Alicia M. Serrano
La introducción de criterios de ISR –inversión socialmente responsable - y ESG –criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno, es decir, de sostenibilidad- en las carteras podría ser una fuente de generación de alfa, pues los estudios concluyen que tiene efectos "entre neutrales y positivos" en términos de rentabilidad, si bien todo depende del universo y tiempo considerados. Con todo, y más que de retornos, se trata más bien de una cuestión de reputación y especialmente de reducción de riesgos, según las conclusiones destacadas del seminario que ofreció en Madrid Accelerando Associates (antes kalus hoelscher capital), consultora internacional que se encuentra actualmente cambiando su denominación.
“La ESG puede ayudar a los inversores a acceder a información crucial que ayude a tomar decisiones más acertadas, así como a evitar defaults”, afirma Camilla Bossi, responsable de márketing de ECPI, que retiró de su universo firmas como Fannie Mae, AIG, Citigroup o Bear Stearns en 2005 y 2006 pese a que su rating por parte de las agencias de calificación era como mínimo de A. Y es que, especialmente en sectores como el financiero, existen riesgos y oportunidades no relacionadas con sus cuentas (relacionados principalmente con la innovación, la transparencia, el gobierno corporativo y el sistema de remuneración) y que podrían ayudarles a generar externalidades positivas y a tener una larga vida. De hecho, uno de sus estudios muestra cómo un índice compuesto por los 15 mejores valores según ratings de ESG sobrepondera en un 30% al MSCI World Financials en los últimos cinco años.
“En unos años, los criterios de SRI y ESG estarán totalmente integrados en la gestión de los porfolios, como parte de un patrón que no es nuevo pero se ha acelerado en los últimos años y cuya incorporación a la gestión es lógica y coherente”, afirma Philip Kalus, socio fundador de la futura Accelerando Associates.
Empuje en Asia
De hecho, en España hay 13 instituciones que han firmado los principios de la ONU de Inversión Responsable, entre seis fondos de pensiones, gestores y proveedores de servicios. La tendencia es especialmente fuerte en EEUU, donde 107 instituciones han firmado los principios e incluso los hedge funds están empezando a implementarlos en la gestión, y Asia, con un gran potencial de aceleración en los próximos años. Así, países como Corea del Sur o Australia están incorporando activamente estos criterios.
Entre los principales catalizadores, Kalus identifica la actividad de las instituciones religiosas, los fondos de pensiones (con intereses a largo plazo), la conciencia de evitar activos envueltos en escándalos (como el de BP o Goldman Sachs) y un mayor énfasis en la transparencia. Cuatro directrices apoyadas por iniciativas internacionales, la presión de la prensa, un creciente número de índices y proveedores de servicios de ESG, el creciente interés de clientes privados e incluso las conclusiones de estudios que muestran la intención de implementar o incrementar los niveles de ESG.
Con respecto a la forma de implementar estos factores, los expertos recomiendan centrarse en un solo especialista externo. “De esa forma se evitan que un valor aparezca en un portfolio y sea excluido de otro e incoherencias similares“, asegura Joachim H. Böttcher, responsables de ventas institucionales de BankInvest, que concibe el tema como una cuestión de “responsabilidad y de justicia intra e inter generacional” y aplica una perspectiva principalmente económica, mediante una combinación de estrategias de exclusión (“negative screening”), inclusión (“positive scoring” y selección “best in class”, entre otras) e influencia.