, de apenas el 6,7%, comportamiento que achaca a las bondades de la descorrelación de los activos seleccionados para la cartera.

Ulrich asegura que, cuando todos los inversores empiezan a hacer lo mismo, como actualmente están comprando renta variable, es momento de pensar en diversificar la inversión. “Si te tomas un vaso de cerveza, uno de viso y otro de wisky no sentirás los mismos efectos que si te bebes tres vasos de wisky, a pesar de ser tres vasos. El control del riesgo el fundamental. No hay que perderlo nunca de vista. Cuando tienes una cartera en la que dos de las tres clases de activos se han comportado mal en el año y, hasta octubre, ha conseguido arrojar una rentabilidad positiva del 3,5%, quedan muy claros los beneficios de la diversificación”, sentencia el experto.