La magia de la capitalización a largo plazo… ¿funciona con los bonos?

Monedas
Foto: Siddy Lam, Flickr, Creative Commons

Son ya varios los estudios publicados por las gestoras internacionales que demuestran cuán rentable habría sido la inversión de 1.000 dólares hace 100 años en el S&P 500, manteniéndola en el tiempo y reinvirtiendo los dividendos. Es algo que demuestra que, aunque las caídas de los mercados pueden ser aterradoras y estresantes, las acciones tienen una enorme capacidad para recuperarse tras una liquidación masiva. Los shocks negativos, suavizados a lo largo del tiempo, tienden a disiparse. Un horizonte temporal de largo plazo puede ser el mejor amigo de un inversor. Pero… ¿funciona con los bonos?

Pictet Wealth Management ha realizado el análisis tomando como referencia el mercado de renta fija suizo desde el año 1926. El resultado lo ha comparado con la rentabilidad ofrecida por la bolsa helvética desde ese mismo año, descontando la inflación. El resultado es el siguiente: la rentabilidad media anualizada (geométrica) de las acciones y bonos suizos en moneda local entre 1926 y 2021 ha sido del 8% y del 4,1% en términos nominales.  Descontando la inflación, del 5,9% y del 2,2%, respectivamente. El último cuarto de siglo, a pesar de importantes cambios macroeconómicos y de mercado, los resultados son similares.

De este modo, 1.000 francos suizos invertidos a finales de 1925 en el índice de acciones, con estrategia de comprar y mantener (reinvirtiendo los dividendos año tras año) habrían crecido hasta 1,57 millones después de 96 años. Aquí debemos tener en cuenta los costes (corretaje, reequilibrio de la cartera). “Aunque probablemente eran mayores en 1926, podemos deducir un 0,5% por año. Esto nos da casi un millón de francos suizos en 2021.  Ilustra que la paciencia es una virtud”, subrayan.

Pero las cosas son diferentes para la renta fija. Los bonos suizos muestran en esos 96 años una volatilidad del 3,6% en comparación con el 20% de las acciones suizas, con caída de máximos a mínimos del 4%, frente al 34% de las acciones. En conclusión: la rentabilidad de los bonos ha sido aproximadamente la mitad que la de las acciones. En promedio, del 4,1% desde 1926, frente al 8% de las acciones suizas. Así ha sido, al menos, en el mercado suizo.