Las particularidades del análisis ESG a la hora de construir y evaluar carteras de fondos de fondos, explicadas por la responsable de ESG de MIFL.
La experiencia en inversión sostenible de Inma Conde, la nueva responsable de ESG de Mediolanum International Funds (MIFL), se remonta a 2010 cuando implementó un mandato de RSC de una gestora de Boston en un fondo de pensiones en Los Ángeles. Más recientemente, y antes de incorporarse a la casa irlandesa, gestionaba un vehículo de impacto en Minnesota. En 2018, se convirtió en la responsable del equipo de selección de fondos de MIFL, donde ya cuentan con nueve fondos de fondos ESG de un total de 71 fondos. Desde diciembre de 2022 se dedica exclusivamente a la inversión ESG, junto a otras dos personas. Trabajan dentro del equipo de inversiones, junto a gestores y analistas, enfocándose, entre otras tareas, en la selección de fondos artículo 8 y 9 y a su seguimiento.
Para Conde este es un momento fascinante para dedicarse al análisis de inversiones sostenibles en Europa, donde no hay tanta politización y sí una agenda unificada, “es el momento adecuado”, subraya. Considera que su experiencia previa como inversora le permite hablar un lenguaje común con los gestores, con el objetivo de “hacer de puente de unión entre inversiones y la parte comercial”.
ESG en fondos de fondos
Conde destaca que lo particular del análisis ESG en MIFL es que se hace para fondos de fondos. “Trabajas con casas distintas con metodologías heterogéneas, con proveedores diferentes y en el marco de una regulación que no está tan pensada para este tipo de vehículos. El engagement, nosotros lo hacemos mayoritariamente con la gestora”, afirma.
La infraestructura de inversión ESG se comenzó a montar en MIFL en 2018. “El proceso de selección de la casa se basa en el proceso de las cuatro P (parent, people, process y portfolio), pero en ESG lo hemos dejado en tres, ya que people, puede estar dentro de parent en algunas compañías. El rating de cada gestora va de uno a cinco. Para elaborarlo, enviamos un cuestionario muy completo que se evalúa y completa con conversaciones con las casas. Para que sus fondos artículo 8 y 9 sean elegibles, la gestora tiene que tener un rating mínimo de tres”, detalla.
En fondos artículo 6, cuando obtienen una calificación por debajo de la media (laggard o rezagado), pero el fondo tiene un proceso de inversión robusto y el rendimiento es atractivo, MIFL se centra en dialogar con el gestor y en facilitarle herramientas para mejorar en el área de ESG.
Seguimiento y herramientas
Una vez seleccionados los fondos, hay varios niveles de monitorización, teniendo como base las tres P. “En los artículos 8 y 9 se hace un seguimiento exhaustivo de las PIAS y de las controversias. En la elección de PIAS escogemos las que puedan servir de hilo conductor dentro de un fondo de fondos. Hacemos una evaluación trimestral y se presenta al Comité de Inversión y al Board”, apunta.
Entre las herramientas que utilizan se encuentran “los informes de clasificación de la iniciativa sin ánimo de lucro ShareAction. Si hay cambios significativos entablamos un diálogo con las gestoras. También nos apoyamos en la consultoría de Mercer”. Además, Fastnet AMS está desarrollando un programa propietario para Mediolanum que les permita unificar tanto los datos como el análisis de cada selector. “Hace que el análisis sea muy intuitivo tanto a nivel de fondo de fondos como de cada vehículo y cada sector”, señala Conde.
Diálogo con las gestoras
Sobre cómo se desarrolla la interlocución con las distintas gestoras, la directiva señala que “intentamos que sea un diálogo abierto, para nosotros lo más importante es el intercambio de información y que ellas sepan cuáles son nuestras prioridades”. En esa labor, el volumen de MIFL, con 50.000 millones bajo gestión, es un soporte, añade.
En cuanto a los principales desafíos en el área de los fondos de fondos, Conde destaca “la parte regulatoria, porque está mucho más pensada para los vehículos individuales”. Y como gran ventaja de este tipo de vehículos, considera que pueden ser mucho más atractivos para el cliente final, sobre todo los de orientación temática. “En este tipo de fondos de fondos, podemos aprovechar muchas sinergias entre los distintos subyacentes. Un solo fondo ESG temático suele estar muy concentrado, con un sesgo muy growth y una capitalización media. Son muy específicos, invertir en uno solo puede resultar arriesgado para el inversor individual”, estima. Sin embargo, “como fondo de fondos podemos equilibrar alguno de esos aspectos. La estructura del fondo ayuda a diversificar la cartera total. Para nosotros es una gran oportunidad. El desafío a veces es encontrar un común denominador entre distintos ángulos. Ahí está el arte a la hora de diseñar un producto consistente”, añade.
En cuanto a las temáticas, su objetivo es construir una gama lo más completa posible en función de los perfiles de riesgo. “Nuestro punto fuerte son las tendencias a futuro con temas como la energía, la nutrición, la economía circular, el impacto global. Llevamos mucho tiempo haciéndolo, somos especialistas”, afirma.