La mitad de los inversores españoles cree que las bolsas caerán los próximos seis meses

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Leonieke Aanders, Flickr, Creative Commons

La crisis sociosanitaria derivada de la expansión del COVID-19 se ha colocado en el puesto número 1 de la lista de preocupaciones de los inversores españoles, que siguen siendo pesimistas con respecto a la evolución que tendrán los mercados financieros. Así lo revela el Índice de Confianza del Inversor que elabora la gestora J.P. Morgan AM  trimestralmente desde 2007 y cuyos resultados del último trimestre acaba de hacer públicos. Este índice, que tiene como fin conocer el comportamiento y las motivaciones de los inversores y ahorradores españoles, así como su nivel de confianza en los mercados, se sitúa en el -2,07 durante el segundo trimestre del año, lo que implica que es el cuarto trimestre consecutivo en el que la lectura es negativa.

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Ante este dato no es de extrañar que casi la mitad de los (46,5%) afirme que no tiene pensado invertir en los próximos meses por la inestabilidad derivada de la crisis sociosanitaria. Al fin y al cabo el 49% de los encuestados considera que en los próximos seis meses se producirá una bajada de las bolsas, una cifra muy superior al 36% que opina que puede producirse un repunte de las mismas de aquí a finales de año.  Gran parte del optimismo que desprenden algunos inversores tiene que ver con la buena percepción que causan los mercados asiáticos. De hecho, un tercio de los encuestados opinan que serán los que experimentarán los mejores comportamiento, lo que supone un hito en la serie histórica del Índice, siendo el mayor porcentaje registrado en la comparativa histórica.

En la otra cara de la moneda se  encuentra la bolsa española y, sobre todo la estadounidense. Con respecto a la primera se ha producido una caída en las expectativas de los inversores de 7 y 6 puntos con respecto a los dos últimos trimestres; mientras que la estadounidense ha experimentado un derrumbe de 9 y 10 puntos.

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El empeoramiento de las expectativas a corto plazo ha traído consigo un deterioro en cuanto a la contratación de productos más ligados a la evolución de los mercados como son las inversiones en bolsa o acciones reducen un punto, hasta el 25%, y los fondos de inversión retroceden del 25 al 23%. Y también de aquellos centrados en la inversión a largo plazo como los planes de pensiones, que descienden tres puntos, situándose en un 39%. Se mantienen estables las contrataciones de otros productos más conservadores como pueden ser los depósitos, libretas o cuentas de ahorro que permanecen en el mismo porcentaje (88%).

Y pocos cambios se aprecian en lo que respecta  a las fuentes de asesoramiento de los encuestados: suben los que siguen recomendaciones de la prensa y de redes sociales y caen los que buscan el asesoramiento en los bancos.