Su fondo Long Term Growth Fund consigue una rentabilidad anualizada del 15%
La inversión en el mercado secundario de pólizas de vida está logrando captar la atención de los inversores institucionales europeos, que buscan fuentes de rentabilidad poco correlacionadas con los mercados tradicionales. El mercado de las pólizas de vida, o life settlements, mueve un volumen de unos 15.000 millones de dólares al año y, según algunas previsiones, podría alcanzar los 160.000 millones en 2030.
Un grupo de profesionales con experiencia en este tipo de activo, entre los que se encuentran varios españoles, decidió fundar una gestora especializada en life settlements en Luxemburgo para crear productos de inversión dirigidos especialmente a los inversores europeos. Así, en 2008, nació Carlisle Management Company. “La mayoría de nuestros competidores tienen vehículos offshore. Nosotros vimos que Luxemburgo permite ofrecer un vehículo regulado y transparente, construido especialmente para inversores europeos por razones de eficiencia fiscal”, explica José García, socio fundador y consejero delegado de la entidad.
Carlisle lanzó su primer fondo, el Long Term Growth Fund, en junio de 2009, bajo la figura de un fondo especial de inversión, o SIF, de Luxemburgo, dirigido sólo a inversores institucionales y cualificados. El producto invierte en una cartera diversificada de pólizas de vida de Estados Unidos y ha conseguido una rentabilidad del 15% en su primer año de vida, superando en más de 15 puntos porcentuales al índice que sigue la evolución del mercado de life settlements. Para la segunda mitad de este año y para todo 2011, los gestores esperan seguir obteniendo rentabilidades similares.
El fondo, que cuenta ya con clientes institucionales españoles, ha recibido entradas de dinero en los últimos meses y los gestores confían en poder aprovechar las oportunidades que, según esperan, presentará el mercado en los próximos años, con un incremento sostenido en la oferta de pólizas. Sus gestores intentan convencer a más inversores institucionales españoles de las bondades de esta clase de activo, poco conocida hasta ahora en España. “La crisis ha hecho que muchos inversores se percaten de los beneficios de la diversificación”, dice García.
El mercado de life settlements consiste en la compra de pólizas de vida con un descuento a asegurados (normalmente por encima de 65 años) que prefieren cambiar su seguro por dinero en efectivo. “Se trata de un activo alternativo que ofrece un elevado potencial de rentabilidad con una baja volatilidad y poca correlación con los mercados tradicionales”, destaca García, que cuenta con diez años de experiencia trabajando con life settlements.
La estrategia del fondo es la de comprar y mantener y los gestores buscan construir una cartera diversificada tanto por emisores como por tamaño de las pólizas, fecha esperada de maduración de la póliza, zona geográfica, o edad y género del asegurado.
“Nuestra gestión es activa, pero no hacemos trading. El trabajo más importante es el que se hace antes de elegir la póliza. Después, hay que hacer un seguimiento y asegurar la diversificación de la cartera”, señala García.
Los gestores intentan mantener una aproximación conservadora para mantener baja la volatilidad del fondo. Cada trimestre, se hace una valoración a valor de mercado de los activos. El fondo cobra una comisión de gestión del 2% y una comisión de éxito del 20%, que se aplica sólo cuando la rentabilidad supera el 8%. La inversión mínima es de 250.000 dólares y su liquidez es trimestral, con un preaviso de 90 días.
García explica que sólo invierten en pólizas de Estados Unidos porque es el mercado “más estable, regulado y con mayor liquidez”. Carlisle, de hecho, está impulsando la transparencia de este mercado al colaborar en la elaboración de un código de buenas prácticas para el sector. Recientemente, tal y como informan Bloomberg y MarketWatch, las autoridades de Estados Unidos están considerando una mayor regulación para esta actividad.
Además de la experiencia del equipo, Carlisle, que en total asesora más de 300 millones de dólares, cuenta con sistemas cuantitativos propios para valorar y analizar las pólizas y sus riesgos, y también para medir los posibles flujos de entrada y salida de dinero del fondo. Para reducir el riesgo de contrapartida, sólo compran pólizas de emisores con una calificación mínima de A.
También cuentan un gran número de pólizas en cartera, en torno a 500. “El número mínimo de pólizas que necesitas para tener una diversificación adecuada es de 120, pero nosotros preferimos tener un número mucho más alto”, comenta García.
Carlisle también puede gestionar carteras a medida y ofrecen la posibilidad de crear subfondos dentro de su SIF. “Hay algunas instituciones que han mostrado interés por tener su propia cartera y les ofrecemos un vehículo con marca blanca. Pero para tener tu propia cartera hace falta destinar al menos entre 25 y 30 millones de dólares”, afirma el consejero delegado de la entidad.