La inversión en alternativos ilíquidos en España: un mercado de 15.000 millones de euros (y creciendo)

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Aún es un nicho en las carteras, pero el potencial de crecimiento es formidable. La inversión en alternativos ilíquidos en España supone hoy más de 15.000 millones de euros en activos. Son cifras del estudio conjunto realizado por Natixis IM, finReg 360 y Alternative Ratings a los principales actores de la industria de la inversión. Pero el verdadero titular es en lo que está por llegar. Según el sondeo al sector, la previsión es que ese patrimonio se duplique. En tres a cinco años pasaría alcanzar los 28.000 millones de euros.

Es la estimación que prevé la propia industria para la clase de activos. El estudio ha tomado la temperatura a 70 de los mayores jugadores. Son los principales planes de pensiones de empleo y EPSV, aseguradoras, bancas privadas y family office de España. Juntas representan un patrimonio total de 543.000 millones de euros.

Y esa cifra de crecimiento de patrimonio es específica de alternativos ilíquidos. Hablamos de capital riesgo, deuda privada, infraestructura e inmobiliario, no de alternativos más líquidos como los hedge funds. “Queríamos analizar las tendencias en compromisos a muy largo plazo”, matiza Sergio Miguez, director general y confundador de Alternative Ratings. También se ha excluido del baremo a las grandes gestoras de fondos. Así, esos 15.000 millones en alternativos ilíquidos en España solo es el principio.

Cómo se invierte en alternativos ilíquidos en España

¿Cómo se invierte en alternativos ilíquidos en España? Pues hay aproximaciones muy dispares. Comenzando por el peso en las carteras de los propios segmentos de inversores.

Los más abiertos son las family office, donde pesa de media un 8,9% de las carteras. Y en unos años subirá hasta superar el 12%. También destacan los planes de pensiones corporativos (de empleo y EPSV). Tienen un peso actual del 6,8% en sus carteras. Y su previsión es que subirá al 11,6% en una ventana a medio plazo. A la cola están las aseguradoras. Aquí apenas les supone un peso testimonial del 1,2%. Pero también es donde hay más potencial de crecimiento. Las aseguradoras prevén más que duplicar su inversión en alternativos, hasta el 3,6%. Esto significa que de media el peso de los alternativos privados en las carteras de inversión españolas pasará del 2,8% al 5,2% en los próximos tres a cinco años.

¿Qué buscan en los alternativos ilíquidos? Aquí también encontramos diversidad. Los cuatro tipos de inversores coinciden en dos cualidades. La diversificación y los retornos más altos. “Aprovechar la prima de iliquidez”, como lo desgrana Míguez. Para la banca privada y las aseguradoras, destaca también la capacidad de generación de flujo de caja. Sin embargo, solo los planes de pensiones privados hablan de la ventaja de limitar el mark to market. Y solo la banca privada ve clave la unión con la economía real.

Preocupaciones en los activos ilíquidos

También coinciden y discrepan en los principales riesgos. Los cuatro destacan la alineación de intereses como fuente de preocupación. También destaca un consenso por los posibles problemas de regulación así como la capacidad de delivery y de ver track records consistentes. Pero vemos dos casos específicos. A la banca privada y a los family office les preocupa la proximidad al gestor; la accesibilidad y cercanía. De hecho, Miguez destaca que hay un fuerte sesgo local en las carteras. “Los family office nos comentan que tienen mucho contacto con los gestores españoles. Ahora están buscando diversificar a nivel europeo e internacional”, cuenta. Y solo a los family office les concierne los altos costes y las valoraciones en esta clase de activos.

¿Preocupa la inversión ASG? De nuevo, no hay consenso. Para las pensiones y aseguradoras es imprescindible. En ambas el 80 y 95%, respectivamente, es un elemento decisivo. Completamente lo contrario en el caso de la banca privada o los family office.

Aunque esto podría cambiar, vaticinan los expertos. Como bien señala Jorge Ferrer, partner de FinReg360, en 2022 vendrán cambios en la regulación de distribución. MiFid II exigirá una pregunta específica sobre la inversión sostenible. Y la previsión es que esto empuje con fuerza la demanda por productos ASG. Ferrer también prevé que esto se acompañará de un empuje por más opciones de clases limpias. Y esto podría abrir la puerta a la entrada de más capital de planes de pensiones, limitadas por los costes.