"La intervención del BCE marca un antes y un después en las bolsas europeas"

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Imagen cedida

En el mercado permanecen las dudas sobre la duración del efecto Draghi, pero Paul Casson, director de Renta Variable Paneuropea de Henderson Global Investors y gestor del Henderson Horizon Pan European Alpha Fund, está convencido de que en las bolsas europeas hay un antes y un después de su intervención. "Por primera vez en dos años, los inversores pueden ser más positivos: el BCE ha entendido la situación y tras apoyar a gobiernos y bancos, hará extensible el LTRO a todo el mercado", explica.

Casson dice que la Fed, con su tercera ronda de relajación monetaria, pretende crear puestos de trabajo y, en última instancia, crecimiento y está marcando el camino a seguir al BCE, cuya actitud marca un punto de inflexión en los mercados. Por eso, ha incrementado la exposición bursátil en su fondo: si hace unas semanas era del 60%, se sitúa ahora en el 74%.

La consecuencia de este cambio de actitud será un rally duradero y sostenible en el mercado bursátil europeo, que le haga pasar de cotizar al actual PER de nueve veces al entorno de 11. "Estamos empezando a ver entradas de dinero y un mayor interés en el activo. Es sólo el principio", afirma. Un cambio que espera ver, por ejemplo, entre los inversores estadounidenses, cuyo país afrontará también unas políticas fiscales restrictivas para controlar su alta deuda y unas elecciones presidenciales clave para definir su rumbo económico. "No tiene sentido que la bolsa europea tenga mayor prima de riesgo que la estadounidense", dice Casson. Y es que, tras cuatro años de excesivo pesimismo en Europa en los que los inversores se han centrado sólo en sus problemas, el gestor responde que éstos no son únicos del Viejo Continente, pues todas las regiones afrontan dificultades.

El flujo de dinero llegará poco a poco a las bolsas europeas. "El miedo hace que los inversores aún estén obsesionados por no perder y tomen decisiones erróneas como invertir en bonos del Tesoro alemán o estadounidense, los activos más caros del mercado", explica. Por eso cree que su primera decisión, antes que vender dichas posiciones, será mantener su dinero en liquidez e ir apostando progresivamente por la renta variable. Más tarde se produciría la fase de venta de renta fija para comprar bolsa, cuando el peligro inflacionista empiece a maniestarse y, con él, el potencial daño a los bonos.

Y también cuando las decisiones políticas empiecen a tomarse. "Los políticos siempre retrasan las decisiones importantes, pero llega un punto en el que ya no pueden hacerlo". Para Casson, las consecuencias son muy dolorosas, como en el caso de Irlanda, donde el mercado inmobiliario ha caído un 20%, así como los salarios, pero cree que es el precio que hay que pagar. "La cuestión es si los países optarán por la vía rápida o por los retrasos", añade.

Sobre España, cree que está yendo por la senda correcta para romper el vínculo existente entre el sector bancario y el gubernamental, pero que los bancos tendrán que aceptar pérdidas y también sus accionistas. Prevé algún tipo de rescate en los próximos meses que, aunque parcialmente descontado, se traduciría en un movimiento alcista en los mercados, como manifestación del alivio.

Fortaleza del sector corporativo

Aunque es muy consciente de la situación macro, Casson intenta en el día a día eliminar el ruido político de su gestión ("no invertimos en política", dice) y centrarse en las compañías, que están "en buena forma". "El mercado europeo está demasiado deprimido, lo que se traduce en los precios. Pero hay compañías muy fuertes que se han comportado muy bien en la recesión, ganando cuota de mercado, y nuestro objetivo es seleccionar a esos ganadores", explica. Con ese foco en las compañías, su gestión trata de desvincularse de la del índice adoptando un enfoque long-short clave para lograr atractivos retornos.

Y es que el Henderson Horizon Pan European Alpha es un fondo long-short de renta variable europea que pretende conseguir rentabilidades de entre el 10% y el 12% anual en cada trienio y en el que las posiciones cortas suponen, más que una cobertura, una fuente adicional de rentabilidad. Con todo, son las largas las que predominan en el total de las alrededor de 50 firmas en cartera, en un contexto en el que Casson ve "numerosas oportunidades".

En la selección de las posiciones largas incluye compañías tanto con sesgo de valor como de crecimiento, aquellas que emplean la caja que generan para crecer a un fuerte ritmo y también las que lo utilizan para premiar al accionista. Gracias a ese amplio enfoque, cree que decisiones como la de Telefónica de suspender temporalmente el dividendo tienen sentido, porque compensa más reducir deuda que seguir pagándolo. Entre las empresas españolas en cartera destaca Mediaset España, gracias a la ausencia de deuda y la capacidad de mantener los ingresos publicitarios en un entorno menos competitivo –ha pasado de cinco a dos jugadores ante las fusiones de las diferentes cadenas–.

Casson huye en general de los bancos, "demasiado peligrosos, parecen warrants", dice, y solo tiene UBS en el lado alcista de su cartera. En el bajista, incluye compañías con fuerte deuda, ventas en disminución, fuertes costes o crecientes inventarios. El gestor critica las prohibiciones a las posiciones cortas, que tilda de "populares políticamente hablando" pero ineficientes, pues suelen desembocar en unos menores precios de las acciones. "Si tomo una posición corta, tarde o temprano tendré que cerrarla compando el valor", asegura. Con respecto a la nueva regulación sobre las mismas, que entrará en vigor el 1 de noviembre, cree que no impactará en su trabajo.